Claudia Alejandra Damiani - Cimarronas Cuba.- Seguramente conocen el puño cerrado fusionado con el símbolo de Venus (históricamente usado para representar lo femenino) y coloreado de violeta, como emblema de las luchas feministas por la igualdad de género y la justicia social plena. Pero, ¿de dónde viene esta iconografía?


El puño cerrado tiene una larga tradición asociada a la resistencia, la solidaridad internacionalista y las luchas de los trabajadores y grupos históricamente oprimidos. Se cree que surgió como símbolo del proletariado a mediados del siglo XIX, en Francia.
En 1917, fue el logo de los Trabajadores Industriales del Mundo (IWW), sindicato estadounidense revolucionario.
Su uso como saludo comienza en la década de 1920 en Alemania, cuando la Rotfrontkämpferbund (RFB), Liga de Combatientes del Frente Rojo y brazo armado del Partido Comunista alemán, lo adoptó como saludo militar en oposición al saludo nazi con la mano abierta.
Como símbolo gráfico fue popularizado en 1948 por el Taller de Gráfica Popular, una imprenta mexicana que usaba el arte para apoyar causas sociales.
Durante la Guerra civil española, se conoció como "saludo antifascista", usado por el bando republicano e inmortalizado en canciones como “En la plaza de mi pueblo”: “En la plaza de mi pueblo, dijo el jornalero al amo, nuestros hijos nacerán, con el puño levantado”.
Luego, volveríamos a ver los puños levantados de los Partisanos Antifascistas en la Segunda Guerra Mundial. Entre las columnas de mineros bolivianos que, tras derrotar al ejército, ingresaron en La Paz en 1952. En las protestas de la década del 60, por los derechos civiles de las personas negras en Estado Unidos, sobre todo en sus ramas más militantes, como el Partido de las Panteras Negras. En el podio de los Juegos Olímpicos de 1968, protagonizado por los atletas afroamericanos Tommie Smith y John Carlos. Coronando la chimenea de una fábrica en los carteles de las protestas de mayo de 1968, en Francia, junto al lema “La lucha continua”. En la mano de Nelson Mandela al salir de la cárcel en 1990.
Su uso como símbolo del feminismo, fusionado con el ícono de la mujer y el color violeta, data de finales de la década del ’60; diseñado por la artista, escritora y activista Robin Morgan para las movilizaciones contra el concurso de belleza Miss América, en Estados Unidos. Desde entonces es el símbolo más empleado en las marchas por el 8 de marzo, fecha que tiene su origen en la propuesta de Clara Zetkin de declarar un día para visibilizar las luchas de las mujeres trabajadoras.
El uso del violeta como color asociado al feminismo no tiene una causa certera. Se ha especulado, incluso, que representa la mezcla del azul con el rosado para indicar la supresión de las diferencias de género. Más emotiva es su asociación al trágico incendio de una fábrica textil neoyorquina, en 1908 o 1911, donde murieron muchas mujeres que allí laboraban; pues, desde el siglo XIX, la fuerza de trabajo obrera femenina ha sido la más precarizada. Cuenta la leyenda que, cerradas las puertas por los dueños para evitar que sus trabajadoras se unieran a la huelga de costureras industriales, solo el humo morado por los tejidos, pudo escapar de la instalación en llamas. Lo cierto es que ya desde principios del siglo XX, las sufragistas, que poco tenían que ver con las luchas obreras, lo usaban para simbolizar su causa.
Ahora bien, el puño levantado, ha tenido también usos oportunistas que intentan apropiarse de sus connotaciones rebeldes para disfrazar de justa una causa indigna, tal es el caso del puño blanco o "White Power" con el que se disfraza de “resistencia” la opresión supremacista blanca, o de su empleo como identificador en falsas revoluciones.
Sin embargo, reducir el significado de un símbolo revolucionario a sus usos tergiversados es estúpido. El puño cerrado seguirá siendo símbolo de genuina resistencia contra la opresión capitalista, heteropatriarcal y racista; como la rosa blanca seguirá siendo símbolo de Martí, que es símbolo del antimperialismo latinoamericano, no importa cuántos grupos proimperialistas la reclamen.
Género
Para las mujeres contar con servicios de cuidado para sus hijas e hijos es un derecho que protege otros, como la autonomía económica y la participación en la vida pública Lirians Gordillo Piña - Red Semlac / Foto: S...
La inclusión de la perspectiva de género en los ámbitos de la comunicación y el emprendimiento es una estrategia fundamental para potenciar la innovación y la sostenibilidad empresarial Lisandra Ronquillo Urgell&eac...
Cubavisión Internacional.- Sobre la lucha contra el racismo y la discriminación racial estaremos hablando en esta emisión de Agenda Cuba....
Lo último
La Revista