Por: Osmany Sánchez (jimmy@umcc.cu / @JimmydeCuba).- Tres personas diferentes vienen a verme preocupados por algunos posts aparecidos en La Joven Cuba. Ninguno de ellos los había leído y sin embargo me llaman aparte y me advierten. Alguien en algún lugar los leyó por ellos, decidió que eran “políticamente incorrectos” y entonces por los “canales correspondientes” bajó la orientación de estar atentos… alertas…
A pesar de todo el discurso sobre el cambio de mentalidad, algunas cosas siguen igual. Lo ideal sería que quien tenga la tarea de leerse esos post, comparta sus puntos de vista con sus subordinados, escuche opiniones y luego actúen en consecuencia. Eso sería lo ideal, pero algunos están tan acostumbrados a tomar las decisiones de manera unilateral que no ven bien eso de estar escuchando opiniones.
Un ejemplo positivo. Hace algún tiempo LJC publicó un artículo crítico sobre el trabajo del canal Tele Rebelde y su subdirectora, Daily Sánchez, se comunicó con nosotros y nos explicó muchos de los temas tratados en el post. Por supuesto que no estaba para nada contenta con el texto, pero en lugar de sentir rabia y trasladarla a sus compañeros o subordinados, hizo lo correcto, que es comunicarse con nosotros y establecer un diálogo.
Dialogar es ceder, pensarán algunos y con su prepotencia arrastran al descrédito a aquellos que tienen que dar la cara y hablar con la gente sobre algo que no conocen.
Un ejemplo negativo. Como es conocido, durante la visita a Matanzas de los jugadores de Grandes Ligas, se produjo un hecho significativo cuando el público descubrió entre las gradas a Lázaro Junco, comenzó a corear su nombre y desde el terreno la dirección del beisbol en Cuba lo llamó para que se integrara al entrenamiento. Un funcionario que escuchaba las críticas de un amigo le dijo con tono condescendiente: “por favor, no hablen sin saber…Junco sí estaba invitado pero fue sin uniforme y por eso se quedó en las gradas…”.
Yo confié en ese argumento y se lo dije a varias personas hasta que la nota de la Comisión Nacional de Beisbol ofreciendo una disculpa sobre lo sucedido, me dejó con la duda de cuál fue la fuente de aquel funcionario para culpar del hecho a Lázaro Junco ¿Fue un argumento que escuchó en algún lugar o simplemente entendió que era su obligación salir al paso a cualquier crítica aunque sea inventando una historia?
La crítica es válida, nosotros hemos aprendido que es una herramienta que puede transformar nuestro país para mejor, para profundizar y fortalecer nuestro proyecto socialista. Lo que no es válido es desarmarla de antemano. Sería muy triste combatir la lógica imperialista estadounidense mientras copiamos acá los ataques preventivos que no entienden de razones. Ojalá la próxima persona que venga a verme sea un funcionario preocupado por un texto o un conocido que quiera dialogar sobre él, después de haberlo leído. Cualquier otro caso es cuanto menos, poco serio.