Cubainformación – Noel Manzanares Blanco.- Desde Ignacio Agramonte hasta Fidel Castro, está demostrado que constituye una de nuestras tradiciones no dejar a nadie abandonado a su suerte
Una noticia de última hora da cuenta del retorno de los connacionales varados en Haití, ante el incremento de la violencia de bandas criminales y el enfrentamiento con fuerzas del orden.
Nuestra Cancillería informó en X sobre el inicio de la primera fase de la operación de retorno de los cubanos/as residentes en dicha nación caribeña, quienes viajan en una caravana de ómnibus desde la capital Puerto Príncipe hasta la ciudad de Cabo Haitiano, en el norte del país.
Trasciende que esta es una operación coordinada por las autoridades cubanas, diversos ministerios, la embajada de Cuba en Haití y el acompañamiento permanente de funcionarios de la misión diplomática —detalla el mensaje (1).
Nada de eventualidad: es una tradición que data del siglo XIX (2). Me explico, grosso modo.
Uno de los padres fundadores de nuestra nación, Ignacio Agramonte (3), protagonizó un hecho extraordinario: el rescate del general Julio Sanguily, el 8 de octubre de 1871. Significo que, en apreciación de Fidel Castro:
“Hazaña insuperable aquella en que con 35 hombres, frente a una columna compuesta de fuerzas tres veces superiores, Ignacio Agramonte, tan pronto tiene la noticia de la captura de Sanguily reúne los pocos hombres que están próximos, inicia la persecución del enemigo, instantáneamente lo ataca, y rescata de manos españolas —es decir, de una muerte segura— al general Julio Sanguily” (4).
Subrayo que, en mi opinión, con este acontecimiento quedó gravado en la Historia de Cuba que, a los fines puramente revolucionarios, ¡Jamás coterráneo alguno quedará abandonado a su suerte! No son meras palabras. Retomo dos pasajes:
Uno, Monseñor Armando Llorente —se desempeñó como profesor en el colegio de Belén y en el libro de Memorias de la graduación del curso de 1944-1945 escribió acerca de su alumno devenido Líder de la Revolución Cubana: “[…] Cursará la carrera de Derecho y no dudamos que llenará con páginas brillantes el libro de su vida. Fidel tiene madera y no faltará el artista” (5)—, manifestó: “Me dicen ‘usted siempre habla bien de Fidel’. Yo hablo del Fidel que conocí. Inclusive, una vez, me salvó la vida y esas cosas no se pueden olvidar nunca” (6).
Dos, Juan Almeida —uno del selecto grupo de compañeros que estuvo muy cerca del Comandante en Jefe de nuestra Revolución (7) recordó siempre el episodio de la caída al mar de un expedicionario del Yate Granma en la travesía de México a Cuba: “Fidel nos dijo lo siguiente: ‘De aquí no nos vamos hasta que lo salvemos’. Eso conmovió a la gente y levantó la combatividad. Pensamos ‘con ese hombre no hay abandonados’. Lo salvamos, a costa que se echara a perder la expedición” (8).
Por demás, acentúo lo que continúa:
En medio de la situación trágica experimentada por combatientes cubanos en misión internacionalista en Angola al calor de la Batalla de Cangamba (9), Fidel les envió un Mensaje en cuyo contenido aparece:
“Hemos adoptado todas las medidas para apoyar las tropas sitiadas. El envío de refuerzos cubanos por helicópteros a ese punto es prueba de nuestra determinación de librar y ganar esa batalla junto a los angolanos”. “Todo depende ahora de la capacidad de ustedes de resistir el mínimo de tiempo indispensable para que esas tropas lleguen a su objetivo”. “Confío en el valor insuperable de ustedes y les prometo que los rescataremos cueste lo que cueste” (10).
A lo anterior, sumo la trascendencia de la actitud de Fidel en aras del rescate de las garras antipatrióticas del niño Elián González. Así lo sintetizó Miguel, el Padre del pequeño: “Sin él [Fidel Castro], sin sus decisiones sabias, sin su presencia física en cada acto, en cada marcha, sin su liderazgo yo creo que esto no hubiera sido posible” —destacó al referirse al regreso de Elián a su seno familiar y nacional (11).
Concluyo: escapa a la casualidad la noticia según la cual Cuba rescata a connacionales varados en Haití. Realmente, ello es reflejo de que —desde Ignacio Agramonte hasta Fidel Castro— está demostrado que constituye una de nuestras tradiciones no dejar a nadie abandonado a su suerte. ¡Amén!
Referencias:
2.- https://www.resumenlatinoamericano.org/2018/05/13/cuba-ignacio-agramonte-el-mayor-en-fidel-castro/.
3.- https://www.cadenagramonte.cu/noticia/es/123381/agramonte-corazon-de-camaguey.
4.- http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1973/esp/f110573e.html.
5.- http://www.fidelcastro.cu/es/articulos/caracter-excepcional.
6.- http://www.fidelcastro.cu/es/articulos/50-verdades-sobre-fidel-castro.
7.- https://tvcamaguey.blogspot.com/2009/09/cuando-un-comandante-se-va.html
8.- http://www.venceremos.cu/guantanamo-noticias/6784-gracias-fidel.
9.- https://cubaminrex.cu/es/cangamba-una-batalla-que-vive-en-la-memoria-historica-de-los-cubanos.
10.- http://www.fidelcastro.cu/es/articulos/cangamba-simbolo-del-valor.