Las mujeres cubanas participan activamente de la sociedad en todos los desfiles por el Primero de Mayo.
María de las Nieves Galá - Trabajadores.cu.- Acompañada de la familia, del esposo, los hijos y nietos, la mujer cubana participa activamente de la sociedad en todos los desfiles y concentraciones que se celebran en la Isla por el Primero de Mayo.
Y es que si alguien tiene motivos más que suficientes para celebrar el Día Internacional del Proletariado en Cuba, esas son las féminas. Basta escuchar las historias de nuestras abuelas, que guardaron en sus memorias las vidas consumidas sin esperanzas: eran seres sin futuro. Discriminadas y privadas de derechos esenciales antes del triunfo revolucionario del Primero de Enero de 1959, comenzaron a representar a partir de entonces una fuerza imprescindible en el país. Las políticas públicas emprendidas por el Gobierno Revolucionario, estuvieron dirigidas a erradicar todas las formas de discriminación y explotación que durante siglos experimentaron las hijas de la Isla.
La Federación de Mujeres Cubanas, constituida el 23 de agosto de 1960, encabezada por Vilma Espín, las aglutinó y las fue convenciendo de las necesidades de la superación, de la integración al trabajo, al estudio, entre múltiples tareas que se sucedieron, siempre en interés de elevar el protagonismo de las mujeres.
Pronto ellas comenzaron a ganar espacio. Si en 1953 representaban el 17,1% de las trabajadoras, en 1981 la cifra era del 31,5 por ciento. En la actualidad constituyen el 45,6% de la fuerza laboral, el 66% de los técnicos y profesionales del país y el 48% de los investigadores científicos.
Los espacios se fueron consolidando en todos los planos. La legislación del país contempla disposiciones especiales tanto en el Derecho Civil como de Familia. Entre ellos, las trabajadoras tenemos garantizado recibir igual remuneración por igual trabajo, la seguridad social y la licencia de maternidad pre y posnatal.
Muy atrás quedaron las historias de las mujeres que morían en el parto porque no tenían atención médica, sólo las manos de una comadrona que hacía lo que podía, sin las mínimas condiciones. Hoy casi el 100% de los partos se realizan en instituciones de Salud, lo cual disminuye el riesgo de fallecimiento de la madre y del niño.