Vincenzo Basile – Cubainformación.-El pasado 18 de abril, muchos periódicos anunciaban la "deserción" de dos actores cubanos, Anailín de la Rúa de la Torre y Javier Núñez Florián, quienes fueron a Estados Unidos a promover la película "Una noche"-que narra el drama de los balseros- y decidieron quedarse en Miami pidiendo asilo político (Martinoticias, ABC, BBC mundo, La Nación).


La campaña especulativa, de los cubanos que huyen de llamado "régimen castrista" hacia la libertad, enseguida se puso en marcha. En las páginas facebook de los dos actores, por ejemplo, se podían leer frases sensacionalistas como "Bienvenidos a la libertad" y "Ya llegaron a tierras de Libertad...[...] para que en nuestra Cuba se den cuenta de lo grande que es esta Nación...Que todo lo que allá se dice es pura mentira...", entre otras.

El 29 de abril, en el programa A mano limpia, conducido por Óscar Haza, se hablaba de "dos cubanos que llegan a la tierra de libertad y de tantas oportunidades". Todo el programa fue un largo intento -por parte del conductor- de crear un clima de tensión y de miedo al gobierno de Cuba. Por ejemplo, cuando los dos actores afirmaron no haber salido aún por las calles de Miami ya que se sentían asustados por las novedades que los rodeaban y por estar solos en una tierra extranjera, el conductor usó el término "asustados" para seguir con su campaña anticubana, preguntándole retóricamente si tenían miedo a que (los agentes del gobierno cubano) los fueran a llevar y habló de un supuesto "miedo inducido" que persigue a los cubanos también cuando han dejado la Isla.

Además, el intento de conductor fue más allá de la reificación del tópico del cubano que huye y llegó hasta el punto de querer representar a una Cuba en desastre y sin futuro. A la pregunta "¿La situación es díficil allí para la juventud?", los actores contestaron que "En Cuba no hay futuro" y el abogado supuestamente experto de inmigración, Willy Allen, enfatizó esta declaración subrayando el fracaso del gobierno cubano que no logra garantizar un futuro para sus jóvenes que se ven obligados a huir hacia Estados Unidos en busca de libertad.

El 30 de abril, Televisión Martí trasmitía un servicio en el que -hablando de los dos actores- definía su actuación como una lucha "para un futuro que en Cuba es imposible de alcanzar".

Anailín de la Rúa de la Torre declaraba: "aquí se puede hacer un mejor futuro y podemos ayudar a nuestras familias económicamente [...] Creo que los jóvenes quieren venir para acá para hacer un futuro mejor porque ese es un país libre, puedes hacer lo que tú quieras: si quieres estudiar, estudias; si quieres trabajar en lo que quieras, trabajas; y hay más posibilidades de vivir mejor."

Javier Núñez Florián continuaba declarando: "Esto es un país más libre; aquí puedes luchar, trabajar para poder ayudar a tus padres allá."

Desde esas declaraciones se pueden fácilmente entender las exageraciones de los dos actores. Estamos hablando de dos jóvenes de veinte años quienes nunca estudiaron actuación, ya que Anailín de la Rúa de la Torre trabajaba en ferias y Javier Núñez Florián estudió gastronomía y trabajó en varios restaurantes de la capital cubana. A pesar de esto, fueron "descubiertos" por la productora, Lucy Mulloy, y protagonizaron la película. Es decir, en Cuba si quieres estudiar, estudias; si quieres trabajar, trabajas; y, quizás, llega también la oportunidad de recitar en una película sin tener alguna experiencia o estudio especial.

Además -aun ignorando las declaraciones sensacionalistas- queda muy claro el motivo principal que condujo los jóvenes a quedarse en Estados Unidos. Un motivo exclusivamente económico.

En el mismo programa A mano limpia, Anailín de la Rúa de la Torre afirmaba que "si estoy aqui (en Estados Unidos) es por mi familia, porque desde aquí los puedo ayudar y les puedo dar a mis hermanas todo lo que allá (en Cuba) no pueden tener [...] A mis hermanas les gusta vestirse bonito y entonces yo estoy aquí por ellas [...] para que mi hermana pueda tirarse fotos al cumlpir los quince años.[...] Mi familia no tiene el dinero para tirarle foto a mi hermana". Y Javier Núñez Florián añadía: "La mayoría de la juventud quisiera irse. Allá (en Cuba) no hay futuro: allá hay muchos muchachos que no pueden ir a una discoteca.

Y por último, como reportaba El Nuevo Herald: "Los dos actores sueñan con irse a Las Vegas"

A pesar de esas declaraciones que fijan muy bien el carácter económico de su decisión, los dos actores han afirmado su intención de pedir asilo político al gobierno de Estados Unidos, bajo la representación del abogado Willy Allen quien, en varias entrevistas, intentaba justificar el supuesto derecho de los dos jóvenes actores para pedir asilo político con absurdas argumentaciones.

Siempre en el programa A mano limpia, el abogado inicialmente afirmaba: "El hecho que tú eres cubano no te otorga asilo político; tú tienes que expresar una razón razonable de porque no quieres volver a Cuba [...] En realidad ellos no tienen una historia de haber sido perseguidos en Cuba". Pero, tras esa pequeña "explicación" del asilo político, agregaba: "Los actores, los cantantes, los pintores, cuando salen de Cuba están representando al gobierno de Cuba [...] La Revolución cubana todavía considera como logros a sus atletas, bailarines o actores, es un arma de publicidad de ese régimen [...] Ellos, al haber desertado, se consideran traidores y si regresan a Cuba [...] a lo peor se les puede marginar, quitar el habilidad de poder actuar". Es decir, el abogado intentaba justificar el derecho para pedir asilo político con la simple suposición personal de que en Cuba, para los dos actores, podría resultar difícil seguir actuando tras no presentarse a la promoción de la película, lo que -por fin- era una tarea más de su trabajo de actor con la que ellos, evidentemente, no cumplieron.

Si consideramos todas la declaraciones de los actores y las "razones" del abogado, la manipulación mediática queda muy clara: una vez más se ha creado una imagen completamente falsada del fenómeno migratorio cubano al que se le otorga siempre un carácter político que en realidad no tiene ya que sus justificaciones son -casi en su totalidad- económicas como en todos los países del entorno geográfico y del Tercer Mundo. O quizás menos, ya que la búsqueda de mejorías por parte de esos emigrantes no se reduce a bienes necesarios sino a simples bienes secundarios (como comprar ropa bonita, cámaras, billetes para ir a la discoteca o viajar a Las Vegas).

Bajo esas condiciones, en ese sentido, el estatus de refugiado político debería otorgarse también a la mayoría los ciudadanos del llamado Primer Mundo que no llegan a fin de mes, que con su salario no alcanzan a pagar el alquiler de la casa y no pueden comprar los bienes básicos para la supervivencia de sus familias. Además, más de 350 mil ciudadanos de los mismos Estados Unidos podrían presentarse en otros países reclamando el derecho de asilo político al no tener un empleo u otra fuente de ingresos para garantizarle un futuro mejor a sus hijos.

 

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