Vélo Cuba fue la primera entidad en administrar un sistema de bicicletas públicas en el país, con más de 70.000 viajes realizados. Foto: SEMlac Cuba

Lisandra Fariñas - Red Semlac.- Diversas experiencias del sector privado en Cuba confirman una vocación social responsable, pese a estereotipos presentes en el contexto socioeconómico nacional que muestran a los emprendimientos como una amenaza y no como aliados para aprovechar las fortalezas comunitarias, brindar opciones de empleo, proveer servicios necesarios o contribuir a resolver dificultades del entorno.


La solidaridad que se movilizó en la nación caribeña durante 2022 —ante la explosión en el hotel Saratoga, en La Habana; el incendio de grandes proporciones en la base de supertanqueros de Matanzas o tras el paso del huracán Ian por el occidente del país— tuvo entre sus principales protagonistas a numerosas formas de gestión no estatal, que pusieron a disposición de la ciudadanía esfuerzos y recursos.

Las circunstancias adversas visibilizaron iniciativas ciudadanas lideradas por el sector privado; desde el apoyo con alimentos, transporte o donativos, hasta la recogida de escombros, se involucraron en la búsqueda de soluciones a las necesidades más inmediatas de la población afectada por los desastres.

Sin embargo, ese compromiso social de emprendimientos cubanos es una realidad más cotidiana.

La solidaridad que se movilizó en Cuba en 2022 —ante los accidentes en el hotel Saratoga y la base de supertanqueros de Matanzas, o tras el paso del huracán Ian por el occidente del país— tuvo entre sus principales protagonistas a numerosas formas de gestión no estatal (Fgne), que pusieron a disposición de la ciudadanía su esfuerzo personal y recursos. Foto: Radio 26

El compromiso de crecer juntos

“Lo que empezó como el proyecto de tres personas rápidamente evolucionó, con la vinculación de diversos integrantes de la comunidad que empezaron a enterarse de lo que estábamos haciendo y querían ser parte”, comenta Álvaro Romero, gerente de experiencias de Beyond Roots, un proyecto que nació en el municipio habanero de Guanabacoa, en la periferia de la capital.

Surgido en 2016, en una época marcada por el restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, Beyond Roots vio una oportunidad en un nuevo tipo de turismo que visitaba la isla, ávido de experiencias auténticas y en la búsqueda de reconectar con su herencia africana.

El proyecto ha crecido hasta tener un espacio físico donde las personas pueden adquirir productos para el cuidado y el tratamiento del cabello rizado, entre otros atractivos. Foto: Cortesía de Beyond Roots

Ello dio lugar a la organización de propuestas educativas que tomaban por centro a Guanabacoa y su riqueza cultural y de tradiciones, donde también encontraron una puerta abierta los artesanos de la localidad, por fin con un espacio para promocionar sus creaciones.

Desde entonces Beyond… ha crecido hasta tener un lugar donde las personas pueden adquirir productos para el cuidado y el tratamiento del cabello rizado, a partir del vínculo con una emprendedora del centro del país; la organización de eventos para visibilizar otros negocios; la apertura de un salón de estilo afro y la oferta de servicios de impresión en serigrafía al sector empresarial.

Beyond Roots es un proyecto que nació en el municipio habanero de Guanabacoa, en la periferia de la capital y tiene un fuerte vínculo con esta comunidad. Foto: Cortesía de Beyond Roots

“Más que una simple marca comercial, nos hemos vuelto una comunidad de más de 65.000 personas a lo largo de la isla que nos siguen diariamente. Por eso nunca hemos perdido de vista el lugar de donde salimos, Guanabacoa, y decidimos devolverle a la comunidad todo lo que ella nos ha dado”, afirma Romero.

Menciona, entre otras iniciativas, los talleres para niños sobre percusión y arte, también el apoyo al hogar para niñas y niños sin amparo familiar de la localidad, además de las conferencias, talleres de turbantes y sobre el cuidado del cabello rizo, totalmente gratuitos, que son financiados con el 15 por ciento de las utilidades de todo lo que se vende en la tienda.

Álvaro Romero, gerente de experiencias de Beyond Roots, dijo que la iniciativa aprovecha a Guanabacoa y su riqueza cultural y de tradiciones, donde también encontraron una puerta abierta los artesanos de la localidad, quienes por fin tenían un espacio para promocionar sus creaciones. Foto: Cortesía de Beyond Roots

Mientras, con cuatro años de experiencia, Vélo Cuba fue la primera entidad en administrar un sistema de bicicletas públicas en el país, con más de 70.000 viajes realizados. Pero, a juicio de Nayvis Díaz, presidenta y creadora de esta pequeña empresa y proyecto de desarrollo local, ese proyecto trasciende la reparación de bicicletas.

Nayvis Díaz, presidenta y creadora de Vélo Cuba, dijo que esta fue la primera entidad en administrar un sistema de bicicletas públicas en el país, con más de 70.000 viajes realizados.

Así abrieron una escuela para preparar mecánicos especialistas en ese tipo de transporte, tan necesarios en una nación con carencias severas en ese servicio, con el valor agregado para la salud humana y la protección del medioambiente. Ya se han graduado más de 100 personas y cerca del 20 por ciento cuenta con sus propios emprendimientos.

Díaz recuerda con orgullo que, entre las primeras personas que hicieron toda la distribución estadística del municipio de Plaza de la Revolución, cuando los ensayos de la vacuna anticovid Abdala, estuvo Vélo Cuba, que ahora pone sus energías en una propuesta peculiar: una escuela para aprender a hacer bicicletas de bambú.

