Extraña libertad de prensa, la nuestra: escriben sólo los del pensamiento único, el mismo que demoniza Gaddafi (en realidad, sólo porque incontrolable), y que hace caso omiso o protege a los muchos Ben Ali, Mubarak, etc.; el mismo pensamiento que dice proteger y liberar a los pueblos oprimidos de los Gobiernos incómodos. No importa si esos mismos pueblos cuentan con una inigualable calidad de vida en comparación con los Países vecinos, ¿que nos importa? Sólo es necesario liberarlos, y que tal vez vuelvan a tener tasas de mortalidad infantil similares a las del contexto geográfico que los rodea (véase, por ejemplo Irak y ahora Libia, y mañana?). La anómala Libia daba trabajo a inmigrantes de toda África y no solamente, los egipcianos o los tunecinos o los Marroquíes sólo podían soñar con la posibilidad de venir a estudiar en Perugia con becas estatales.
Sin embargo, el bombardeo de los medios de comunicación, por lo reiterado y continuo, es tan poderoso que, como en su momento para la antigua Yugoslavia, todos parecen convencidos de que debiamos liberar a los infelices libios (de hecho, ahora hicimos regresar el País a la época medieval, ahora sí los hemos liberado). Y a nosotros nos toca una vez más defender la verdad, no a los personajes en el poder (no son nuestros modelos de gobernantes ni Sadam ni Gadafi), sino la verdad: el nuevo colonialismo che descaradamente, y cada vez más, está tomando posesión del mundo bajo el lema risible de la democracia.
¿Cuando nos daremos cuenta? ¿Cuando decidiran que nuestro Gobierno ya no es “amigo” y entonces nosotros también seremos oprimidos que hay que liberar? ¿Dónde se oculta el derecho internacional? Extinto para nuestra prensa. Es necesario aceptar la normalidad de una policía internacional que interviene disparando y bombardeando dónde aquellos señores deciden que se necesita.
Los bombardeos comienzan siempre después de que las bombas de papel han pasado por todas partes y han sembrado. Primero la tenaz campaña de los medios de comunicación crea el monstruo (recuerdan a Saddam Hussein que cuando era un niño impalaba a los perros?), luego sigue la necesaria destrucción del monstruo.
Y aquí volvemos a nuestra descarada Yoani. Sus escritos, tan mezquinos, no valdrían el tiempo que se les dedica para responderlos, si no fuera necesario parar la bomba, y ayudar a los lectores de buena fe, almenos a entreveer otra posible verdad.
Cuba, tan calumniada por haber mártirizado la homosexualidad - un País que la Revolución tuvo que liberar también luchando contra una prostitución moral y cultural colosal, donde se utilizaban indistintamente hombres, mujeres y niños - garantiza el cambio de género con la cirugía de forma gratuita (y no con recomendación... como quiere hacer entender nuestra pobrecita): ¿vamos a ver cuantos Países en el mundo hacen lo mismo? ¿Y cuantos en el llamado Tercer Mundo?
Así que la noticia que en Cuba una persona se puede operar de forma gratuita y luego casarse con su pareja, mujer o hombre, como en todas partes, es transformada por la escritorucha en un evento-matrimonio, liberador, desafiador de la burocracia y el atraso de Cuba, como si fuera ilegal o extorsionado! A esta tipa que repite “Cuba se abra a la modernidad y la modernidad se abra a Cuba” le recomendamos que se venga a dar una vuelta en la tan moderna Italia, donde la publican con entusiasmo... si para ella los cubanos han “quedado afuera del siglo XXI”... ¿dónde estaremos nosotros, los italianos?
