Y son esas flores que adornan y hacen los monumentos, las heroínas que el ataque enemigo inmortalizó, las mujeres de Playa Girón; quienes cuentan con la honra de haber muerto por una causa, que las hacen vivir por siempre.
LA MADRE DE NEMESIA
Nemesia Rodríguez Montano, hija de Juliana y sobreviviente del ataque a Playa Girón. La protagonista de la popular Elegía de los Zapaticos Blanco, testimonio viviente de la barbarie, nos narra, desde su visión de niña de 13 años, lo ocurrido. “Era un avión, sí, porque lo vimos clarito -afirma Nemesia-, y de pronto aquellas llamitas rojas que salían del aparato, y me asusté muchísimo porque nos estaba ametrallando. Mi mamá levantó los brazos al cielo y saltó en el aire, acribillada. Yo estaba llena de horror, y en medio de la locura solo atinaba a buscar mis zapaticos blancos y a llorar por mi madre y por los demás.”
Inolvidable para las y los cenagueros fue el amanecer del 17 de abril cuando despertaron con el aviso de la invasión mercenaria. Juliana Montano Gómez con su familia subieron a un camión que manejaba uno de sus hijos, para tratar de buscar refugio. Fue entonces cuando divisaron en el cielo un avión B-26.
Desde el aire el piloto miro a través de la ventanilla. Abajo divisó un camión que avanzaba por la carretera. Accionó el mando para inclinar el avión hacia la derecha e inició un descenso de ave de rapiña. El puntico móvil se agrandaba cada vez más ante el visor. Eran civiles. Pudo comprobarlo porque descendió más y más. Los pasajeros del vehículo, confundidos, saludaron a la nave aérea. Parecía un tiro al blanco. La calma era total. No había fuego de rechazo, sino saludos afectuosos.
El piloto apretó el gatillo y la ametralladora calibre 50 trazó una línea zigzagueante…
Juliana Montano, hija del poblado de Mantua en Pinar del Río, pero cenguera por adopción, fue el blanco. La metralla le abrió el vientre. Los hijos, quienes también resultaron heridos, fueron testigos de la macabra escena. El esposo, conocedor de que aun con su cuerpo abierto, no saldrían de sus entrañas el amor a su familia y a su patria, la cubrió con una sábana.
LA MUJER CON MIRADA DE FUTURO
Cuantos la conocieron la recuerdan parecida a un torbellino. Toda alegría y entusiasmo; laboriosa, inquieta; arrancándole secretos a la tierra y al mar; ayudando al esposo en las faenas de pesca y hablando de luceros y cocuyos con sus hijas.
Cira García. Dibujo realizado por Antonio Guerrero, Héroe de la República de Cuba para la exposición “Toda la Patria está en la mujer”.Cira García había nacido el 18 de junio de 1920, en Jagüey Grande, Matanzas. Activa participante en las tareas revolucionarias, fue una mujer de clara inteligencia y disposición. Dirigió una delegación de la Federación de Mujeres Cubanas en la zona de Caletón de Buenaventura, donde realizó una labor encomiable.
Fue de las primeras en ocupar su puesto de combate durante el ataque mercenario a Playa Girón, organizado y apoyado por el imperialismo norteamericano.
Para ella, todo terminó de repente, en el amanecer del 17 de abril de 1961. Esa mañana, con la agilidad de una gacela, la incansable mujer vistió su mejor traje, el de miliciana; el mismo que la acompañaba por los caminos carboneros llevando el mensaje de futuro a cada mujer.
En un tramo del camino, donde se volvía más abrupta la tupida maleza cenaguera que tantas veces la vio cruzar con su aliento de esperanza, varios mercenarios les dan el alto y sin esperar respuesta ametrallan al grupo indefenso. Cira recibe una profunda herida en la cadera que le provoca una hemorragia interna.
Agonizaba, pero rechazó ser atendida por el enemigo, prefirió morir como revolucionaria con su traje de miliciana.
