Programa Radial “La Noche se Mueve”.-

Simbología:
EG. Edmundo García
JP: Jorge Perugorría

EG: Entrevista con el primer actor cubano Jorge Perugorría. Muchísimas gracias Pichi, Jorge Perugorría, por aceptar esta primera conversación con La Noche se Mueve, para el público del sur de La Florida.
JP: Gracias a ti por entrevistarme y darme la oportunidad de también llegar a tu público.


EG: ¿Cuántas películas tú has hecho ya?
JP: Bueno, de verdad que ya han sido, desde Fresa y Chocolate, para acá, años de mucho trabajo, creo que casi 45 películas.
EG: Bastante rápida y meteórica tu carrera.
JP: Si, bastante rápida, fueron diez primeros años de mi carrera dedicados al teatro básicamente y a partir de que empecé en el cine, en el '93, en todos estos años dedicados al cine, como 45 películas.
EG: ¿En el teatro cómo te había ido, tú eres un buen actor de teatro?
JP: El teatro para mi fue mágico, yo llegué a pensar, incluso, que me iba a dedicar  la vida entera a hacer teatro, porque yo empecé del Movimiento de Aficionados de teatro con el maestro Humberto Rodríguez, el grupo Olga Alonso y ahí me formé como actor; después pasé a Arte Popular con Rogelio Hernández Espinosa, el dramaturgo cubano, al grupo de Teatro Caribeño, ahí me evalué como actor profesional; estuve también en el Rita Montaner y lo más importante y destacable de mi trabajo en el teatro fue haber trabajado en ¨Trilogía de Teatro Norteamericano¨, con Carlos Díaz en los '90, que fue un boom en el teatro cubano y después hicimos Las Criadas de Jean Genet con Carlos y fundamos Teatro El Público, que es uno de los grupos que hoy sigue representando la escena cubana.
EG: ¿Tú no tenias entonces formación académica como actor?
JP: No, no, yo vengo del Movimiento de Aficionados.
EG: ¿Tú no tienes formación académica?
JP: No tengo formación académica.
EG: ¿Te consideras autodidacta?, ¿has ido a Grotowski, a Brecht , a Stanislavski, o sigues siendo un actor empírico?
JP: Yo lo que si he tenido han sido grandes maestros, sobre todo Humberto,  que es Stanislavkiano,  y a todo el grupo de alumnos que estábamos con él nos preparó como si hubiéramos pasado una escuela, él es un gran formador de actores.

EG: ¿Tú tienes un método de actuación?
JP: Cada cual va haciendo su propio método en el camino, yo creo que yo, básicamente, el metodo es Stanislavski, fue el que Humberto me enseñó, fue con el que trabajé a la hora de componer y poder crear un personaje. Después, uno con el trabajo y la experiencia, va adaptándose,  también porque todo eso termina siendo muy relativo en la práctica. O sea, el método no es algo que tu puedas aplicar estrictamente, aunque siempre es un punto de partida en cada trabajo y en cada experiencia.
Por otra parte cada director de cine tiene su librito también, entonces hay un juego de adaptación a cada director; hay directores que les gusta un trabajo de mesa más profundo, que los actores preparen bien los personajes y  ahí tienes más posibilidades de aplicar el método, después te quedas tu solo ya con tu manera de hacer, porque hay directores que no les gusta ni siquiera ensayar, les gusta que los actores tengan frente a la cámara la frescura casi de una improvisación y buscan ese tipo de cosas en el trabajo.
EG: ¿Tu encuentro con Titón se produce por azar o a partir de una audición que había hecho Gutiérrez Alea para Fresa y Chocolate?
JP: A partir del casting que Titón estaba haciendo para Fresa y Chocolate. Se estaban presentando todos los actores, primeramente porque Tomás Gutiérrez Alea ya era el director más importante del cine cubano y cada vez que iba a hacer una película y lanzaba una convocatoria de casting, todo el mundo tenía la ilusión trabajar con Titón;  después porque se trataba del cuento de Senel Paz, El Bosque El Lobo y El Hombre Nuevo, que había tenido un éxito arrollador. Todo el mundo conocía los personajes, el de Diego y el David, y sabían que eran dos personajes maravillosamente escritos y todos los actores estaban ilusionados con poder tener esa oportunidad.
Titón hace un casting bien grande donde se presentan muchísimos actores y entre ellos nos presentamos Vladimir y yo, prácticamente optando por el personaje de David, que es el que nos representa como generación a los dos, somos nacidos en el mismo año prácticamente,  y después Titón me dice que ya él  tenía a David,  que tenía muchas opciones y que estaba probando para Diego.
Yo estaba haciendo teatro con Carlos Díaz, estaba haciendo Las Criadas de Jean Genet,  estaba interpretando a  una mujer, a Clara, o sea, yo tenía todo el manerismo, la gestualidad andrógena la estaba utilizando en el teatro en un personaje en ese mismo momento.  Carlos Díaz me ayudó a preparar mi prueba,  a pesar que él también se presentó al casting optando por el personaje de Diego. Yo pensé que nunca me lo iban a dar, que iban a escoger un actor de más experiencia, los moustros que habían  aquí, estaba Llauradó, que lo podía haber hecho, Carlos  Cruz, en fin, cualquier actor cubano de experiencia en el cine y el teatro, pero Titón apostó por las pruebas que hicieron los actores, apostó por mi y apostó por Vladimir Cruz,  e hicimos la película.
EG: ¿El hecho de interpretar para un público tan grande, un gay, cuando todavía un grupo de tabúes gravitaba en la sociedad cubana, te trajo algún problema en tu decisión, te trajo alguna contradicción?
JP: No, para nada, incluso ya yo te decía había hecho la Trilogía  con Carlos Díaz que era un teatro donde estabamos jugando con toda la naturaleza     del     andrógeno,  y  un    actor es una persona que supuestamente no debe tener los tabúes que tienen otras personas porque siempre ser artista, ser actor, implica una rebeldía ante la sociedad.

