Eliades Acosta Matos - Cubarte.- Está haciendo aguas el hermoso sueño americano de que los documentos de las administraciones que han dirigido el país son patrimonio de la nación y que cualquier historiador o simple ciudadano está en el derecho de consultarlos libremente. Si alguna vez funcionó en la vida real, está por ver, pero lo cierto es que desde el 2001ese sueño se ha convertido en estremecedora pesadilla.

 

La Columna