Luis Ernesto Ruiz Martínez/Blog Visión desde Cuba/Cubainformación. Por estos días los señores senadores, congresistas, políticos, economistas y todo los que se reparten las ganancias en Estados Unidos intentan ponerse de acuerdo para ampliar el límite de endeudamiento público de ese país y evitar consecuencias catastróficas, lo que según afirman las agencias, llegaría el cercano jueves.
Eso está muy lindo dicho así, pues parecería que la preocupación es qué pasará con la nación. Pero lo cierto es que para los millones de personas que viven abandonados a su suerte, en la más absoluta pobreza, el país más poderoso económicamente del planeta ha dedicado bien poco, para dejar en el aire el beneficio de la duda y no me tilden de absolutista.
Algunas intentarán acusarme de mirar el poste en el ojo ajeno y no la paja en el propio, pero esta Cuba que se promete un cambio y sigue apostando por ofrecernos igualdad de oportunidades a todos está bien por delante del vecino norteño.
Por allá arriba la cosa está bien jodía. A los que tienen por piso las calles, por techo el cielo y por cobija las coloridas ediciones del “Washington Post” bien poco les importa lo que suceda en los próximos días. Para ellos nada va a cambiar, de qué les vale preocuparse si a ellos el gobierno de Obama, como tampoco los anteriores, les ha dado nada.