P. Luis Barrios - Virtin Red Informativa.- Introducción:

Este 1 de enero de 2009 estaremos celebrando el aniversario de oro, o sea, los cincuenta años del triunfo de la revolución cubana. Amén con Aché.

Por un lado curiosamente en nuestro diario vivir el oro se ha empleado como símbolo de pureza, valor y realeza, entre otras cosas.  Y por otro lado, se le ha denominado regla de oro (hay quienes le llaman regla dorada) a la ética de la reciprocidad. Esta regla de oro de la reciprocidad –a mi juicio- ha sido la espina dorsal de la sobrevivencia de la revolución cubana caracterizada por un principio moral que tiene su fundamento en la Biblia: todo lo que ustedes desearían de los/as demás, háganlo con ellos/as (Mateo 7:12).


La regla de oro de la revolución cubana:

La revolución cubana desde sus comienzos ha tenido la preocupación de poner en práctica esta regla de la reciprocidad. Y es por esto que a pesar de bloqueos, aislamientos, criminalizaciones y desprecios, esta revolución siempre encuentra personas solidarias dispuestas a ser parte de este proceso y de defenderla.

La revolución cubana es como el Evangelio de nuestro hermano y compañero Jesús, o sea, es acción, de aquí el que no diga; no le hagas a otros/as sino mas bien, haz a otros/as. Es por esto que exportan doctores/as, maestros/as, medicinas y salvación por todo el mundo, mientras que desde aquí en Estados Unidos se exportan corporaciones, militares, bombas y destrucción.

Otra característica importante en esta regla de oro de la reciprocidad es que como revolución, ellos/as no dan de lo que le sobra, sino mas bien comparten de lo que tienen. Y cuando comparten no promueven el paternalismo/maternalismo, sino mas bien empoderan para que la gente o los pueblos se liberen a si mismo. Esta es la verdadera solidaridad que va mas allá del egoísmo nuestro donde si nos sobra entonces vamos a compartir. Y como no nos sobra, entonces seguimos construyendo nuestras agendas individualistas  y competitivas que se alimentan de la ética capitalista. De aquí el que la revolución cubana aprendió hace mucho tiempo que la bendición de Dios está en dar, no en recibir. Es por esto que Diosa les bendice y nunca han tenido que mendigar sino más bien, recoger de lo que siembran: la solidaridad. En esto el proyecto de Pastores/as Por la Paz,  con el Rev. Lucius Walker y toda la gente bella que lo componen, nos puede narrar miles de historias de bendiciones.

La regla de oro de la reciprocidad de la revolución cubana ha demostrado asimismo todo lo contrario de lo que las palabras o teorías en nuestro sistema de gobierno aquí en Estados Unidos nos dicen: In God We Ttrust (En Dios confiamos). Esta revolución cubana sin mencionar a Dios o su nombre, en la práctica, o sea, en la acción, tiene mucho mas fundamento religioso que la nuestra porque ha demostrado exactamente lo que la Biblia nos enseña y es que el asunto no es hablar o mencionar a Dios, sino más bien practicarle con la justicia. De aquí las expresiones radicales de Jesús cuando nos dice: Gracias porque cuando tuve hambre, ustedes me alimentaron; tuve sed y ustedes me dieron de beber. Pasé  como forastero y ustedes me recibieron en su casa. Anduve sin ropas y me vistieron. Estaba enfermo y fueron a visitarme. Estuve en la cárcel y me fueron a ver.    Entonces la gente buena preguntarán: Dios, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, sediento y te dimos de beber, forastero y te recibimos o sin ropa y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y te fuimos a ver? Y Dios respondió, en verdad les digo que, cuando lo hicieron con alguno/a de estos más pequeños/as, que son mis hermanos/as, lo hicieron conmigo (Mateo25:35-40).

El internacionalismo de la revolución cubana, eje central de la política exterior, o relaciones internacionales, cubana, hace real esta regla de oro de la reciprocidad porque contrario a lo que el gobierno de Estados Unidos está haciendo, ésta revolución sigue invirtiendo en la paz y no en la guerra. La inspiración por supuesto proviene de lo que el hermano y compañero Fidel Castro siempre ha dicho con palabras y acciones: Ser internacionalistas es saldar nuestra propia deuda con la humanidad. Como activista espiritual, teológicamente yo creo que es invertir en un mundo diferente pero mejor, o sea, es darle seguimiento al proyecto de liberación política, económica, social, religiosa, sexual, género, entre otras,  que Dios nos encomendó.