Así, a golpe de sacrificios, se alcanzó la victoria. Sangre de cubanas y cubanos regaron los caminos del triunfo. Y en momentos de recordación me atrevo a recordar a la trovadora cuando canta: …Y por los héroes y las heroínas muertos en las guerras/ se tiene que luchar y ganar/ se tiene que reír y amar/ se tiene que vivir y cantar/ se tiene que morir y crear…
LA MADRE DE NEMESIA
Nemesia Rodríguez Montano, hija de Juliana y sobreviviente del ataque a Playa Girón. La protagonista de la popular Elegía de los Zapaticos Blanco, testimonio viviente de la barbarie, nos narra, desde su visión de niña de 13 años, lo ocurrido. “Era un avión, sí, porque lo vimos clarito -afirma Nemesia-, y de pronto aquellas llamitas rojas que salían del aparato, y me asusté muchísimo porque nos estaba ametrallando. Mi mamá levantó los brazos al cielo y saltó en el aire, acribillada. Yo estaba llena de horror, y en medio de la locura solo atinaba a buscar mis zapaticos blancos y a llorar por mi madre y por los demás.”
Inolvidable para las y los cenagueros fue el amanecer del 17 de abril cuando despertaron con el aviso de la invasión mercenaria. Juliana Montano Gómez con su familia subieron a un camión que manejaba uno de sus hijos, para tratar de buscar refugio. Fue entonces cuando divisaron en el cielo un avión B-26.
Desde el aire el piloto miro a través de la ventanilla. Abajo divisó un camión que avanzaba por la carretera. Accionó el mando para inclinar el avión hacia la derecha e inició un descenso de ave de rapiña. El puntico móvil se agrandaba cada vez más ante el visor. Eran civiles. Pudo comprobarlo porque descendió más y más. Los pasajeros del vehículo, confundidos, saludaron a la nave aérea. Parecía un tiro al blanco. La calma era total. No había fuego de rechazo, sino saludos afectuosos.
El piloto apretó el gatillo y la ametralladora calibre 50 trazó una línea zigzagueante…
Juliana Montano, hija del poblado de Mantua en Pinar del Río, pero cenguera por adopción, fue el blanco. La metralla le abrió el vientre. Los hijos, quienes también resultaron heridos, fueron testigos de la macabra escena. El esposo, conocedor de que aun con su cuerpo abierto, no saldrían de sus entrañas el amor a su familia y a su patria, la cubrió con una sábana.
LA MUJER CON MIRADA DE FUTURO
Cuantos la conocieron la recuerdan parecida a un torbellino. Toda alegría y entusiasmo; laboriosa, inquieta; arrancándole secretos a la tierra y al mar; ayudando al esposo en las faenas de pesca y hablando de luceros y cocuyos con sus hijas.
Cira García. Dibujo realizado por Antonio Guerrero, Héroe de la República de Cuba para la exposición “Toda la Patria está en la mujer”.Cira García había nacido el 18 de junio de 1920, en Jagüey Grande, Matanzas. Activa participante en las tareas revolucionarias, fue una mujer de clara inteligencia y disposición. Dirigió una delegación de la Federación de Mujeres Cubanas en la zona de Caletón de Buenaventura, donde realizó una labor encomiable.
Fue de las primeras en ocupar su puesto de combate durante el ataque mercenario a Playa Girón, organizado y apoyado por el imperialismo norteamericano.
Para ella, todo terminó de repente, en el amanecer del 17 de abril de 1961. Esa mañana, con la agilidad de una gacela, la incansable mujer vistió su mejor traje, el de miliciana; el mismo que la acompañaba por los caminos carboneros llevando el mensaje de futuro a cada mujer.
En un tramo del camino, donde se volvía más abrupta la tupida maleza cenaguera que tantas veces la vio cruzar con su aliento de esperanza, varios mercenarios les dan el alto y sin esperar respuesta ametrallan al grupo indefenso. Cira recibe una profunda herida en la cadera que le provoca una hemorragia interna.
Agonizaba, pero rechazó ser atendida por el enemigo, prefirió morir como revolucionaria con su traje de miliciana.
Así, a golpe de sacrificios, se alcanzó la victoria. Sangre de cubanas y cubanos regaron los caminos del triunfo. Y en momentos de recordación me atrevo a recordar a la trovadora cuando canta: …Y por los héroes y las heroínas muertos en las guerras/ se tiene que luchar y ganar/ se tiene que reír y amar/ se tiene que vivir y cantar/ se tiene que morir y crear…