EG: ¿Tú te besarías con un hombre en una película, si la película lo requiere?
JP: Si la película lo requiere y el personaje y la historia lo valen, claro que sí.
EG: ¿Ha pasado?
JP: No, no ha pasado.
EG: ¿Alguién te lo ha propuesto?
JP: No, no  (Risas)
EG: ¿Te gustaría enfrentar una escena de este tipo, o sea, por gusto propio?
JP: No, no, por gusto propio no me gustaría, sería una cosa bien difícil, pero sabes, ante un buen proyecto y un buen personaje, uno es capaz de hacer cosas como esas,  como los actores hacen cosas  que ponen en peligro su vida a veces, haciendo disparates, haciendo escenas difíciles donde ponen en riesgo su persona, incluso.
EG: Pichi, ¿si no hubiese sucedido Fresa y Chocolate, hubiese existido el Jorge Perugorría  que hoy conocemos?
JP: No, seguramente no, hasta ese momento yo era un actor, como te decía, de teatro, Tenía 27 años, nunca había hecho una película y pensé que mi vida iba a dedicarse al teatro, mi ilusión era seguir haciendo teatro en Cuba. Es difícil vivir del teatro, inventar en cómo mantenerse, ya tenía dos hijos cuando eso, cuando hice el personaje de Fresa y Chocolate y era muy dura la vida y prácticamente había que dedicarle un tiempo al teatro y otro tiempo a buscar la manera de cómo mantener la familia y pensé que mi vida iba a ser eso, pero bueno es lo maravilloso de estar vivo, cualquier cosa puede ocurrir en cualquier momento
EG: Tú vienes de una procedencia muy humilde, tengo entendido que tu familia realmente viene de un barrio popular, de extracción humilde, sencilla, que es una familia muy unida, sin embargo hoy en día tú eres un ser privilegiado en Cuba, a partir de que tu trabajo te permite una remuneración como Dios manda digamos, ¿eso ha cambiado en Pichi, en Jorge Perugorría, ha cambiado algunas cosas, ha transformado el carácter, qué ha pasado con un cambio de vida así?
JP: Yo no soy el más indicado para responder  eso porque es difícil  hablar de uno mismo, pero por lo que me dice la gente parece que no, la gente entre las cosas que mas me dice es, coño, pero tú sigues siendo el mismo, no te han cambiado las cosas que te han pasado en la vida, es un comentario que me dice la gente, no se si hipócritamente.

EG: A mi me consta,  pero quiero preguntarte entonces, cómo has hecho para que los humos… porque conozco gente que ha hecho dos escenas en una novelita y de buenas a primera, se sienten Sissi Emperatriz, o sea, tu cómo has hecho para que los humos no se te suban a la cabeza, algo que también es humano.
JP: Sí, y es posible, pero yo creo que seguir con los pies en la tierra, no se si las cosas han acontecido tan rápido que no me ha dado tiempo ni de creermelas, nada que  yo soy así, creo que  las personas al final no cambian, las personas que de pronto, como tú dices, hacen dos escenas en una película y al otro día se creen una estrella de cine, es que siempre fueron así. Yo creo que la gente que es normal, es normal y continúa esa vida,  y puedes tener éxitos y fracasos, porque la vida está lleno de eso, no es una parábola ascendente, uno mañana está en un lugar y pasado está en otro,  arriba y abajo, es la dialéctica de la vida,  lo que pasa es que siempre iba a ser así, como soy.
EG: Elsita, tu esposa, ¿ ha contribuido en eso, en mamtenerte los pies en la tierra?
JP: Si, ha contribuido mi familia y el hecho de seguir viviendo en Cuba, porque  aquí tu sabes que no hay ese fenómeno mediático alrededor de la celebridad de las profesiones,  como la de los artistas, los deportitas, aquí al  final tienes que hacer la cola, montarte en una guagua, la gran mayoría de actores aunque estén protagonizando una película o  una novela, tiene que ir a hacer la cola en el agro y comprar la lechuga y pedir el último…
EG: Pero no es tu caso.
JP: Pero si tengo que ir al agro a buscar la lechuga, tengo que ir al agro.

EG: ¿Por qué nunca has dejado de vivir en Cuba, por qué nunca te radicaste, no digo en Estados Unidos, pero en España o en Argentina? ¿Por qué nunca has dejado de vivir en Cuba?
JP: Porque yo encontré en Cuba lo que sale mucha gente a buscar afuera, que es poder vivir de tu trabajo y disfrutar de eso,  y de verdad que tampoco ha sido una historia fácil, ha habido momentos difíciles, momentos de romper tabúes, pero había precedentes también anteriores dentro de los artistas, dentro de la propia cultura,  como el caso de Silvio, de Pablo, de pintores y escritores que decidieron seguir viviendo acá,  a pesar de que tuvieron una proyección internacional empezaron a construir su sueño dentro de la Isla.
EG: ¿Qué pasó, cómo fue el proceso de que la gente de la Vivienda te querían quitar esta casa?
JP: Por la zona donde yo vivo, que es una zona realmente privilegiada porque tiene el mar y estar cerca del mar es un sueño en culquier lugar, mucha  gente permutó para acá y se hizo una especie de levantamiento en toda esta zona,  y como yo estaba también recién permutado y como uno en ese caso, y ahí si aparece el tema  que no es lo mismo que hablen de Pedro o de Juan  que de alguién conocido,  pues las bolas crecen y éste es un país donde el boca a boca tiene mucha fuerza y la gente empezó a crear toda una leyenda, te van a quitar la casa… y  paracía que se iba a acabar el mundo;  bueno en el caso mío se hubiera acabado el mundo, pero después de haber decidido seguir aquí…
EG: ¿Si te hubieran quitado la casa te hubieras ido de Cuba?
JP: No, no, no me hubiera ido de Cuba, hubiera muerto en Cuba.
EG: ¡Defendiendo la casa!  ( risas)
JP: ¡Claro!
EG: Pichi, ¿en qué situación, en que momento ves  el cine cubano joven que se hace hoy?
JP: Yo creo que ahora hay un panorama interesante,  gracias a la democratización de los medios. Antes soñar hacer cine tenía que ser algo institucional,  a través de un organismo, tenía que haber detrás una industria, una productora, dinero, porque el cine siempre fue muy caro, pero gracias al desarrollo de la tecnología ahora los jóvenes tienen la posibilidad en La Habana, en Oriente, en cualquier lado, de tener una camarita de video, de tener un programa metido en una computadora y pueden filmar y los actores se lo hacen de gratis, pueden hacerlo incluso sin actores, con gente que puedan mover; porque si sueñas con hacer cine no puedes esperar, y ahora tienen la posibilidad de hacerlo y los jóvenes están aprendiendo eso. Yo creo que Humberto Solás,  con la creación del Festival de Cine Pobre,  le ha dado una inyección a ese cine independiente,  dentro de la que pudieramos llamar industria cubana, ese cine de bajo presupuesto, pero que también te da una libertad a la hora de crear y no tienes compromisos del dinero,  que siempre supone una productora, por el  cual tienes que responder y ahí es donde los jóvenes tienen un espacio de creatividad, pueden aprovechar las nuevas tecnologías para contar historias, para hacer documentales, para dejar un testimonio en imagen y sonido del momento que les ha tocado vivir.
EG: ¿Tú crees que ese cine joven está haciendo la crónica de su tiempo?
JP: Yo creo que si, cada vez más están conscientes de eso y cada vez más están haciendo la crónica de su tiempo, quizás algunos jóvenes tengan más ambiciones y por hacer concesiones con la propia industria cubana, pues empiecen un poco a contar historias que no tengan que ver con la realidad que les ha tocado vivir, sino historias más abstractas de época, historias que no se metan con la realidad,  para poder entrar, pero yo creo que incluso esos,  cuando lleguen a entrar a la industria van a coger el camino del cine cubano, que ha sido un camino que siempre ha tenido la mirada en la realidad, siempre ha sido un cine que ha incidido en la realidad y  por eso hoy podemos gozar de una memoria. Uno ve el cine de los 60,  de los 80 y ve un reflejo de cómo era la Cuba de los 60, de los 70, de los 80, que vivimos y nos tocó vivir.

