Claudia Fonseca Sosa - Cubadebate.- Abdel Aguilar Galarraga, propietario del Hostal Aguilar, en Centro Habana, conoce de primera mano las afectaciones del bloqueo impuesto por Estados Unidos a Cuba en el negocio de renta de casas:
“Se nos dificulta grandemente el acceso a páginas de reservas y que ofrezcan nuestros servicios, como Booking. com. Estamos limitados a la hora de mostrar nuestros productos al mundo. Como cadena económica de servicios, al no poder ofrecer nuestro trabajo, los demás negocios como transporte, renta de autos, restaurantes, servicios médicos, albañiles, personal de limpieza, guías turísticos, también se perjudican. Al afectar el turismo como industria primera de nuestra nación, se socava también la posibilidad de que el Estado pueda ofrecer los servicios sociales con calidad.
“El designar a Cuba como Estado patrocinador del terrorismo, la guerra digital, la manipulación en las redes, la imposibilidad de acceder al ESTA si se ha visitado el país, genera un miedo e incertidumbre en los turistas que los coloca ante la disyuntiva de venir o no a Cuba”.
Abdel refiere que el flujo de turistas a su emprendimiento ha disminuido considerablemente: “A los que hemos apostado por nuestro país para desarrollarnos, el bloqueo nos afecta a diario y nos impide ofrecer servicios competitivos”.
“Cuba cuenta con una capacidad total aproximada de 20 000 habitaciones en casas de renta privadas. Entre marzo de 2023 y febrero de 2024, de los 163 455 estadounidenses que visitaron el país, el 45.6% de ellos se hospedó en estos alojamientos, con una estancia promedio de una semana.
“De no existir las restricciones y prohibiciones vigentes, y de incrementarse el flujo de visitantes estadounidenses a Cuba, se estima que el sector privado cubano podría percibir ingresos adicionales por 106.7 millones de dólares”, dice el más reciente informe sobre el impacto del bloqueo de EE.UU.
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Sobran también los ejemplos de herramientas informáticas que no son accesibles para desarrolladores nacionales, solo por su condición de ser cubanos.
Para el Ingeniero Carlos Miguel Pérez Reyes, fundador de DOFLEINI Software, la primera mipyme privada cubana dedicada al desarrollo y exportación de productos informáticos, el bloqueo significa un freno para el sector:
“Con los clientes estadounidenses, los más cercanos geográficamente, pero también quienes concentran la mayor cantidad de innovación y las principales empresas del sector de la informática, no hemos podido concretar negocios, aun cuando recibimos decenas de solicitudes. No tenemos una vía para recibir pagos, ni siquiera a través de un tercer país. Muchos clientes terminan por no entablar relaciones con Cuba, no importa qué talentoso sea el equipo que esté detrás. No disponer de estos medios, como las pasarelas digitales, nos aísla del ecosistema tecnológico del mundo”.
El efecto del bloqueo se evidencia igualmente en la compra de tecnología imprescindible para desarrollar nuevos proyectos. Se dificulta, además, el acceso a mecanismos financieros externos:
“Una vez que se intenta en algunas de estas plataformas realizar una compra de algunos de sus servicios profesionales -amplía Pérez Reyes- ni siquiera aparece Cuba en las opciones de países a seleccionar. La gran mayoría de los sistemas de software están bloqueados para Cuba, los más conocidos son los sistemas de comunicación como Zoom, Slack, GitHub entre otros. Hay un discurso de que esta política no daña al sector privado y que tenemos ciertas ventajas, pero no es así.
“Los emprendedores del sector privado no queremos que nos regalen un centavo. Queremos que nos dejen hacer las cosas en igualdad de condiciones al resto del mundo, porque los problemas de Cuba los resolvemos los cubanos”.
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Lácteos Clamanta es una mipyme privada, localizada en el municipio capitalino de la Lisa. Su función principal es la producción de yogurt probiótico y helado de crema marca Gustó. Su titular, Martín Nizarane Araluce, es testigo de las limitaciones en las que deben desenvolverse cada día como resultado de la política de bloqueo:
“Las leyes extraterritoriales de EE.UU. nos han impedido operar en condiciones normales del mercado, obstaculizando un ambiente adecuado de negocios. Genera condiciones desventajosas y limita nuestra capacidad negociadora frente a los proveedores extranjeros, los que nos ofrecen las materias primas, insumos y equipamientos a altos precios y con formas de pago en ocasiones irregulares, dado que el bloqueo frena el acceso de la mipyme a la banca internacional”.
