Cimarronas.- «La violencia de género es la forma extrema de la discriminación por motivos de género y representa una problemática compleja y estructural, cuya existencia se funda en la desigualdad jerárquica que existe entre hombres y mujeres».
Así se expresa en la «Estrategia integral de prevención y atención a la atención a la violencia de género y en el escenario familiar», publicada el 9 de diciembre de 2021
¿Cómo prevenir y erradicar la violencia de género en todas sus manifestaciones? ¿Cómo organizar la respuesta integral para la prevención y atención efectiva a la violencia de género y en el escenario intrafamiliar?
La estrategia plantea coordenadas sobre cómo se pueden articular instituciones, organizaciones y la ciudadanía para luchar contra las violencias machistas y su normalización en la sociedad.
Es esencial dejar claro: qué es la violencia de género y cómo afecta a mujeres y personas que escapan o rompen con la cis-heteronorma.
Violencias psicológicas, verbal, física, sexual, económica, patrimonial, simbólica con multiples manifestaciones que dan cuenta de la necesidad urgente de una respuesta integral e integrada; de un accionar en conjunto que ayude a la emancipación feminista que merecemos; que nos ayude a romper estereotipos y prejuicios machistas; que nos haga más libres.
«La violencia de género constituye una violación de los derechos humanos, es el resultado de la conexión entre los ejes de opresión a la clase social, edad, color de piel, ocupación, sexualidad, el territorio y las situaciones de discapacidad, los cuales se superponen, interceptan y coexisten simultáneamente», se declara en la estrategia, que coloca la mirada, sobre todo, en la prevención.
A inicios de esta semana se desarrolló en La Habana el «II Taller Nacional de Evaluación de la Estrategia Integral de Prevención y atención a la violencia de género y en el escenario familiar», un proceso para dar cuenta de cuánto se ha avanzado en la implementación, y cuántos retos se encuentran en la construcción de una sociedad más justa y equitativa, libre, por tanto de violencias machistas.
Resulta vital la respuesta integrada desde la comunicación social, la educación y formación continua, la prevención, las comunidades, la atención, protección, el ámbito legislativo, la información y estadísticas, investigación…
Se llegaron a algunos puntos esenciales: la necesidad de que la estrategia llegue a las víctimas, que trascienda los espacios académicos e institucionales, que sea una herramienta a favor de las mujeres y diversidades; articular mejor el esfuerzo de instituciones, organizaciones y ciudadanía en función de erradicar las violencias machistas.