EG: El tema de la censura en el cine en  Cuba en este momentos, ¿es algo que ha cambiado, que se mantiene, tú estás satisfecho con esa palabra “esto sí, esto no” ?
JP: Ese tema yo creo que ha cambiado en dos sentidos, primero, en este cine independiente, el hecho de que exista esta posibilidad de que los jóvenes puedan hacer un cine independiente a las instituciones, ya eso te da la libertad de contar la historia que tu quieras contar y defenderla.
EG: ¿Pero finalmente no tiene que pasar por las instituciones?
JP: No, finalmente no,  ellos pueden, como jóvenes, contar una historia, filmar lo que quieran, hacer su película, su documental, su corto y presentarlo en los Festivales que hay dentro de Cuba ya, que le dan esa posibilidad. En una institución como el ICAIC, que es una institución del Estado, con dinero del Estado, que  tiene que responder a una política, como todas las productoras de cine,  que responden a una política de los dueños de la productora e imponen el cine que les interesa hacer, pero incluso,  dentro de ese propio cine  hemos avanzado un poco más, porque ahora se pueden hacer películas que era imposible pensar hacer unos años atrás. Películas que se hicieron y que estaban censuradas, ahora las están poniendo en la televisión, ahora se pueden proyectar, se pueden ver. Yo creo que en ese sentido empieza a abrirse un espacio, también en las instituciones; el otro espacio, es un espacio de libertad.
EG: Que ya está abierto.
JP: Está abierto.

EG: Perugorrría, ¿cómo afectó a Cuba o cómo afecta a Cuba el hecho, de por razones económicas, tener que aceptar el término de la cooproducción, cuando son a veces visiones de otras realidades pero vienen a reflejar a Cuba y tratan de imponer criterios?, ¿ese hecho de tener que trabajar con dinero extranjero y lo qué significa,  cómo afectó la producción del cine cubano?
JP: Ya Fresa y Chocolate era una película hecha en cooproducción, con dinero de premio de Televisión Española, con Churubuco, México, que también dio dinero. Ya desde esa película había empezado el Período Especial y  el cine cubano tenía que entrar.  Aunque,  déjame decirte,  que no sólo es un fenómeno cubano, el tema de las cooproducciones ha mantenido vivo el cine latinoamericano, la mayoría de las películas que se hacen en Argentina y en Latinoamerica,  son cooproducidas con España, Brasil es un poco más independiente, porque es un país que es casi un mundo,  pero el cine en Latinoamerica, hasta países como México, Argentina, ya te lo dije, viven de la cooproducción básicamente, aunque también tienen su cuota de cine nacional.
En  Cuba para nosotros ha sido vital, sobre todo pensando que no había dinero para hacer cine y que esta ayuda, sobre todo de España, que ha sido el principal cooproductor del cine cubano, ha permitido que cineastas  como Titón,  hiciera sus dos últimas películas, junto con Tabío, que Tabío siga dirigiendo, que Fernando Pérez haya hecho todas sus películas últimas también con cooproducción, o sea, hay maestros que tienen un estilo, tienen un lenguaje, tienen un reconocimiento que España es capáz de cooproducir una película. Hay otras películas que son cooproducciones, que son inventos de productoras españolas,  que vienen a contar historias que son ya más folklóricas, menos serias…
EG: Caricaturas
JP: Caricaturas, caricaturas a veces, de la propia realidad, entonces imponen y traen un director, imponen otro. es un tema bien amplio el de las coproducciones con España, se han hecho cosas muy buenas, ya te digo,  desde Fresa y Chocolate hasta películas de Fernando Pérez…
EG: Pero se han hecho cosas deleznables.
JP: Se han hecho cosas deleznables, pero se han podido hacer, si no existieran esas coproducciones no se hubiera podido hacer casi nada de lo que se ha hecho.
EG: Has dicho autor, ¿tú apuestas por trabajar en el cine de autor, donde el autor sea realmente el protagonista de la película?
JP: Sí, el hecho de seguir viviendo en Cuba, de vincularme al cine latinoamericano y al cine europeo es una decisión mía,  de vicularme a esta cinematografía que apuesta por un cine de autor.
EG: De autor, no de Star System.
JP: No, no Star System,  ese es un concepto de industria, ni en Latinoamerica, ni en Europa, se usa el concepto de la industria de Hollywood del Star System, donde el actor tiene una importancia, no sólo por su trabajo, sino también por lo que pesa como productor, por lo que representa para la película.

