Entrevista a Patricia Rodríguez Alomá, directora del Plan Maestro para la Revitalización Integral de La Habana Vieja

Cubainformación.- El Plan Maestro para la Revitalización Integral de La Habana Vieja, dependiente de la Oficina del Historiador de La Ciudad de La Habana, es un programa que ha recibido numerosos  reconocimientos y premios internacionales por su combinación de restauración del patrimonio histórico, instrumento de reactivación económica y motor de impulso del desarrollo social y humano local. Su directora, Patricia Rodríguez Alomá, pasó por nuestro plató de televisión por internet.

Texto publicado en Cubainformación en papel nº 9 - Primavera 2009.

Ver la entrevista íntegra en video.


- ¿Cuándo comenzó el Plan Maestro para la Revitalización Integral de La Habana Vieja?
- En 1978 se había declarado todo el territorio de La Habana Vieja monumento nacional, junto con el sistema de fortificaciones de la etapa colonial que tiene la cuidad de La Habana. La restauración de La Habana Vieja propiamente dicha empieza en el año 1981, cuando el Estado cubano decide comenzar la obra en base a planes quinquenales de restauración. En 1982 La Habana Vieja se declara patrimonio cultural de la humanidad.

- ¿Qué es la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana?
- Es la institución que lidera el proceso restaurador. A finales de los 80 y principios de los 90 se siente en el país el impacto de la caída del bloque socialista y la desaparición de la Unión Soviética. Con ese motivo, hay una depresión de la actividad restauradora. Comenzó ahí un período de crisis muy profunda, que se conoce como “Período especial”, y hubo que tomar determinadas medidas para poder dar continuidad a la obra de restauración. La economía se reduce a los mínimos imprescindibles, y si bien la cultura es algo de mucha importancia, había que priorizar la alimentación básica y la educación. Ante esa circunstancia tan grave se decide dotar a la Oficina del Historiador, ya no de los recursos financieros que eran necesarios, sino de instrumentos fiscales, económicos, financieros, legales, etc., de un corpus legal especial y de un reconocimiento de la autoridad de esa entidad para comenzar a desarrollar un proceso de autofinanciamiento integral. Autofinanciamiento que implica promover un desarrollo que genere recursos financieros suficientes para dar continuidad al proceso, e integral porque no sólo se restaura aquello que produce recursos financieros, sino que también se atiende lo social. En 1993 se dicta un Decreto Ley del Consejo de Estado que declara a ese territorio zona priorizada para la conservación. A partir de ahí, se reconoce a la Oficina del Historiador una personalidad jurídica y se le da una capacidad de maniobra grande, a la vez que se supedita directamente al Consejo de Estado. Se reconoce a la Oficina la capacidad de cobrar un impuesto a aquella actividad económica que está en el territorio, que tiene que contribuir al proceso de rehabilitación porque se va a beneficiar del mismo. Se crea una compañía para explotar el turismo en una fórmula empresarial de sociedad anónima donde la Oficina va a ser el accionista principal, se crea una inmobiliaria, se va creando una estructura que va creciendo en la medida en que se va necesitando gestionar los recursos. Paralelamente, se crea una entidad de planificación, que es la que yo dirijo, el Plan Maestro. Vamos creando un nuevo tipo de planificación bastante diferente a la que se había dado hasta el momento. No se trata sólo de un plan de ordenamiento urbano sino también ordenamiento desde el punto de vista social, económico y jurídico. Nuestra entidad se convierte en una especie de órgano emisor de políticas, de estrategias, va más allá que de un simple ordenamiento de usos de suelo.

- Al frente de de la Oficina del Historiador está Eusebio Leal, una persona muy reconocida en el mundo cultural de tu país.
- Eusebio Leal es una persona de unos valores excepcionales desde el punto de vista profesional, no sólo en el ámbito de la historia, que es su formación, sino en el ámbito de la arquitectura, el urbanismo, la arqueología..., yo lo trataría como un hombre del renacimiento, un humanista. Una persona que sabe llegar, sabe tratar al colectivo pero sabe tratar también a las individualidades que forman ese colectivo. Evidentemente funcionaríamos de una forma diferente si no estuviese Eusebio al frente, es una persona que entusiasma, que contagia, de un gran optimismo, de una gran mirada de futuro, una persona muy amplia en su pensamiento, muy flexible. Indiscutiblemente, es un privilegio para quienes trabajamos con él.

