La Jiribilla.- Minutos después de concluida la ceremonia de presentación de Ángel, la raíz gallega de Fidel, su autora Katiuska Blanco, recibió una llamada telefónica del líder de la Revolución. La periodista e investigadora compartió con La Jiribilla detalles de la conversación: "Se preocupó porque la letra fuera legible como para que yo la pudiera comprender. Me preguntó por todo, él siempre pregunta por quiénes están presentes, qué cantidad de compañeros había, si todos pudieron alcanzar el libro, qué habían dicho los presentadores… mil y un detalles, porque siempre trata de estar al tanto de las cosas que suceden. No puedo decir mucho, porque la verdad es que ha sido un día lleno de circunstancias especiales; pero pienso que hoy, su primera preocupación es Cuba y eso, de alguna manera, lo expresa en el mensaje.
En la dedicatoria del libro, Fidel le agradeció a Katiuska la carta que ella le enviara cuando conoció el mensaje del 18 de febrero: “Tu carta para mí significa el testimonio vivo que brota de quien fuera expediente destacado en la escuela de periodismo e internacionalista consecuente, en la lucha histórica, inmediatamente después de graduada. Tú sabes abordar el valor inmortal de las ideas”.
“Lo más importante de este día son sus palabras -comenta Katiuska-, sobre todo las finales, cuando explica qué es lo que está haciendo, lo que hizo hoy al votar. De la dedicatoria, la parte en que dice -a mí me cuesta mucho trabajo repetir el mensaje, no quise leerlo porque me emociona mucho…: ````Cuando hice uso hoy 24 de febrero de mi derecho como parlamentario, no voté contra ninguno de los candidatos propuestos por la comisión de candidatura. La defensa se percibe hermética, ante los planes del imperio´. Pienso que es la frase más importante del mensaje de Fidel.
Publicado por la Editora Abril, este título nació de la investigación que hizo su autora para escribir Todo el tiempo de los cedros, el paisaje familiar de la familia Castro Ruz. Para ella, esta historia es como una travesía que comenzó hace ya tiempo cuando estuvo por primera vez en Láncara, tierra de donde partió Ángel Castro hacia Cuba. Describió a Galicia como “hermosa y singularísima, alma y raíz de una estirpe rebelde”… “El libro -cuenta a La Jiribilla- tiene un simbolismo para Galicia, porque lo más profundo, lo ancestral, siempre tiene que ver con las edificaciones, cuánto hay de fortaleza, de defensa, de resistencia… se llaman castros; eran edificaciones celtas sobre las cuales también levantaron sus fortines y sus fuertes los romanos. Y para nosotros, en Cuba, los castros venidos de España tienen un sentido muy similar. Sobre los castros de Galicia y Cuba pesan entonces los símbolos de la historia”.
En las palabras de presentación, el Historiador de la Ciudad de La Habana, Eusebio Leal Spengler, dijo refiriéndose a esta obra que es un bello homenaje a la emigración, tomando como ejemplo la figura de un hombre que había creado una utopía intuitiva en aquel recóndito lugar, y se había convertido en un en un valladar ante el avance impetuoso de los grandes dueños de las haciendas y los cañaverales de Oriente. Su sacrificio -expresó- fue la piedra fundamental sobre la cual se ha levantado este roble que nos conmueve con su generosidad y a cuya sombra hemos vivido, y vivirán generaciones futuras.
Al decir de Miguel Barnet, Premio Nacional de Literatura, tanto Ángel, la raíz gallega de Fidel como Todo el tiempo de los cedros, “son muestras de lo mejor elaborado de la novela testimonio en nuestras circunstancias” y este libro en particular será una obra que siempre vamos a recordar. Barnet leyó a los presentes, el fragmento del libro en el que Katiuska narra la llegada de Ángel a Cuba como soldado español y su retorno a la Isla el 4 de diciembre de 1899 para establecerse definitivamente en esta tierra y dar lugar a una estirpe dentro de la cual se encontraba Fidel, “niño que nació con los pulmones llenos de ese aire libertario que salvó a Cuba de la esclavitud económica”. Para Barnet este título es entonces, “un monumento virtual a Ángel, quien también es fundador de la nación cubana”. Y comenta Katiuska: “Me emocionó mucho lo que escribe Fidel, al final de la dedicatoria (lee del original): “Gracias por el respeto y cariño a la figura de Ángel, cual si fuese un familiar allegado a ti”.
Nada es el presente sin un ayer que lo explique. Todo árbol que se levanta alto hacia el cielo, tiene debajo de la tierra un sustento poderoso y firme, ese soporte es, para el caguairán más alto de todos los cubanos, Ángel, la raíz gallega de Fidel.