EG: Por lo que vende.
JP: Por lo que vende, aquí no, aquí apostamos, y creo que por muchas las razones, por esa influencia que tenemos del cine europeo, de autor, donde siempre lo que nos motiva es la historia, lo que se cuenta y cómo se cuenta y es un cine de más riesgo, un cine que nunca va a tener la proyección, salvo en raras excepciones, de obras maestras que salen también hechas por los autores, de llegar al gran público, por lo tanto, yo a pesar de que he hecho cuarenta y cinco películas, sigo siendo un actor de cine de autor.
EG: Y me consta que colaboras con jóvenes productores y pequeñas producciones, que  terminas pagando tu, por trabajar.
JP: Sí, uno trata de ayudar a la gente en lo que pueda, hay  cosas que hacemos aquí, no yo, actores cubanos que tienen una posición económica peor que la mía, porque nada más viven del salario que cobran aquí,  y yo de vez en cuando salgo y hago una película afuera y recibo un salario que me pone en una situación diferente a los actores cubanos que solamente trabajan acá, y también lo hacen de gratis;  o sea, no es un problema mío, hay que reconocer que es un problema del espíritu de los actores cubanos. Mira, que nos interesa ayudar a los directores, a los autores, a que los muchachos puedan hacer sus Ópera Prima y los grandes actores cubanos, que tienen una obra, Luis Alberto García, Albertico, todos, cualquier actor cubano,  tú lo puedes llamar y si le presentas un buen proyecto y le dices, no tengo dinero y ellos saben que no hay dinero, pero les gusta,  te apoyan y te ayudan para que tú puedas seguir adelante.
EG: Y con el mismo tesón…
JP: El mismo,  y con el mismo rigor.

EG: ¿Quién es el mejor actor cubano de tu generación?
JP: Es difícil, es difícil, porque las comparaciones siempre son difíciles, hay dos actores que para mi, de mi generación, que me gustan mucho, que son Albertico y Luisito,  Albertico Pujol y Luis Alberto García, me gustan mucho, otros también
EG: ¿Y actrices?
JP: Isabelita,  creo que es un moustro de actriz,  y hay otras también. Mira esa generación nos marcó a todos.
EG: Y directores del cine cubano, ¿cuáles te parecen los íconos, las pautas del cine cubano?
JP: De los que siguen o de los que…
EG: En general.
JP:  En general, bueno a mi me parece que hay dos maestros, que esTomás Gutiérrez Alea, Titón y  está el maestro Humberto Solás.
EG: Parate ahí, ¿no te pasó a ti?, me pasó a mi, a raíz del huracán que azotó a  Gibara, yo sé que estás muy vinculado al proyecto Gibara, arrasa Gibara y muere Solás,  que es el fundador, el restaurador de la cultura en ese municipio, era como un destino, como algo…
JP: Sí, fue tremendo.
EG: Desaparece Gibara y Humberto Solás a la vez.
JP: Fue duro, nosotros fuimos justamente después del ciclón a Gibara y la gente salió para el parque,  toda la gente de Gibara. Fue muy emocionante,   porque yo creo que para ellos, y nos lo decían,   era más duro la pérdida de Humberto que los daños que había causado el huracán, por la obra que había hecho Humberto allí,  con su Festival de Cine Pobre y lo que significaba para ellos.
Pero en Gibara, están trabajando mucho, para restaurarla y estamos trabajando mucha gente también  para darle continuidad al Festival de Cine Pobre de Humberto, o sea, que las dos cosas están vivas, Gibara y Humberto.
Ah… déjame decirte dos más,  por lo menos, Juan Carlos Tabío, que es para mí un maestro también.
EG: ¿Siempre te llama Juan Carlos Tabio?
JP: Por suerte, ojalá me llame siempre; siempre que me llame no me molesto.
EG: Pichi, ¿tú fuiste testigo de los últimos días o de los últimos meses, de las últimas horas o semanas, del último tiempo de la vida de Titón?
JP: Sí, porque trabajé sus dos últimas películas que fueron Fresa y Guantanamera.
EG: Yo digo de los últimos días de vida.
JP: De los últimos días, no.
EG: De los últimos tiempos
JP: Sus últimos tiempos, sí
EG: ¿Ya estaba enfermo?
JP: Ya estaba enfermo desde Fresa y Chocolate.
EG: ¿Estaba sufriendo, lo viste sufrir?
JP: Lo ví sufrir,  pero Titón era un gran artista, yo creo que el gran sufrimiento de Titón era que se le acababa el tiempo con todos los proyectos que tenía en la cabeza, con todas las películas que quería hacer y se le acababa el tiempo y él era consciente que el tiempo se le acababa, sobre la muerte imagínate, ¡si él habló tanto en sus películas de la muerte!
EG: ¿Qué sentiste cuando te llamaron por teléfono y te dijeron, falleció Tomás Gutiérrez Alea?
JP: Imagínate, yo estaba justo en CINECITTÁ, donde había estudiado Titón hacía muchos años,  junto con Julio García Espinosa, Gabriel García Márquez.
EG: Con los grandes del neorrealismo italiano.
JP: Me pareció una ironía tremenda, me cogió a mí en CINECITTÁ y yo pensando en Titón ahí, un joven aprendiendo a hacer cine en ese lugar, yo detrás de ese fantasma de la juventud de Titón y me entero de su  muerte. Fue bien duro, yo creo que ha sido  una de las pérdidas más duras para el cine cubano y para la cultura cubana en general.
EG: ¿Tú vas a terminar dirigiendo?
JP: Es posible, pero yo primero hago las cosas y después…
EG: Te enteras.
JP: Después me entero, así he terminado actuando, así también empecé a pintar.
EG: De eso quiero hablar, ¿pero vas a trabajar cortos, pequeñas historias, o piensas en grande, en largo…?
JP: No, yo hasta ahora lo que le he hecho cosas detrás de la cámara y han sido documentales, videos clic ¿y sabes?, ese mundo de la música. Me encanta la música cubana.
EG: ¿Te pica la curiosidad el pasar de actor a realizador?
JP: Realmente yo creo que me la despertaría más si no hubiera encontrado la pintura, pero eso ha sido ahí algo que ha aplazado esa transición.

