Red Semlac.- Si se mira la vida de la primera mujer negra pastora de una iglesia presbiteriana en Cuba, hay un eje común que la atraviesa: la vocación de servicio. Ese podría decirse que es un principio esencial en Izett Samá, el mejor de los motivos para quien además de reconocerse como “negra, cristiana y pastora por vocación”, se define como “aferrada a Cuba”.
Una Cuba que, afirma, necesita de la construcción colectiva desde las comunidades, esos espacios “donde se gesta ese país inclusivo, horizontal, participativo”, con el que sueña y por el que apuesta cada día.
“La sabiduría de la sociedad está en las pequeñas comunidades y este es un mundo que tiene que cambiar y está cambiando a ello. No es desde los grandes espacios, sino desde las pequeñas comunidades, donde se empiezan a transformar las cosas”, asegura a SEMlac.
En una nueva edición de Cubanas, te traemos el testimonio de esta mujer, también coordinadora ejecutiva del Centro Memorial “Martin Luther King Jr.” (CMMLK), un lugar que considera “su casa” y que le enseñó “a vivir en libertad”.