Cuando las mipymes se conectan con los proyectos de desarrollo local, en beneficio de la población, como es el caso de Lácteos Clamanta, comienzan a sufrir también el ataque mediático de los que lucran con la política de odio hacia Cuba:
“En los medios anticubanos, incluidas las redes sociales, intentan desacreditar, desestimular y detener el esfuerzo de quienes, en difíciles condiciones, aportan más a la producción de alimentos, aprovechando las oportunidades que ofrecen las nuevas políticas económicas instrumentadas en el país”.
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En conversación con Cubadebate, la doctora Seida Barrera Rodríguez, profesora e investigadora titular del Centro de Estudios Hemisféricos y sobre EE.UU. de la Universidad de La Habana, comentó que “el bloqueo a Cuba impacta en las formas de gestión no estatal en todos los ámbitos, incluso sin que a veces ellas se den cuenta. La sociedad está agotada y en ocasiones no se quiere hablar del tema. Pero su impacto es real”.
La también consultora del Centro Internacional de La Habana, del Ministerio de Educación Superior, ejemplificó su afirmación anterior refiriéndose a la obligación que en la mayoría de los casos tienen estas formas de gestión de realizar los pagos a sus suministradores en el exterior, “porque el riesgo es muy alto, ya que, como se conoce, Cuba no puede comercializar en dólares”.
Explicó que “más del 70% de las transacciones en el mundo se realizan mediante el Sistema Internacional de Transacciones (SWIFT)”, el cual es monitoreado por EE.UU., y que “existen solamente dos alternativas que provienen de Rusia y China; pero hasta el momento estas tienen un funcionamiento en el cual Cuba no ha podido terminar de entrar”.
“Se han dado pasos concretos para poder formar parte del mecanismo de Rusia. Muestra de ello es que ya las tarjetas MIR funcionan en el país. Pero eso lleva un proceso, una infraestructura, y a Cuba le cuesta más trabajo que al resto de los países por el propio bloqueo”.
“Por ahí vemos como todo el tema del financiamiento se ve afectado”, dijo.
Barrera Rodríguez señaló que a las formas de gestión no estatal el bloqueo las afecta en cuanto al acceso a materias primas. “Cuba es un país importador desde mucho antes de triunfar la Revolución, porque es un país con pocos recursos naturales. Es muy difícil crear un producto 100% cubano porque sencillamente no tenemos las materias primas para hacerlo y debemos importarlas. Somo importadores dependientes desde el inicio”.
Las importaciones y las exportaciones de estos actores se ven limitadas por los altos precios derivados del acceso a mercados lejanos.
“Si hablamos de exportación también enfrentan dificultades”, agregó la profesora, pues siempre existe la disyuntiva de “cómo llega, cómo entra y cómo sale el dinero de Cuba. Exportar se convierte en un vía crucis: qué sucede con ese dinero que gana la empresa y cómo lo puede utilizar”.
Argumentó que “hay que tener en cuenta que el poco dinero que entra al país se usa para garantizar servicios gratuitos básicos para la población”. Aun cuando se han creado mecanismos específicos para las formas de gestión no estatal, persiste en muchos clientes “una sensación de inseguridad”.
Además, sostuvo Barrera Rodríguez, “hay que tener en cuenta que las flexibilizaciones del bloqueo tienen fines muy específicos”.
“La mayor parte de las flexibilizaciones del bloqueo están dirigidas hacia el sector de las telecomunicaciones. Eso tiene un objetivo muy claro de penetración de la sociedad cubana. Y eso no deja fuera a las formas de gestión no estatal.
“Las formas de gestión no estatal son objeto de las flexibilizaciones, entre otras razones para que adquieran medios de comunicación, y así promocionarse, pero a su vez pueden convertirse en blancos para recibir capacitación, e incitarlos a criticar al sistema sociopolítico cubano, y no precisamente de una manera constructiva”, dijo.
Lo cierto es que el bloqueo impacta en todas las esferas de nuestra sociedad y la vida cotidiana de los ciudadanos. Es un diseño pensado para obstaculizar las principales fuentes de ingresos del país, como el turismo, y entorpecer nuestras relaciones comerciales. De lo que se trata es de frenar el desarrollo de Cuba.
Del 1 de marzo de 2023 hasta el 29 de febrero de 2024 causó daños y perjuicios materiales estimados en 5 056.8 millones de dólares, cifra que representa un incremento de 189.8 millones con respecto a la reportada anteriormente.
La cifra representa una afectación aproximada de más de 421 millones de dólares mensuales, más de 13.8 millones de dólares diarios, y más de 575 683 dólares en daños por cada hora de bloqueo.
A precios corrientes, los daños acumulados durante más de seis décadas de aplicación de esta política ascienden a 164 141.1 millones de dólares.