Este internacionalismo solidario cubano, el cual se manifiesta con un amor subversivo y una moral radical, nos fue enseñado con acciones también por el médico guerrillero, Ernesto Che Guevara. Así nació la ELAM, o sea, la Escuela Latinoamericana de Medicina radicada en La Habana, y con ella el ofrecimiento de 10,000 becas para la formación gratuita de médicos. En la actualidad, alrededor de 90 jóvenes de zonas pobres de los Estados Unidos se han sumado a las filas de los/as alumnos/as internacionales que estudian medicina en Cuba. O sea, que el Che sigue cabalgando por los caminos del ALBA y sus ideas de un nuevo ser humano y las obras de Fidel de un mundo mejor, siguen estando presentes. Esto nos demuestra que el proyecto del socialismo democrático sigue por un lado exponiendo el fracaso de nuestro capitalismo corporativo y por otro lado, nos deja ver que hay esperanza para seguir construyendo el paraíso del cual el hermano y compañero Jesus no hablaba de construir aquí en la tierra.

Esto a pesar del bloqueo inhumano, inmoral e ilegal que el gobierno de Estados Unidos le ha impuesto despóticamente al pueblo cubano para doblegarle y rendirle desde el 3 enero, 1961, cuando rompe relaciones diplomáticas con Cuba. A pesar de las amenazas, provocaciones y agresiones que diariamente el gobierno de Estados Unidos realiza contra Cuba, esta revolución  con su regla de oro de la reciprocidad se atrevió a ofrecer a su agresor unos/as 1,100 médicos  para intervenir contra el genocidio creado en New Orleáns el 29 de agosto de 2005, con el paso del huracán Katrina, donde quedó demostrado la negligencia, irreverencia,  racismo, e inercia tanto del gobierno local como federal al no llegar a tiempo para socorrer a la humanidad pobre, negra y latina. 

Véalo de esta manera. Desde que triunfó la revolución, Cuba ha sido golpeada física, social, militar, económica y políticamente por diferentes gobiernos de Estados Unidos. El odio y la revancha para tratar de aislar una experiencia emancipadora de un pueblo que se sublevó y encontró su liberación fueron las motivaciones diabólicas por parte de quienes por un lado administran la política imperialista del gobierno de Estados Unidos y por otro lado quienes componían la oligarquía cubana.

¿En qué contexto se da la revolución cubana? Lea cuidadosamente. Hacia 1952, las empresas norteamericanas controlaban el 47,4% de la producción azucarera, el 90% de la producción de electricidad y de las redes telefónicas, el 70% de las refinerías de petróleo, el 100% de la producción de níquel y el 25% de las casas comerciales, los hoteles y la industria de productos alimenticios. ¿Quiénes perdieron con el triunfo de la revolución? La gente rica de Estados Unidos y de Cuba. De aquí el adelante todo este circo de desinformación para desacreditar la revolución cubana. Esta gente está sangrando por la herida porque le quitaron los privilegios de robarle la esperanza a un pueblo. ¡Con razón odian la revolución cubana!

Por otro lado, yo no sé usted, pero mi experiencia en el diario vivir de defender el proyecto de la revolución cubana ha sido el tener que debatir con unos/as ex-revolucionarios/as o posmarxistas que se han acomodado al sistema y viven muy bien del mismo, por lo tanto no lo combaten, porque comen del mismo; unos/as creyentes en Dios que han desarrollado un proyecto teológico-capitalista del mas allá sin repercusiones socio-políticas en el mundo presente han creado un dios falso de sus creencias; unos/as académicos/as-intelectuales que al tener alas de cucaracha en la cabeza se la pasan tratando de explicar lo inexplicable cuando deberían de estar cambiando injusticias en justicias; unos trabajadores/as de la cultura que se han dedicado al entretenimiento público jugando al arte del camaleón pregonando la excusa de que no bregan con política; unos/as periodistas corporativos/as que son parte del proyecto de la construcción del consenso de la desinformación y la mentira que han vendido sus principios de compromiso social; y una serie de personas cobardes que no acaban de comprender que en tiempo de injusticias como los que estamos viviendo donde personas inocentes siguen siendo arrestadas, encarceladas, desaparecidas, torturadas y/o asesinadas, para construir la paz con justicia decir la verdad pasa a ser una necesidad, una obligación y un compromiso del amor subversivo, de cualquier revolucionario/a y/o cristiano/a.  

