Invitado por el Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) y la Sociedad Cubana Multidisciplinaria para el Estudio de la Sexualidad (SOCUMES), Figueroa-Perea dictó la conferencia Salud y varones, eso de jugar a ser hombre es algo que a veces duele y departió con profesionales de salud, educación y otras especialidades, el pasado 13 de febrero, en La Habana.
En su opinión, llamar la atención sobre las consecuencias perversas que tiene para los propios hombres las formas en que aprenden, precisamente, a comportarse “como hombres”, puede entonces despertarles el interés sobre el tema.
“Muchos hombres jugamos a ser hombres, pero nunca pensamos en que ese juego genera dolor y la gran contradicción es que, además, solemos negar esos dolores”, comentó el profesor e investigador de El Colegio de México.
“Mi intención nunca es la de victimizar a los hombres”, aclaró Figueroa-Perea, con estudios universitarios en filosofía y matemáticas, master en Investigación sobre Población y Doctor en Sociología y Demografía, “El ser hombres sin ser cuestionados genera malestares a los hombres”, acota.
Al describir el modelo socializador por el cual se suele enseñar a “ser hombre”, preciso que apuna justo a competir, medir la fuerza, demostrar todo el tiempo que se es hombre.
Entre otras consecuencias de este tipo de comportamientos, que permanentemente los pone en riesgo, el especialista mexicano enumeró los principales causas de morbi-mortaldiad en los varones: accidentes, homicidios, cirrosis hepática, vih-sida y suicidios, algunas de ellas asociadas al consumo de alcohol.
Parece que los varones “viven en un descuido intencional sobre su propia salud, no hay una práctica de autocuidado legitimado en muchos hombres y por eso se buscan constantemente situaciones de riesgo”, agregó.
Entrenados para resistir, para hacer uso y abuso de sus capacidades y bajo una coraza corporal, transcurre la vida de los varones en lo que Figueroa-Perea define como parte de la “masculinización de los cuerpos”.
La mayoría de los accidentes de trabajo se producen por imprudencias, con hombres involucrados, y ellos son mayoría entre las víctimas de los accidentes automovilísticos con consecuencias graves, que terminan en muerte.
En cuanto a los malestares que describe, el especialista asegura que “muchos callan y no se lo cuestionan, en tanto otros no caen en el paquete pero callan por las presiones sociales”.
Entre las razones de sus conductas autodestructivas, menciona la resistencia que hacen a pedir ayuda, lo que les supone fragilidad y debilidad; y el esfuerzo que les implica necesitar algo de alguien, para lo cual no fueron diseñados.
“Tienen dificultades para sufrir derrotas y reconocer el dolor; aceptar la tristeza y la soledad. A muchos hombres el ser hombre los está matando”, comentó.
En su opinión, llamar la atención sobre las consecuencias perversas que tiene para los propios hombres las formas en que aprenden, precisamente, a comportarse “como hombres”, puede entonces despertarles el interés sobre el tema.
“Muchos hombres jugamos a ser hombres, pero nunca pensamos en que ese juego genera dolor y la gran contradicción es que, además, solemos negar esos dolores”, comentó el profesor e investigador de El Colegio de México.
“Mi intención nunca es la de victimizar a los hombres”, aclaró Figueroa-Perea, con estudios universitarios en filosofía y matemáticas, master en Investigación sobre Población y Doctor en Sociología y Demografía, “El ser hombres sin ser cuestionados genera malestares a los hombres”, acota.
Al describir el modelo socializador por el cual se suele enseñar a “ser hombre”, preciso que apuna justo a competir, medir la fuerza, demostrar todo el tiempo que se es hombre.
Entre otras consecuencias de este tipo de comportamientos, que permanentemente los pone en riesgo, el especialista mexicano enumeró los principales causas de morbi-mortaldiad en los varones: accidentes, homicidios, cirrosis hepática, vih-sida y suicidios, algunas de ellas asociadas al consumo de alcohol.
Parece que los varones “viven en un descuido intencional sobre su propia salud, no hay una práctica de autocuidado legitimado en muchos hombres y por eso se buscan constantemente situaciones de riesgo”, agregó.
Entrenados para resistir, para hacer uso y abuso de sus capacidades y bajo una coraza corporal, transcurre la vida de los varones en lo que Figueroa-Perea define como parte de la “masculinización de los cuerpos”.
La mayoría de los accidentes de trabajo se producen por imprudencias, con hombres involucrados, y ellos son mayoría entre las víctimas de los accidentes automovilísticos con consecuencias graves, que terminan en muerte.
En cuanto a los malestares que describe, el especialista asegura que “muchos callan y no se lo cuestionan, en tanto otros no caen en el paquete pero callan por las presiones sociales”.
Entre las razones de sus conductas autodestructivas, menciona la resistencia que hacen a pedir ayuda, lo que les supone fragilidad y debilidad; y el esfuerzo que les implica necesitar algo de alguien, para lo cual no fueron diseñados.
“Tienen dificultades para sufrir derrotas y reconocer el dolor; aceptar la tristeza y la soledad. A muchos hombres el ser hombre los está matando”, comentó.