Expertos en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos apuntan que medidas como la prohibición de viajes pueblo a pueblo en la modalidad individual, la inclusión del país en la Lista de Estados patrocinadores del terrorismo, así como la Lista de Alojamientos Prohibidos en Cuba, han afectado los ingresos por concepto de turismo y hospedaje y han reducido considerablemente las reservas en casas de renta privadas.
La principal limitación para estos actores radica en no tener acceso al mercado turístico estadounidense, por lo que compiten en desigualdad con otros oferentes en la región.
Al propio tiempo, la imposibilidad de procesar visas de no inmigrantes en La Habana ha limitado la capacidad de los emprendedores cubanos para viajar a Estados Unidos, mercado ideal -por su cercanía- para adquirir directamente los suministros necesarios para su actividad.
Por otra parte, las medidas coercitivas unilaterales aplicadas en los últimos años por el gobierno estadounidense contra las instituciones financieras han provocado que varias plataformas de pago y comercio electrónico, como PayPal, se nieguen a brindarles servicios a estos actores económicos, solo por el hecho de ser cubanos, sin importar la forma de gestión a la que pertenezcan.
Estos actores y sus clientes no cuentan con una vía segura de pago en línea, ni siquiera a través de un tercer país, al no poder acceder fácilmente a tarjetas Visa, ni Mastercard, para abastecer sus negocios.
Como resultado, las sucursales de los bancos no concretan sus transacciones y muchos clientes deciden no proseguir las relaciones con entidades privadas cubanas.
El sector privado tampoco escapa a la aplicación del Título III de la Ley Helms-Burton. Esta ley no hace distinción entre el actor estatal o privado que maneje los bienes bajo demanda y, por tanto, una persona natural también puede estar bajo los efectos de esta absurda legislación.
En el caso de los proyectos de desarrollo local, los cuales permiten el encadenamiento de los diferentes actores económicos, solo basta que una de estas partes, como una empresa estatal, sea sancionada, para afectar de manera directa a su contraparte en el sector privado.
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Barrera Rodríguez explica a Cubadebate que, en su actividad como consultora del Centro Internacional de La Habana, ha intentado aprovechar la alternativa de las criptomonedas para tratar de esquivar los efectos del bloqueo.
“Con los clientes hemos intentado pedir autorización a la autoridad pertinente para operar con criptomonedas, eso es un proceso aún en marcha, pero nos hemos percatado de que varias están en negociaciones a través de sus representantes para entrar al SWIFT, lo cual aumentaría los riesgos para utilizarlas, y eso lleva monitoreo extra”.
Añadió que otro de los riesgos que enfrentan las formas de gestión no estatal son las listas negras. “Si una empresa cae en una de esas listas puede llegar a ser sancionada, sobre todo cuando se identifica que realmente hacen la diferencia y que aportan a la sociedad. Entrar en una lista negra implica que no puedes realizar ninguna transacción en el exterior”.
Destacó entonces la ironía: “Resulta que hemos tenido que hacer nuestra propia lista negra para ir identificando las criptomonedas vinculadas al SWIFT que quedarían vetadas para Cuba”.
“Si el SWIFT lo detecta pudiera sancionar al banco, al proveedor o al cliente involucrado en esa transferencia bancaria. Es un laberinto de detalles a tener en cuenta cuando uno consulta sobre estos temas”.
Respecto a las nuevas disposiciones adoptadas en Cuba relacionadas con las nuevas formas de gestión no estatal, comentó que “existe expectativa entre los distintos actores de la economía sobre la entrada en vigor de estas normas y, a la vez, un poquito de temor, porque se esperan cierres de negocios que hasta ahora estaban evadiendo responsabilidades”.
Consideró que estos actores económicos perciben que no hay infraestructura suficiente para soportar la bancarización, aunque se reconoce como un paso necesario.
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Al cierre de marzo de 2024, se registraban en Cuba 10 614 micro, pequeñas y medianas empresas privadas. Junto al resto de las formas de gestión no estatal, representan cerca del 15 % en la creación del PIB y cubren alrededor del 35% del empleo en el país, detalla el informe sobre el bloqueo presentado este mes por Cancillería.
El texto señala que las restricciones del bloqueo han afectado de manera significativa la actividad de numerosos emprendedores privados, dueños de empresas y cooperativistas cubanos. En 2023, se registraron 685 mipymes con pérdidas en su gestión, lo que representó un 7.2 % del total.
El pasado 28 de mayo el gobierno de EE.UU. anunció un grupo de medidas limitadas para supuestamente “favorecer” a este sector, mediante autorizaciones para servicios de Internet y transacciones financieras.