¿Cuándo esta gente entenderá que la historia ha corroborado ya por cincuenta años que la revolución cubana, aun con sus errores humanos, sigue siendo parte del plan de liberación socialista de nuestra Diosa para adelantar el proyecto de liberación? Este es el proyecto que teológicamente dio comienzo allí en Palestina hace mas de 2,000 años –y que la Biblia nos narra- cuando nos dice: la multitud de los/as fieles tenían un solo corazón y una sola alma. Nadie consideraba como suyo lo que poseía sino que todo lo tenían en común (Hechos 4:32).    

Este fundamento Bíblico es el mismo que Fidel Castro nos sigue presentando cuando nos declara ya para el año 2001 lo que es revolución: Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas. Revolución es unidad, es independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo. (Discurso pronunciado el  1º. de mayo del 2001.  Granma, 2 de mayo de 2001,  p.4.)

Porque es una revolución para cambiar a la humanidad, en favor del pueblo y en contra de las multinacionales, creyente de la inversión social y combatir el capitalismo corporativo, se ha ganado el desprecio por quienes se lucran de robarle la esperanza del pueblo. De aquí el que parte del castigo contra Cuba lo sigue siendo también el encarcelamiento injusto en cárceles federales de cinco compañeros y hermanos cubanos Antonio Guerrero Rodríguez, Fernando González Llort, Gerardo Hernández Nordelo, Ramón Labañino Salazar y René Gonzalez Sehwerert. Desde el año 1998 están encarcelados  por ser antiterroristas, defender la paz en Cuba y en Estados Unidos, o sea, por ser practicantes de la regla de oro de la reciprocidad. ¡Qué bueno que todavía existen profetas del amor subversivo! Por lo tanto, luchemos hasta sacarlos de estas prisiones y devolverlos a sus hogares en Cuba junto a sus seres queridos.

 

Conclusión:

Con este análisis teológico, quiero asimismo dejar demostrado que existe una militancia de la izquierda la cual debemos de reconocer y respetar porque somos parte de este proyecto de liberación. Pero a la misma vez quiero dejar claro que en la construcción de un mundo mejor el creer en Dios o no creer nada tiene de importancia, aquí lo que importa es practicarle. En esta práctica subversiva de la justicia –que es mi manera de describir a este fenómeno o experiencia que llamamos Dios-  es que nos encontraremos todas/os, seamos o no seamos creyentes, construyendo al hombre y la mujer nueva. De toda esta experiencia revolucionaria confío que nazca la verdadera y única religión: el amor. 

¡Qué bueno que ahora Cuba no está sola! En este momento le acompaña Venezuela, Ecuador Bolivia y Nicaragua, y se seguirán sumando. Yo espero que mi patria Puerto Rico lo haga pronto y logremos su descolonización e independencia. Asimismo confío que el 2009 sea el año del cataclismo de la hegemonía estadounidense y comencemos un nuevo año con muchos pos: posestadounidense, poseuropeo, poscapitalista, posimperialista, etc. Aunque hay que seguir buscando la manera que George W. Bush, Dick Cheney y el resto de la mafia gubernamental respondan ante la justicia por sus crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidios.

Concluyo entonces en este 50 aniversario de la revolución cubana -la regla de oro del socialismo cubano- dando gracias por su ejemplo de lucha. Dios siga bendiciendo al pueblo de Cuba, a Fidel, a Raúl y al resto de quienes siguen moviendo y defendiendo este proyecto socialista. Que no se nos olvide, Cuba sigue siendo el modelo de la esperanza del proyecto socialista de Dios. ¿Qué hace a esta revolución ser un proyecto de Dios? Es una revolución que surge al mundo sin ansias de dominio, sin propósito de explotación, ni de dominación de otro pueblo, sino que nace al mundo como ejemplo, con una aspiración de justicia, de justicia amplia, de justicia honda, dentro del más extraordinario sistema de respeto a las libertades humanas que ha conocido el mundo. Puesto en lenguaje popular, esta es la práctica del Evangelio del hermano y compañero Jesus.

Mil felicidades para esta revolución del pueblo y comencemos la nuestra aquí en Estados Unidos. Con o sin Barack Obama construiremos la paz con justicia.

 

P. Luis Barrios

Iglesia de Santa María

New York, New York

27 de diciembre de 2008

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