Esa capacitación dura un mes y tendrá cuatro ediciones. Está previsto que sean fundamentalmente mujeres las alumnas, la mayoría con hijos y necesitadas de un puesto de trabajo, explica.

Reparación sin costo de sillas de rueda, descuentos en los servicios para población infantil, estudiantil y adulta mayor son otras opciones de esta empresa que crece, pero que lo hace con el deseo de llegar a muchos lugares y beneficiar a muchas personas.

Piedras en el camino

Por una ruta similar anda también Pilares Construcciones, una empresa dedicada a la construcción. Al decir de Yulieta Hernández Díaz, su fundadora, este proyecto asumió desde temprano, como una de sus líneas de trabajo, las preparaciones técnicas -de manera gratuita- para personas naturales y, más recientemente, para nuevos emprendimientos que necesitan saber cuánto dinero y recursos requieren para asumir una obra. A esas preparaciones incorporaron luego el asesoramiento como contrapartes.

Igualmente, laboran para iniciar un programa de formación de mujeres operarias de la construcción, como un modo de empleo y con la intención de formar una cooperativa no agropecuaria femenina en un sector predominantemente masculino.

Sin embargo, el propósito de establecer un negocio con economía circular, reutilizar los desechos propios y ajenos fabricar materiales, además de hacer viviendas sociales de calidad se ha visto obstaculizado por las trabas para obtener financiamiento en moneda libremente convertible (MLC).

“Como parte de ese proyecto siempre estuvo la idea de hacer una vivienda ecológica que sea sostenible económica y medioambientalmente”, explica Hernández Díaz a SEMlac.

Para ello, pensaron en reconvertir el modelo de negocio a economía circular, para bajar los costos, además de formar a las personas para que trabajaran en sus propias viviendas. Sin embargo, ese propósito ha chocado con la falta de acceso a créditos para adquirir los equipos destinados a procesar la materia prima o la posibilidad de comprar el MLC.

“El mayor reto, definitivamente, es llevar la correlación de este deseo de crecer sin morir, o sea, sin que tantas imposiciones fiscales nos maten”, opina, por su parte, Nayvis Díaz.

“Nos duele ver que muchos jóvenes están esperando el quinto año universitario para irse del país, cuando hay posibilidades en Cuba de hacer mucho. Definitivamente, hace falta apoyo y que se desarrolle esa confianza que desafortunadamente no existe respecto al sector privado”, agrega Díaz.

A ello añade Álvaro Romero que si no hay sostenibilidad financiera, no es posible hacer actividad social, si bien debe primar la voluntad del emprendedor de tener un impacto directo en la comunidad, ya sea de una manera educativa, dando prioridad a las mujeres en el empleo y la capacitación, o destinando un porcentaje de las ganancias a dichas acciones.

Establecer alianzas y encauzar esfuerzos

“Cada día aparecen más emprendimientos fomentando modelos socialmente responsables. Hay muchos ejemplos y, para empezar, están aquí; su camino es en Cuba y quieren construir un mejor país. Son tendencias importantes que hace falta acompañar y promover”, considera Oscar Fernández, de Deshidratados Habana.

Con él coincide Betsy Anaya Cruz, directora del Centro de Estudios de la Economía Cubana, para quien la vocación social es algo actualmente vivo y hay que potenciar para que no se pierda.

“A veces existen trabas, burocracias, mecanismos que no debieran existir, que limitan la capacidad que tienen las formas de gestión no estatal de aportar a la sociedad, a sus territorios; no solo en términos monetarios con el uno por ciento de la recaudación de los tributos, sino aportando de verdad a los problemas que tienen sus municipios”, valora Anaya Cruz.

Un mayor diálogo entre gobiernos locales y actores del municipio, el diagnóstico claro de las necesidades de las localidades para estimular que las formas de gestión no estatal se orienten a su solución, así como políticas económicas y tributarias más estimulantes son algunas de las fórmulas que requieren ponerse en práctica, según la investigadora.

“Si un emprendimiento tiene una determinada vocación social, o resuelve un problema de la población de ese municipio, pues podría tener una carga impositiva menor, o un periodo de gracia para comenzar a pagar determinado crédito más largo, o una tasa de interés más baja”, agrega la economista.

Dalieny Ortega Cubela, creadora y líder de Cubela’s, dedicada al servicio integral de limpieza, manifiesta a SEMlac, igualmente, que todos los actores económicos deberían hacer un aporte social.

Dalieny Ortega Cubela, creadora y líder de Cubela’s, dedicada al servicio integral de limpieza, manifiesta a SEMlac que todos los actores económicos deberían hacer un aporte social. Foto: Tomada del perfil de Facebook de Cubela’s

“El Estado solo no puede, esa carga debemos repartirla. Los emprendimientos deberían conocer la problemática de su entorno y aportar”, asegura esta emprendedora, para quien la creación de las pequeñas empresas debió nacer con esa obligatoriedad del aporte social, pues en las circunstancias del país no es algo que deba dejarse a la espontaneidad.

“Hay muchos estigmas contra la propiedad privada. Hay cooperativas agrícolas que son las que mantienen el consultorio del médico de la familia, la escuela, el círculo infantil, los comedores; y se les reconoce socialmente. Eso mismo tenemos que lograr que ocurra con las formas no estatales de la economía”, apuntó Anaya Cruz.

Cuba
Canal Caribe.- Tratar de ayudar a otros siempre ha sido una característica del ser humano, incluso hasta en los momentos más difíciles, como por ejemplo pasar por una enfermedad como el cáncer. Este padecimiento afecta a u...
Lo último
La Columna
La Revista