Lissy Villar Muñoz - Revista Muchacha.- La sororidad, la hermandad, las amigas…. En eso pienso cuando me acuerdo de Haydée y Celia. Como me gustaría saber la historia de las dos. Leer sus cartas, sus complicidades, los cuentos, las profundidades de la vida, ¿y por qué no?, aquellos “chismes” amorosos.

Hoy vi una foto de ellas, cuando se cumple un aniversario más de la muerte de Celia Esther.

Y así de estrecha fue la admiración y el amor de las grandes amigas “Mis momentos más felices fueron en las montañas de mi patria porque cuando veía que era capaz de resistir, me sentía tan fuerte…, dijo una vez Haydée.

Celia Esther de los Desamparados: esos eran sus tres nombres.

El 23 de abril de 1957 se incorporó al Ejército Rebelde como la primera mujer guerrillera y ya había organizado una red de colaboradores para que el desembarco del yate Granma se efectuara y posibilitara que los combatientes pudieran sobrevivir.

El Uvero fue su primer combate, de aquellos tantos que libraría en su vida.

A Celia no le hizo falta trascender por nadie. Porque ella también organizó la guerra. No solo era la persona de confianza del líder de la Revolución Cubana, sino que manejaba fúsil, experiencia, el dinero de la organización de la gesta e ideas.

Otro de los datos que se conoce poco, es que precisamente fue Celia la que guió el camino para que los periodistas Herbert Matthews y Bob Taber entrevistaran a Fidel en la Sierra Maestra.

Norma, Lilian, Carmen, Caridad, Aly, sus múltiples identidades. Aunque prefería identificarse con Norma.

En una carta enviada por los guerrilleros de la Sierra Maestra a Frank País estos patentizaron el papel de Celia. Y escribieron:

“En cuanto a la Sierra, cuando se escriba la historia de esta etapa revolucionaria, en la portada tendrán que aparecer dos nombres: David y Norma”.

Y es que David fue el amigo y el máximo dirigente de la clandestinidad con Celia en la región oriental. Su verdadero nombre fue Frank País García. Después que asesinaron a Frank, Fidel le pidió a Celia que asumiera la responsabilidad

Celia desarrolló la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado, una vez triunfada la Revolución, y se dice que cada queja, crítica o problema que el pueblo presentara en las oficinas centrales era atendido por ella.

La hija de Haydée Santamaría, Celia María Hart Santamaría, contó sobre su mamá que “de las veces que estuvo en la Sierra, emergen, según lo que ella me contaba, dos almas elegidas: El Che (…) y Celia, de la cual me dejó la maravilla de su nombre. De niña me decía: ‘cuando te reconozcan por tus apellidos (Hart y Santamaría) di que tu nombre va primero, que te llamas así por Celia Sánchez y ese es el que debes cuidar. Fue el mejor regalo que te he dado, su nombre, aprende a respetarlo’. Sentía una gran tranquilidad al saberla cerca de Fidel. La muerte de Celia, unos meses antes de la suya, la conmovió a límites increíbles”.

El 11 de enero de 1980 muere Celia Sánchez Manduley y el 28 de julio de ese mismo año Haydée Santamaría Cuadrado.