EG: Ahora vamos a la pintura. ¿La televisión cubana actual, que se hace en este momento, que opinión te merece?
JP: Muy mala, muy mala, me parece que hay que renovar toda la estructura de la televisión cubana, en todos los sentidos y que hay que pensar qué hacer, si nosotros fuimos fundadores de la televisión, hay que recuperar ese espíritu creativo y artístico que debería tener la televisión cubana y que se ha perdido, se ha perdido. Por ese edificio de la televisión cubana, lo que uno ve son nada más los fantasmas de lo que un día fue.
EG: ¿Todo el mundo habla mal aquí de la televisión cubana?
JP: Parece que sí,  que puede.
EG: ¿Tú no haces televisión?
JP: No tengo nada en contra de la televisión.
EG: Pero no la haces.
JP: No, no, pero la hice.
EG: ¿Tú hiciste…?
JP: Sí, sí, hice Shiralad, que fue una aventura que hicimos, tratándo de hacer una aventura que cambiara la televisión, ese espacio de aventuras.
EG: Pero ya no te invitan, ¿saben que les vas a decir que no?
JP: Si, pero yo tengo trabajo en el cine y uno siempre prioriza el cine ante la televisión, cualquier persona, cualquier actor. La televisión es un lugar que le da trabajo a muchísimos actores en todas partes del mundo y cada día hay una intención de hacer series con más seriedad, con más rigor, son hechas casi como cine unitario, yo creo que la televisión cubana de verdad se ha quedado atrás.
EG: Pichi, vamos al pintor, ¿cómo devienes en pintor, tampoco tienes formación académica, se que tienes muchos amigos pintores -tenemos muchos amigos pintores-,  por qué empiezas a pintar? Primero que todo, ¿te lo crees?
JP: Si me lo creo, si me lo creo. 
EG: ¿Y tú no crees que si tú no fueras Jorge Perugorría primero, actor de cine y demás, hubiera tenido éxito la pintura que haces?
JP: Bueno, no sé si hubiera tenido el éxito que tiene ahora, no sé incluso si tiene éxito, o sea, no sé cómo…
EG: ¿Cuánto estás vendiendo, cuánto vendes?
JP: Sí, vendo, vendo
EG: ¿En cuánto vendes?
JP: Depende.
EG: ¿Por cuánto?
JP: Mira un cuadro y después hablamos de negocios. (Risas)
EG: O sea, ¿ha repercutido para bien de tu proyección como pintor, el hecho de haber sido un gran actor, un actor tan reconocido?
JP: Yo te tengo que hacer una historia primero, yo antes de actuar, primero pinté. Yo estuve en una Casa de Cultura en el Wajay, en el pueblecito donde yo nací, aquí en Boyeros, cerca del aeropuerto…

EG: Es cierto, dime si es mentira, porque me lo dijeron antes de hacer esta entrevista: “él está intentando que lo declaren Hijo Ilustre del Wajay”
JP: Sí, sí, a mi y al Duque, nacimos los dos el mismo año y estudiamos juntos, desde pre- escolar hasta noveno grado.
EG: ¿Tú eres amigo del Duque?
JP: Claro que soy amigo
EG: ¿Hablas con él?
JP: Claro, estuvimos juntos en New York, yo fui a llevar unas películas cubanas y una exposición de pintura también.

EG: Bueno háblame, ¿cómo es esto de la pintura?
JP: Bueno, yo en el Wajay estaba en una Casa de Cultura estudiando pintura, a los doce años empezó mi relación con la pintura,  y continuó ese amor por la pintura,  lo dejé, porque me fui a apuntar en la pelota con el Duque y otros amiguitos más de la escuela y dejé la pintura por la pelota,  y al final siempre tenía mis cosas en la casa,  pintaba un cuadro, decoraba mi casa con los mismos cuadros que yo hacía, tenía eso ahí muy vivo siempre, apareció la actuación y lo dejé, dije, yo encontré la profesión de mi vida, esto es lo que yo quiero hacer y dediqué toda mi energía y todo mi esfuerzo, incluso, desaparecí todos los cuadros de aquella época y dije, no yo soy actor.
Con el tiempo retomé la pintura, de una manera también simbólica y extraña, porque yo fui a hacer Goya, una película que hizo Bigas Luna, sobre la Duquesa de Alba, que se llama Volaverunt y entonces Bigas me dio el gran reto de interpretar a Goya, ese gran pintor español,  y  Bigas,  aparte de director de cine es un artísta y pinta,  y también como artísta tiene una obra maravillosa, entonces él me veía pintando, esta era la segunda película que yo hacía con él y siempre hablábamos de la pintura, pero cuando yo tenía a Penélope delante o a Aitana Sánchez-Gijón, que estaban haciendo las modelos de La Maja Desnuda,  que yo estaba haciéndo…
EG: ¿Y tú viste a Penélope desnuda delante?
JP: No, te quiero decir, simbólicamente.
EG: ¿Te sentiste … Tom Cruise?
JP: No, me sentí Goya. ( Risas)
EG: Y ahí viene…
JP: Y ahí empiezo a dibujar y dice Bigas, “oye pero qué interesante lo que tú estás dibujando”, yo no estaba, por supuesto, dibujando, yo estaba haciendo unos trazos, interactuando con la cámara y dice Bigas, “me gusta mucho, me lo voy a llevar de recuerdo, pero tienes que retomar la pintura”,  y Elsita me compró… Elsita siempre está detrás de todo lo que yo hago…
EG: Incluyendo esta entrevista.
JP: Sí, incluyendo esta entrevista, entonces me compra cartulina, y me dice, ¿por qué tu no  retomas la pintura?, porque ella  si  conocía mi amor por la pintura y empecé a dibujar y a hacer cositas,  pero en plan de descarga y tengo muchos, como también tienes tú, muchos amigos pintores, que era mi manera de relacionarme,  mi pintor frustrado salía ayundando a los pintores.
EG: ¿Y te sirve para relajarte de tu trabajo como actor?
JP: Sí, incluso yo pienso que la pintura para mi es casi como…, es ahí donde yo dreno las vivencias que he tenido con el cine.