- ¿En qué consiste exactamente tu trabajo?
- Tenemos un equipo de alrededor de 34 personas, digo alrededor porque siempre estamos fluctuando, hay mucho movimiento de personas que salen a capacitarse y otras que entran a adiestrarse. Es un equipo interdisciplinario, hay geógrafos, historiadores, informáticos, arquitectos y urbanistas por supuesto, especialistas en redes de infraestructura, sociólogos y economistas. Tenemos prácticamente todas las disciplinas que inciden en el hecho urbano en diferentes grupos de trabajo. Hay un grupo que se dedica a la planificación y la gestión de esa planificación del ordenamiento del territorio. Hay otro grupo que se dedica a todo el tema de lo que son investigaciones aplicadas. Hacen censos de población y vivienda, encuestas a  la población, encuestas a los turistas, es un grupo que permanentemente está tomando el pulso a aquel sector de la ciudad. Por último, otro grupo, que es el sistema de información territorial, es el que atiende todo el sector de la información digitalizada. Nuestro objetivo es dar la mayor cantidad de información posible, no sólo para nuestro propio trabajo de rehabilitación, sino también para alimentar a universidades, investigadores, gente que quiera interesarse, aprovecharla para otros fines.

- ¿Cuáles son los mayores retos con los que os enfrentáis?
- El principal reto de todos es el tema de la vivienda, es un problema nacional, no sólo un problema de La Habana Vieja. Es, además, más grave en la capital que en otras ciudades, ya que se va reduciendo en la medida en que la ciudad va reduciéndose de escala. Según los censos que hemos realizado, La Habana Vieja tiene alrededor de 22.000 viviendas. De ellas, un 50% están clasificadas en una categoría de ciudadela, cuartería o conventillo. Es el mismo perro con distinto collar: una casa que está sobreocupada, un antiguo palacio en que los patios de respiración natural han sido invadidos por pequeños cubículos de cocina, de baños..., los techos se han dividido en dos porque los puntales son muy altos, para poder duplicar el espacio en el mismo local, y en definitiva, eso va creando una situación de malas condiciones de vida, de hacinamiento. Hay que sacar a la gente de ahí, y rehabilitarlo. Pero claro, donde vivían 30 familias, cuando lo rehabilitamos, quedan diez. A las otras 20 hay que construirle también viviendas, y todo eso son recursos que hay que sacar de alguna parte. Comenzamos incrementando todo lo que tenía que ver con estabilizar una serie de servicios que generaran recursos financieros: hoteles, gastronomía, comercio... Siempre reactivando esa multifuncionalidad que caracterizó al centro histórico. En Cuba, todavía hoy, hay una economía dual, es decir, circulan dos tipos de moneda diferente. En cualquier inversión que se vaya a hacer, hay un componente de moneda nacional, que es el peso, y un componente de moneda libremente convertible, el peso convertible. La Oficina del Historiador está responsabilizada de crear riqueza en pesos convertibles. El Estado no se desentendió en ningún momento de la restauración. Lo que no podía, allá en 1993 cuando se dictó el Decreto Ley, era destinar pesos y además moneda libremente convertible. La moneda convertible había que destinarla a los temas alimenticios, de salud elemental, esas cosas indispensables. Pese a todo, desde el principio se empezó a actuar en el sector social, no en la vivienda directamente, porque era imposible en un principio, se tenía que contar con recursos suficientes para poder abrir ese frente. Se trabajó en proyectos de corte social que mejoraran un sector de la población importante: un hogar materno–infantil, un centro de rehabilitación de niñas y niños, un centro geriátrico, escuelas primarias, siempre en espacios donde muchas familias se sintieran beneficiadas. A la vez se creaba todo un trabajo comunitario a partir de un sistema de museos, de casas museos que opera la Oficina del Historiador. En vivienda se ha podido empezar a trabajar desde hace cinco o seis años.

- ¿Y estáis viendo resultados?
- Sí, cómo no. Se han creado una gran cantidad de viviendas, algunas fuera del centro histórico. Como ejemplo, en una casa donde vivían 30 familias, diez se quedan y 20 han de realojarse. Todo comienza con un trabajo de investigación, de contacto con cada una de las familias. Como resultado, se asignarán nuevas viviendas en función de las unidades familiares que allí residan. Es común entregar dos o tres viviendas a familias que vivían en una. Quienes salen de La Habana Vieja, lo hacen en calidad de propietarios de nuevas viviendas, mientras quienes se quedan lo hacen en régimen arrendatario. Se han comenzado a construir, también dentro del centro histórico, viviendas de interés social como son las viviendas protegidas para la tercera edad. Allí el adulto mayor conserva su privacidad e independencia en un pequeño departamento de un par de ambientes, por ejemplo. Todas las dimensiones han sido adecuadas para una posible discapacidad, y disfrutan de zonas comunes donde pueden relacionarse con otras personas en su misma situación. Hemos podido restaurar, hasta el momento, un tercio del centro histórico. Esa tercera parte, por supuesto está concentrada, ya que fue una estrategia el no dispersar las acciones sino más bien concentrarlas. Por una parte, para que se vieran los resultados, y por otra, para ir creando un espacio de convencimiento que hiciera atractiva la inversión sobre el territorio, también para la cooperación internacional.