Sin embargo, cualquier análisis serio de estos anuncios, si se es consciente del efecto intimidatorio e integral del bloqueo, arroja muchas dudas, sostiene Cancillería, y acto seguido se cuestiona:
“¿Cómo harán los grandes conglomerados de las tecnologías y las comunicaciones para discriminar entre el sector estatal y privado cubano y definir su acceso a páginas web, herramientas y sitios de Internet que hoy se encuentran bloqueados para cualquier usuario desde Cuba? ¿Cómo se facilitarán las compras en Internet de insumos necesarios para las actividades del sector privado sin acceder a tarjetas electrónicas de pago usadas en todo el mundo? ¿Qué naviera se arriesgará a venir a Cuba para traer esos insumos, sin poder tocar puerto estadounidense en los próximos seis meses?
“¿Estará dispuesta una compañía o banco extranjero a aceptar transacciones de una empresa privada cubana si el país continúa en la Lista de Estados patrocinadores del terrorismo que emite el gobierno estadounidense y, por tanto, podría ser objeto de escrutinio y multas millonarias? ¿Qué banco en el exterior estará dispuesto a abrir una cuenta de un empresario cubano al conocer los obstáculos para operar en dólar estadounidense o ante la incertidumbre causada por algún nuevo cambio regulatorio que endurezca el bloqueo a Cuba y hacia terceros?
“¿Cómo podrá un empresario cubano recibir sus ganancias en Cuba por concepto de operaciones en el exterior, si los bancos nacionales continúan bajo el esquema de sanciones del gobierno de los EE.UU.?”.
“La realidad es que el bloqueo es tan complejo y abarcador, con un cúmulo de leyes milimétricamente diseñadas para cercar a Cuba, que difícilmente algún sector de la sociedad y de la economía pueda escapar de él si no se levanta el conjunto de restricciones y prohibiciones que hoy sustentan esta política y que afectan sistemáticamente y de manera significativa a todos los actores económicos”, afirma Cancillería.
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Oliesky Fabre del Castillo, es fundador de EnParalelo, mipyme privada que propone la producción, comercialización y transformación de productos agrícolas de alto valor nutricional. Es un emprendimiento que, además, coordina un proyecto de desarrollo local en el municipio Plaza de la Revolución, en La Habana.
“Al ser de nueva creación, empezamos desde cero, enfrentándonos a un proceso inversionista, y a la búsqueda de espacio y financiamiento para desarrollar todo lo que queríamos. Pudimos acceder a un financiamiento con la banca cubana que nos permitió arrancar”.
A finales de 2022, EnParalelo fue seleccionado por el Hub Regional de Innovación del Programa Mundial de Alimentos (HZero), con sede en Colombia, como una de las 10 ideas más innovadoras para acabar con el hambre en Latinoamérica.
Argumenta Castillo que:
“Eso nos permitió acceder a un nuevo financiamiento y a un programa de aceleración de seis meses que nos preparó para consolidar nuestro modelo de negocio. Ahí empezamos a sufrir en carne propia los efectos del bloqueo. La primera traba la encontramos en la comunicación vía online para los cursos de preparación, así como en el acceso a otras plataformas de generación de conocimientos de la academia. Muchas veces debíamos ver conferencias grabadas, luego de celebradas. Tener acceso al financiamiento en Cuba fue otra odisea. Ese dinero sería empleado en el proceso inversionista, en la importación de una serie de insumos, equipamiento, y todos los suministradores necesitaban pagos en el exterior. Enfrentamos varios obstáculos para identificar proveedores que estuvieran registrados en el país. Asimismo, conocíamos de suministradores que estaban muy cerca en EE.UU. pero era imposible negociar con ellos”.
Castillo reconoce también los obstáculos del bloqueo para el acceso a semillas en el país, lo cual es un insumo imprescindible para EnParalelo:
“Aunque hemos identificado proveedores estadounidenses, no los hemos contactado porque sabemos las barreras que enfrentaremos. Muchos de los insumos que necesitamos los vemos en plataformas de comercio electrónico, que tienen prohibido realizar envíos a Cuba. Para nosotros sería muy beneficioso lograr un comercio bilateral estable con los EE.UU., por la cercanía y la calidad de sus materias primas. Ahora el gobierno de Biden ha anunciado algunas medidas para “apoyar” al sector privado, pero eso no cambia para nada la esencia del bloqueo. Resta por ver todavía su alcance real”.
Nota: Ejemplos y datos extraídos del Informe de Cuba en virtud de la resolución 78/7 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, titulada “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”.