EG: ¿Y la roña también?
JP: Sí, sí, de todo, claro, todas las cosas que a uno le pasan por ahí,  es mi terapia.
EG: ¿Qué tiempo llevas con Elsita?
JP: Ya llevamos 23 años.
EG: ¿Ya eso es casi una excentricidad de tiempo?
JP: Sí, sí de verdad es raro.

EG: ¿Cómo logra mantener un matrimonio un actor como tú, que donde quiera que va las mujeres quieren verlo, abrazarlo.  Bueno… yo a mi mujer no la dejé entrar a tu casa, está  en una cafetería de la esquina, no viene a conocerte. (Risas) ¿Cómo puedes sobrellevar eso?
JP: Para mi no ha sido difícil,  porque me gusta mucho como mujer.
EG: Exacto, ¿nunca has cometido una infidelidad? Esto es ya como cosas del corazón…(Risas)
JP: Pero esas cosas ni se preguntan, ni se responden.
EG: Ni se responden, haces muy bien.
JP: Ayer mismo estábamos nosotros dos hablando, cuando se pone una pareja así a descargar, conversar  y tener complicidades y yo le decía,  porque estamos entrando en una edad…
EG: ¿Qué edad tú tienes ahora?
JP: Cuarenta y tres, yo soy del '65.
EG: La misma que yo. ¿Y de qué mes?
JP: Del 13 de agosto.
EG: Ah…,  eres  mayor que yo, yo soy del 9 de octubre del '65.
JP: Nosotros nos reíamos mucho porque yo soy del 13 de agosto y Vladimir del 26 de julio.

EG: Tú eres del 13 de agosto, entonces tú eres del mismo día. ¿Qué sentiste el día que se dijo, el 31 de julio de 2006, que Fidel renunciaba a sus cargos, que estaba enfermo, qué sentiste?
JP: Yo estaba afuera, estaba en España rodando una película y fue una noticia estremecedora, porque  el destino de Cuba está muy implicado con el destino de Fidel, con su propia vida, es difícil para los cubanos, a uno le entran preocupaciones, porque al final uno lo que quiere es lo mejor para la Patria y para su gente y era un momento, era una noticia que nos conmovió mucho, a mi me conmovió mucho, también las cosas que le han pasado últimamente, han sido cosas difíciles, porque ya te digo en el destino de Fidel y la Revolución, está el destino de la Patria, no por lo que se ha hecho, sino por lo que nos queda por hacer.
EG: Pichi, te voy a dar algunos nombres de algunos actores y quiero nada más,  por el momento,  me des  una frase, porque después te voy a formular la pregunta. ¿Qué opinión, cortico si puedes, tienes  como actor,  de Reynaldo Miravalles?
JP: Un moustro, el más grande que ha dado el cine cubano.
EG: ¿De Orlando Casín?
JP: Tremendo actorazo.
EG: ¿De Carlos Cruz?
JP: Ese es un moustro,  y hermano mío.
EG: ¿De Ana Viña?
JP: Una actriz, maestra, formadora de actores.
EG: ¿Qué sientes cuando ves que estas figuras y otras, que viven en una ciudad como Miami,  tienen que aceptar, ya no papeles de tercera, cuarta, ni quinta, y aunque ningún trabajo es deshonroso,  papeles que para estas figuras constituyen una ofensa, una afrenta, que tengan que hacer ese tipo de trabajo?
JP: Siento dolor, porque son figuras emblemáticas de la actuación cubana y uno lo que le gustaría es que estuvieran en Cuba y que estuvieran haciéndo películas, hiper grandes personajes, proyectos, teatro, que estuvieran donde deberían de estar, pero la vida es así y yo creo que tampoco se puede cuestionar el hecho de que tengan que hacer esos programas de televisión, porque yo he tenido que pararme en un lugar,  siendo actor,  a vender aguacates, que es peor que hacer un programa malo de la televisión, para poder mantener a mi familia y vivir.
No sé si me entiendes, he hecho cosas, cualquier cosa,  y la vida es así de compleja, pero lo que más lamento es que todavía no hayamos vencido esas barreras que  separan y que ellos, aunque estén en Miami, sientan que todavía están en Cuba, que los directores cubanos tengan la posiblidad de llamar a Miravalles, como hay actores argentinos que están en Madrid y  un director argentino lo llama para  hacer una película. Yo creo que estamos necesitados ya de dar ese paso,  que cualquier director cubano pueda llamar a Miravalles, a Carlos Cruz, a  esos actores que tu has mencionado, a trabajar en Cuba y que no sientan que se fueron, no se han ido para ningún lado, andan por ahí, pero siguen aquí, están representando una parte importante de nuestra cultura.

EG: ¿Te gustaría volver a actuar en Cuba, con Miravalles en una película?
JP: Me encantaría y de hecho estamos haciendo un proyecto con Humbertico Padrón, donde posiblemente tenga yo el lujo de estar con Miravalles y Enrique Molina, que eso debe ser como duelo de titanes y yo metido en el medio de árbitro, me voy a meter árbitro.
EG: Tú sabes que Miravalles te cae a cocotazos todavía.
JP: Miravalles me da dos vueltas y me deja tirado ahí.
EG: ¿Cómo es la relación tuya con el público de Miami, el público cubano de Miami? ¿Tú has estado en Miami?
JP: Yo si he estado en Miami y tengo familia y tengo amigos por allá y tengo mucha gente que me llevo muy bien, hasta ahora la relación fundamental es por las películas que yo hago acá, las películas cubanas que se ven allí y que la gente las busca, se las pasan en video y es bonito,  porque allí hay muchos cubanos y el cine cubano no sólo representa a los cubanos que estamos acá, representa a los que están en cualquier parte, me pasa igual con los que están en Madrid, en todos lados, siempre les hace mucha ilusión ver una película cubana y cuando la hacemos, la hacemos para todos los cubanos.

