Por: Osmany Sánchez (jimmy@umcc.cu / @JimmydeCuba).- Intentemos una fábula. En la sabana africana aparece un animal y reúne a los Impala, cebra, antílope, búfalos y otros animales y les dice que confiaran en él, que a partir de ese momento todos podían pastar e ir a tomar agua sin problemas, que ningún depredador los atacaría. Les aseguró que no debían temer, que ya no necesitaban estar alertas, el peligro había pasado y venían tiempos de paz y bonanza. Algunos animales se ponen contentos, vitorean los nuevos tiempos, pero algunos no están convencidos y proponen seguir a aquel que les había hecho la promesa, ver quién era realmente.


No debieron caminar mucho, a unos cientos de metros, ocultos detrás de unas rocas, el que hace un rato les asegurara que no había nada que temer, ahora estaba reunido con los leones, los guepardos y los leopardos contándoles lo sucedido. ¿Se puede creer sus promesas cuando detrás de ellas están los depredadores? ¿Se puede confiar en la palabra de estos? Si no hay malas intenciones por qué ocultarse. Mejor estar alertas, pensaron los animales.

Con este intento de fábula comienzo a hablar de la realidad cubana. Antes, la contrarrevolución –sí, contrarrevolución- hablaba abiertamente del cambio de régimen, y de tomar el poder en Cuba, proponiendo un retroceso a la Cuba de antes de 1959. Hoy la estrategia es diferente. La contrarrevolución de hoy no plantea el cambio de régimen sino solo “hacer más efectiva a la Revolución”, incluso llegan a decir que los comunistas tendrán un espacio en el futuro de Cuba, pero si seguimos sus pasos vemos que sus benefactores –los depredadores- no querrán, ni permitirán, que ocurra algo de lo prometido.

¿Acaso la Fundación Nacional Cubano Americana les daría espacio a los comunistas en una Cuba sin Revolución? ¿Permitirá el gobierno de los Estados Unidos que en esa Cuba sin Revolución siga siendo universal el acceso a la educación y la salud? ¿Cuál sería la posición hacia Cuba de esa rancia derecha europea y latinoamericana? No especulo. Sigan los pasos de los “disidentes” cubanos, miren detrás de las rocas y verán que son estos quiénes los invitan y con quiénes se reúnen.

Antes hablaba de los contrarrevolucionarios, lamentablemente algunos que no lo son, también adoptan un lenguaje parecido. En política la ingenuidad se paga caro, y los daños son irreversibles o por lo menos hacen retroceder décadas de logros sociales. Es inevitable el regreso de la izquierda en Brasil y Argentina, pero cuando lo suceda encontrarán un país donde durante algunos años los ricos tuvieron muchas oportunidades, pero las clases menos favorecidas la pasaron muy mal. La derecha gobierna para los ricos, esa es una verdad tan grande como una casa.

Algunos critican al gobierno cubano por actuar como plaza sitiada, pero es que lo somos. La retórica política del gobierno de los Estados Unidos sobre Cuba va, por un lado, pero la realidad va por otra. Aún se recuerdan las palabras de Obama –que nadie creyó- de que serían los cubanos quienes decidirían su futuro y que ellos no intervendrían. Hoy los jóvenes cubanos se manifiestan contra un programa que busca la subversión de la juventud cubana y la creación por parte de World Learning de “agentes de cambio” dentro de Cuba ¿Cambiar qué y para qué? Es obvio.

Si de verdad World Learning “es una organización sin fines de lucro que propone capacitar a las personas y el fortalecimiento de las instituciones a través de la educación, el desarrollo sostenible y los programas de intercambio en más de 60 países” ¿por qué no proponen un programa de intercambio al gobierno cubano? Nadie se opone a que exista intercambio mientras sus objetivos no atenten contra la soberanía del país. Un medio publicaba hoy sobre el tema y hacía la aclaración de que este programa estaba destinado a más de 60 países, es decir que no era especial para Cuba y por lo tanto no es una amenaza, pero detrás de World Learning hay mucho más.

Un ejemplo de otro país. En Kosovo también actúa World Learning y plantea que cuando los alumnos regresen al país puedan “serán colocados en instituciones claves, especialmente en el sector público, donde pueden utilizar sus nuevos conocimientos y habilidades para influir en el cambio desde dentro”. ¿En qué consiste ese “cambio desde dentro”? ¿Ese cambio responde a los intereses del país o de los patrocinadores de World Learning?

Algunos piensan que no está mal ir, aprender y luego poner ese conocimiento en función de la Revolución y eso quizás estaría bien si se tratara de una persona conocedora de los planes subversivos contra Cuba, pero no para un grupo de adolescente. No puede sobrevivir una nación que no haga respetar su soberanía, y Cuba tiene todo el derecho a proteger las nuevas generaciones.

Para contactar con el autor: jimmy@umcc.cu

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