- ¿Qué tipo de cooperación concreta habéis tenido hasta ahora, y cuáles son en ese sentido los retos que os planteáis?
- Lo fundamental de la cooperación internacional es la posibilidad de reproducir y aumentar la cantidad de proyectos de corte social que podemos desarrollar. De los 80 para acá, llegando a los 90, la cooperación era muy bilateral, muy sesgada a lo cultural, es decir, a la restauración de un inmueble en particular o a la creación de una escuela taller de oficios que se estaban perdiendo y que son imprescindibles para la restauración. A partir de 1998–1999, entra en el país un programa de Naciones Unidas que es el Programa de Desarrollo Humano Local. El término desarrollo humano es un término bastante contemporáneo en el mundo de la restauración, y no- sotros estábamos creando desarrollo humano en nuestro proyecto de rehabilitación de La Habana Vieja, en el sentido de que lo que estábamos obteniendo de la “explotación” de ese territorio, una parte importante, iba destinando a lo social. La restauración de La Habana es parte de nuestras políticas de desarrollo humano. Cuando entra el programa de Naciones Unidas, se inserta de manera natural con nuestras políticas y se abre un abanico grande de temas de cooperación. Ya no sólo eran los culturales, que se siguen haciendo, sino que también comienza la cooperación en desarrollo económico-social, en apoyo a los servicios básicos, como la salud, la educación... Se ha diversificado mucho la autoría de la cooperación. Antes era bilateral: un Gobierno con el Gobierno de Cuba. Ahora resulta mucho más descentralizada, un ayuntamiento, una entidad no gubernamental, cualquiera puede acercarse y cooperar.

- ¿Tenéis cifras concretas de la cooperación de ayuntamientos, ONGs o asociaciones?
- Fue tal la avalancha de cooperantes que hubo que crear un aparato que gestionara la cooperación. Cuando tienes ya una cantidad de 60 ó 70 proyectos de cooperación, necesitas un aparato que responda a cada uno de los actores en sus tiempos. El sistema empresarial que tiene la Oficina del Historiador ha sido capaz de movilizar alrededor de 345 millones de pesos libremente convertibles desde 1994 a 2007. La cooperación internacional logró movilizar 22 millones más de moneda convertible, es decir, una cifra importante, a la que hay que sumar la aportación del Estado que ascendió a 500 millones de moneda nacional. También ha habido créditos de la banca nacional, que han impedido que obras muy complejas empeñaran proyectos de corte social.

- ¿Cuáles son vuestras prioridades a corto o medio plazo?
- A corto plazo, la vivienda es el aspecto que más estamos intentando sacar adelante, y ya estamos en un momento en que se puede dar ese salto de calidad para poder responder a esa necesidad. Pero hay un proyecto que para mí es de los más estratégicos en los que se ha enrolado la Oficina del Historiador. Es la creación de una facultad universitaria donde preservar el conocimiento, la experiencia que se ha ido acumulando a lo largo de estos años. Sería una facultad universitaria con una carrera inédita en el país, que va a formar a gestores urbanos, gestores culturales, museólogos y museógrafos, así como arqueólogos. A partir de un tronco común salen esas cuatro especialidades en un nivel universitario, y toda una sección de estudios de postgrado, doctorados, maestrías, diplomados, etc. Es formar a quienes darán continuidad a la obra restauradora.
Cuba
Rodny Alcolea Olivares - Cubadebate.- Con la participación de más de 90 delegados, entre ellos cerca de 70 extranjeros de unos 25 países se realiza en Guantánamo el VIII Seminario internacional de Paz y por la Abolici&oacu...
Cubadebate.- Discovery Therapeutics Caribe (DTC), una compañía estadounidense especializada en biotecnología anunció el 30 de abril del 2024 que ha logrado un hito significativo que refleja el progreso en su programa de de...
Reynaldo Lam Peña considera que la multidimensionalidad del acoso laboral hace que sea muy complicado acreditar y probar la existencia de un hecho de esta naturaleza Dixie Edith - Red Semlac / Foto: Cortesía del entrevistado.- Como toda...
Lo último
La Columna
Palabras de Fidel
Gerardo Moyá Noguera*.- El invicto comandante Fidel Castro a su llegada a Caracas, el 23 de  enero habló a los ciudadanos congregados en la plaza aérea "El silencio" y nos dejó estás palabras: "n...
La Revista