EG: Pichi, los problemas que enfrenta la sociedad cubana en los días de hoy, los llamados a transformaciones, algunas personas dicen que están funcionando, otros dicen que se han quedado como detenidos, ¿tú crees que Cuba va a una transformación estructural, qué cosas te gustaría ver a ti que se transforman en la sociedad cubana?
JP: Si,  hay muchas cosas, porque por supuesto hay cosas que tienen que cambiar, la gente tiene mucha necesidad, sobre todo las carencias económicas. Hay una cosa  fundamental, que yo creo que es lo primero que hay que rescatar en este país, en este momento, hoy, que es que las personas que trabajan y tengan un salario, puedan vivir dignamente de su salario, eso hay que recuperarlo ya, porque eso es negativo para cualquier sociedad que el salario, siendo un médico, un profesional o un obrero, no te alcance para vivir. Como que considero que  eso es importante lo primero serían, las medidas económicas que nos saquen del inmovilismo. Pero uno no es político y uno sabe lo compleja que es la política y que la política de un país no está sujeta sólo a las decisiones que tome ese país, sino a las consecuencias,  en relación con el mundo y a la presión que el mundo ejerce. Creo que estamos en un momento muy interesante,  porque hay una voluntad política del propio gobierno cubano de evolucionar, de desarrollarse, de aplicar medidas que cambien la dinámica y modernizar este país y desarrollarlo y también la misma voluntad política en Estados Unidos,  que han votado por el cambio, nosotros estamos como los americanos, estamos por el cambio.
EG: ¿Qué  sentiste cuando viste que Barack Obama era electo como el  Presidente 44 de la Unión de Estados Americanos?
JP: Me encantó, me encantó.
EG: ¿Qué sentiste, te dio emoción?
JP: Me dió emoción y me dio alegría.

EG: Te voy a confesar algo, te voy a decir algo, yo voté por Obama, hice campaña por Obama y lo defendí, antes de ser el candidato, cuando estaba enfrentando a Hillary y cuando voté por Obama sentí que votaba también por muchos cubanos de mi generación, que como tu  viven en Cuba.
JP: Me parece muy bien y me parece que eso es un espírutu progresista
EG: ¿Y te emocionó cuando lo viste ganar?
JP: Me emocionó, porque ya te digo, creo que muchas de las cosas que están aspirando los cubanos que sucedan en Cuba, dependen de la política de Estados Unidos hacia Cuba, mientras la política de Estados Unidos hacia Cuba sea agresiva, sea de imposición… Nosotros seguimos viviendo,  desde que triunfó la Revolución en un campamento, seguimos todavía en defensa, no se ha dejado desarrollar este país, los mejores momenticos, cuando los 80, cuando la Unión Soviética, el CAME y todo aquello,  que nos mandaban recursos y no sé qué, se pudo vivir, pero lo demás ha sido sacrificio, entonces  creo que si la política agresiva de Estados Unidos cambia hacia Cuba, Cuba también va a poder integrarse al mundo de hoy, va a facilitar los cambios y poco a poco va a empezar a democratizarse la Revolución, va a empezar a desarrollarse,  a integrarse al mundo de hoy. Es lo que yo pienso y te digo, yo creo que estamos justo en el momento más importante para que eso ocurra.
EG: Pichi, se armó un gran revuelo en Miami, con la película del Che de Soderbergh y Benicio del Toro  y bueno allí fueron un grupo de personas mayores que no habían visto la película, yo comenté en mi programa, que es  protestar es un derecho, pero uno debe saber por qué o contra qué, pero es que no habían visto la película. Tu formas parte de la película, ¿cuál es tú visión del resultado de esta película sobre el Che?
JP: Mira, justo esta película reponde también, de alguna manera, a la pregunta que me habías hecho anterior y de lo que estábamos conversando anteriormente, por qué, porque por primera vez, fíjate que importante es, porque por primera vez,  es una película dirigida por Steven Soderbergh,  dirigida por un americano, donde da una visión diferente de la historia de la Revolución y  creo que es justo  lo que estamos esperando de los cambios de los Estados Unidos hacia Cuba, que vean ya la Revolución Cubana como parte de la historia contemporánea latinoamericana, es parte de nuestra historia, es imposible renunciar a eso, no se puede renunciar, es imposible,  hay que asumirlo como parte de nuestra historia, cuando se asuma eso, entonces nosotros cambiaremos, cambiarán muchas cosas y tomaremos, quizás, otros caminos.
EG: ¿La película es buena?
JP: La película es buenísima, por eso te estoy diciendo, la película da una visión diferente, de la visión que se conoce de la historia de la Revolución Cubana en Estados Unidos y en muchas partes del mundo, yo creo que es una película hecha con seriedad, no solamente por el tema político, es una obra cinematografica, está filmada como los dioses, porque Soderbergh es un gran artísta, yo siempre digo que es un autorretrato del Che a dos manos, la de Soderbergh y la de Benicio del Toro. 
EG: ¿Conversaste con Benicio aquí, estaba satisfecho?
JP: Benicio está muy contento, yo creo que ha hecho un trabajo maravilloso, ahora mismo acaban de nominarlo al Goya,  a mejor actor, la Academia Española.
EG: El actor que hace Fidel, está un poco caricaturesco en el personaje, creo yo, en los pedazos que he visto, no he visto la película.
JP: No, yo creo que no, yo creo que hace un trabajo bien interesante, es muy difícil.

