Alberto Pinzón Sánchez.- En medio de la situación global que se ha acordado denominar “pandemia covid 19”, a la par de la expansión vertiginosa del virus corona por todos los rincones del planeta hasta donde ha llegado el capitalismo imperialista actual, ha habido también una necesaria reacción explosiva natural de la espacie humana sobre el grave peligro para la vida de tan amenazante expansión viral:


La primera reacción general a la que contribuyeron los medios de comunicación masivos en la medida que daban la información de lo que estaba sucediendo, fue la huida. Es lo que hace cualquier especie incluida la humana al ver, por ejemplo, las llamas de un incendio que se le acercan y que su instinto le dice no puede enfrentar. Siguió una fase subjetiva de pánico que representó ganancias exorbitantes para los fabricantes de papel higiénico, de mascarillas y de productos de primera necesidad que como reacción básica la mayoría de los habitantes del globo empezaron a acumular como reservas para enfrentar un final apocalíptico de la humanidad. Vino despues una fase de aislamiento individual, que poco despues los Estados nacionales por recomendaciones de las agencias internacionales especializadas empezaron a aplicar a sus habitantes como medidas “coercitivas” llamadas “cuarentena”; mientras en paralelo se le daba inicio acelerado al otro componente del Estado la “hegemonía”, a la batalla de ideas por el relato hegemónico en la cual estamos, y que es obvio va ganando el imperialismo, no solo por poseer el dominio de los grandes medios de comunicación con sus plataformas informáticas en red y los más avezados intoxicadores de opinión pagados (spinn doctors) a su servicio, descritos por el excelente escritor del idioma castellano como Muñoz Molina como “engañabobos, embaucadores y vendedores de humo”. También porque ha sabido aprovechar “el confinamiento obligatorio” que obligó al uso masivo e indiscriminado de tales plataformas informáticas para pasar a la siguiente fase subjetiva de la “fuga hacia adelante”: la de la futurología que intenta responder a otro sentimiento básico el del “qué serrá, serrá, serrá” que cantaba en 1956 la inolvidable Doris Day; el “uil bi, uil bi”, primeras palabras en inglés que aprendí de tan bella profesora.

Inicialmente hubo (también hay que reconocerlo) una reacción abundante de parte de analistas y escritores de pensamiento crítico, incluso alternativos y hasta libertarios, que en la medida de lo posible, tratan de enfrentar con análisis y artículos de opinión la avalancha mediática toxica de los números, datos estadísticos, curvas epidemiológicas, endemias, pandemias, virología, huéspedes naturales, mecanismos de trasmisión, modos de entrenarse (incluso sexualmente) en casa mientras pasa el encierro y no deprimirse; de la caída de las Bolsas de Valores, del precio del petróleo, de la crisis generalizada que se venía gestando desde el 2008 y el coronavirus destapó, ect. O de la guerra contra el “enemigo invisible”, como lo explicó el presidente francés Macron haciendo una comparación belicista ridícula tratando de ocultar la verdadera guerra hibrida que el imperialismo colonialista francés, como socio privilegiado, desarrolla de manera tórpida y soterrada desde hace más de dos décadas para reconfigurar el Globo terráqueo según sus intereses en Afganistán, Irak, Somalia, Libia, Egipto Malí, península arábica, Yemen, Siria, Irán, Norcorea y en nuestramérica especialmente en Venezuela, Colombia y su frontera.

Así se enfrentaron dos visiones antagónicas: la de la crisis generalizada del Imperialismo neoliberal y la posibilidad “real” de aprovechar la situación un tanto incierta o caótica destapada por la pandemia viral, para avanzar hacia un comunismo renovado. O la opuesta: la de utilizar “corporativamente” el concepto taoísta de crisis como oportunidad para ganar y seguir ganando, corregir los errores descubiertos o las lacras evidentes que la pandemia ha desnudado, como las trasformaciones radicales en todos los órdenes de la vida que se están viendo; aprovechar la reforma pensional nazi que está produciendo el virus eliminando viejitos y enfermos inhábiles; deteniendo o parando de momento las protestas populares y movilizaciones sociales que se venían dando especialmente en nuestramérica; aprovechar lo avanzado que está el proceso de reconfiguración del globo terráqueo y  el rediseño de fronteras en toda la geografía universal conocida, la revitalización de los aparatos coercitivos de los Estados Nacionales con las cuarentenas obligatorias; para renovar el capitalismo imperialista en competencia haciéndolo más humano, o social, o sanitario, talvez como lo quería el maestro Keynes “pues no hay enemigo al frente, y ningún virus ha producido nunca, ni producirá una revolución. Ni siquiera el virus del leninismo que está cumpliendo 150 años”.

¿Redefinición de fronteras? Elucubraciones del portal web “HispanTV”. Sin embargo, como para hacerle un homenaje (a lo grande) a Lenin, genial estratega político maestro de otro grande como Gramsci, quienes le dieron al Marxismo la dimensión geoestratégica del “Imperialismo fase superior del capitalismo” (1917) y de la “filosofía de la praxis”, valdría la pena revisar o hacer un balance siquiera somero de cómo avanza la reconfiguración planetaria de la guerra hibrida en curso: de quienes van ganando y quienes van perdiendo. No solo en las fronteras de la mayoría de los países del Asia donde se ha centrado la guerra hibrida, sino en Nuestramérica, en la frontera Bolivia con Argentina, o con Chile, en la triple frontera de Brasil con todos sus vecinos, en Venezuela, en Colombia con sus cuatro fronteras: con Panamá, con Ecuador, con Perú y la más caliente zona fronteriza colombo-venezolana que ha llevado a algunos comentaristas y opinadores a sentenciar que “quien controle la frontera colombo venezolana ganará la guerra hibrida en desarrollo”.

En Colombia, está muy avanzado el proceso, que en un principio denunciamos, de convertir el postconflicto de la paz con las Farc-EP, en un posconflicto como el de la república del Salvador. A la perfidia inicial del ludópata Santos, siguió la política de paz sin impunidad del subpresidente Duque para hacer trizas y desintegrar o desestructurar el Acuerdo de la Habana, cumpliendo sin cumplir a lo Chavo del ocho, y despolitizar a la antigua guerrilla fariana haciéndola renunciar al Marxismo- Leninismo y a Bolivar, para que manera como legraron a la guerrilla salvadoreña lentamente se fuera convirtiendo en la “mara salvatrucha”, tornándose en simples facinerosos sin ideología, incluso mercenarios aliados a las bandas armadas de narcotraficantes o de paramilitares. Los resultados no pueden ser más elocuentes:

Un portal web que está muy lejos de ser calificado adicto al régimen como Contagio Radio, publica el 23.04.202 un artículo explicativo sobre las tres divisiones armadas en que despues del Acuerdo de la Habana, es decir en el post conflicto actual y por acción de la antigua y masiva infiltración del Estado llevó a la implosión a la guerrilla marxista leninista y bolivariana de las Farc-EP y, tratando de abarcar la conflictiva realidad que persiste en Colombia, en especial en los departamentos fronterizos, plantea una nueva pero terrible y concluyente realidad que nos acerca al caos centroamericano que tantos beneficios ha dado a sus creadores, aportando sin dar mayores explicaciones la paradójica categoría social de “disidencias paramilitarizadas”; que debe ser aclarada.

 

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