EG: ¿Te gustaría hacer a Fidel tu?
JP: Es difícil, es difícil.
EG: Por ejemplo aquí hubo un Fidel que hizo Cavada, que es periodista, ¿ese Fidel que hizo Cavada, te gustó?
JP: No, no, no. Eso es un gran reto, porque además,  las propias características de Fidel hace que para un actor sea un lujo poder interpretarlo, por todo ese lado histriónico, mesiánico, entonces para un actor, meter todo ese volcán dentro de una piel, es un reto.
EG: ¿Qué personaje histórico así, que sea un gran reto, es el que te gustaría hacer?
JP: Martí
EG: Martí, oh, pero grande y difícil.
JP: Sí, estoy preparado.
EG: ¿Estás estudiando  a Martí?
JP: Estoy preparado, me encantaría interpretar a Martí.
EG: Antes de llegar la película al Festival de Cine de Cuba, Alfredo Guevara, Presidente del Festival,  había declarado que él censuraría la película y que no se presentaría en Cuba si determinados preceptos que él tenía sobre la película,  no se cumplian, como era el caso de la representación de Fidel. Tu contestaste públicamente desde Europa, o se publicó en algunos lugares, que estabas en contra de esa declaración que había hecho Guevara, algo que no era común aquí antes, ¿qué fue realmente lo que tú dijiste respecto a lo que Alfredo Guevara había expresado  respecto a la película de Soderbergh?
JP: Claro, porque yo soy parte de la película, entonces me parecía…
EG: Contestaste duro a Guevara.
JP: Sí, pero yo creo que se equivocó, lo que estaba tratándo de decir era eso, que se había equivocado, tu no puedes…
EG: ¿Qué había dicho Alfredo Guevara?
JP: Las declaraciones de Alfredo eran en el sentido, que le habían comentado que la película tenía diferencias entre Fidel y el Che y que no iba a permitir que se pusiera una película donde hubiera diferencias, o sea, estaba, prácticamente censurando desde ya  una película,  sin haberla visto y eso no lo podemos permitir, nadie puede tener el derecho a censurar un película sin verla.
Estamos en un momento, precisamente ahora, en que los intelectuales hemos cerrado filas, con los últimos acontecimientos, todas estas cosas de los e-mails,  de manifestaciones de censores que quisieron tomar de nuevo un protagonismo y no se puede echar para atrás, es decir, no puedes aparecer públicamente diciendo: yo soy el censor.  Me parece un error de una persona tan inteligente y  respetable como Alfredo que de verdad que uno de la gradece todo lo que ha hecho por el cine cubano, todo su trabajo en el  ICAIC, pero si se equivoca yo no estoy de acuerdo con eso, me lo preguntaron y lo dije y lo mantengo, no estoy de acuerdo y creo que, incluso, no es bueno  ni para Cuba, dar esa imagen que somos capaces de censurar una película sin haberla visto. 
EG: ¿Se lo dijiste a Alfredo cuando lo viste aquí en el Festival?
JP: No, no hemos visto, no hemos coincidido.
EG: El concepto que los cubanos puedan viajar sin tantas trabas ¿es un concepto que tu apoyas? Es algo que se ha discutido tanto en la sociedad cubana .
JP: Si, eso lo apoya todo el mundo. Esas son de esas cosas que pasan en este país que  todo el mundo …
EG: ¿Por qué no se ha liberado?
JP: Esas son de esas cosas que pasan, que todo el mundo está de acuerdo, tanto los políticos como los artistas, el pueblo, todo el mundo lo ve absurdo y no acaba de suceder, no se por qué razones ni quién es el que tiene la llave que abre esa puerta. De verdad que es absurdo. Yo soy de las personas que piensan que mientras la Revolución de más ejemplos de libertades individuales va ganando terreno,  ante los cambios que esperamos tenga Estados Unidos ante  nosotros, no vamos a esperar que cambie Estados Unidos para cambiar totalmente nosotros.  Hay muchas cosas que la podemos empezar a arreglar ya y esa es una de ellas.
EG: Hay una gran campaña fuera de Cuba  en el tema racial. Yo he entrevistado aquí,  en viajes anteriores, a artistas e intelectuales de raza negra que han dado una versión. ¿Tu crees que hay racismo en Cuba?
JP: Yo creo que Cuba es de los países donde más espacio se le ha dado a la cultura africana que emigró, ¿cómo va a haber racismo en Cuba si aquí la religión afrocubana tiene un espacio  que no lo tiene en ningún otro lugar? A los negros en Estados Unidos le limpiaron el cerebro, perdieron sus raíces, son negros por fuera y blancos por dentro. Los negros aquí son negros por fuera y por dentro, porque mantienen su cultura y su religión, ya en ese sentido hay un punto de ventaja.
La Revolución tuvo una época que no sólo a las religiones afrocubanas sino también a la católica y con cualquier tipo de religión fue muy dura, pero ahora la política de la Revolución hacia las tendencia religiosas, hacia las creencias religiosas, es mucho más tolerante que años atrás,. Yo creo que eso es importante cuando se hable de racismo,  por otro lado, la familia cubana aquí, el pueblo cubano, tiene todas las posibilidades, iguales,  en el deporte, en la cultura.   
EG: ¿Y en el cine ha habido poca representación de la raza negra o tu crees que ha estado bien equiparado eso?
JP: Si una persona de la raza negra me pregunta por qué no hay más actores en el cine yo le voy a prenguntar que por qué no hay más atletas en la selección cubana de blancos.
EG: ¿En la representación del Gobierno tu ves suficientes personas de la raza negra?
JP: Bueno, están las suficientes personas con talento que han llegado allí.
 EG: Pichi, el matrimonio homosexual, ¿tu apoyarías si te dijeran que los gays se pueden casar?, ¿votarías a favor o en contra? 

JP: Yo soy hijo de Fresa y Chocolate, yo soy una persona que de por  siempre en mi vida voy a defender la tolerancia y el respeto a la diferencia, lo voy a defender en Cuba y fuera de Cuba, y no solamente a los gays, a la diferencia, yo soy una persona que lucho por la tolerancia y el respeto, en Cuba, en Miami, por eso, las personas que gritan, intolerantes, que imponen, en Cuba y en Miami, me molestan, las dos por igual.
EG: Pichi, un mensaje, inclusivo, que nos sirva a todos los cubanos, estemos donde estemos, con lo cual terminamos esta entrevista.  
JP: Vuelvo a Fresa y Chocolate, ¿cuando coño nos vamos a dar el abrazo final?
EG: Muchas gracias,  Pichi.

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