La Habana - AIN.- A más de 89 mil millones de dólares asciende el daño directo, que en el último año ha causado al pueblo cubano el genocida y cruel bloqueo del gobierno de Estados Unidos, informó hoy en esta capital, Felipe Pérez Roque, ministro de Relaciones Exteriores de la Isla.
En conferencia de prensa, en la sede de la cancillería, el titular hizo público el Informe de Cuba sobre la resolución 61/11 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, "Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba", que será presentado el próximo 30 de octubre en Ginebra.
Pérez Roque añadió que esta guerra económica, cuyos datos son conservadores, ha sido una constante en la política de los sucesivos gobiernos de la Casa Blanca y que el recrudecimiento de esa política corrobora la profundización de su dimensión extraterritorial.
Destacó que el Secretario General de ONU ha dirigido el documento a un buen número de países y organismos internacionales, mientras 23 agencias y programas internacionales y 115 naciones de los 192 Estados miembros han presentado sus propias afectaciones económicas y emitido su opinión sobre las consecuencias y efectos del bloqueo contra Cuba.
Esta respuesta, dijo, es una señal inequívoca de las afectaciones que produce esta política en la mayor de las Antillas y en otras 30 naciones del orbe, víctimas también de multas, restricciones económicas y amenazas contra ciudadanos y empresas.
Esbozó algunos de los aspectos que trata el informe como la aplicación del Plan Bush para la recolonización de Cuba, las afectaciones a los diversos sectores de la economía y la sociedad, La Sección 211 de la Ley Ómnibus de Asignaciones Consolidadas Suplementarias y de Emergencia de los Estados Unidos en 1999 y las nuevas agresiones en el tema marcario, entre otros.
En otro momento del encuentro con la prensa, el canciller cubano cedió la palabra a directivos de las esferas de las comunicaciones, la educación, cultura, salud pública y el transporte, quienes expusieron sus experiencias sobre la negativa de visas para que científicos, artistas y cineastas cubanos viajaran a ese país para intercambiar experiencias.
Asimismo, expresaron las limitaciones que origina esta política para la realización exitosa de trasplantes renales, compra de marcapasos y válvulas protésicas para niños con afectaciones cardiacas y de equipos de alta resolución para el desarrollo de la informática, las comunicaciones y la biotecnología.
Pérez Roque ratificó que Cuba proseguirá denunciando al gobierno de Estados Unidos y manifestó su certeza en que nuevamente la votación en la ONU favorecerá a la Isla, un país que resistirá y continuará desarrollándose.
El Canciller cubano aseguró que el gobierno norteamericano deberá levantar el bloqueo por las implicaciones económicas que representa para los dos países, y porque existen razones más que suficientes para renunciar a una política cruel y hostil que pretende asfixiar y rendir por hambre al pueblo cubano.
Desde 1992 la Isla está presentando el documento "Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba" y en la votación del año 2006 se pronunciaron a favor 183 países, cuatro en contra y uno se abstuvo.
Empecinada política norteamericana contra Cuba afecta a terceros
Prensa Latina.- El bloqueo económico, financiero y comercial de Estados Unidos contra Cuba afectó, entre mayo del 2006 a mayo del presente año, a 30 naciones que sufrieron el carácter extraterritorial de esa política.
Desde que la Casa Blanca aprobó las Leyes Torricelli y Helms-Burton y en 2004 consintiera el Plan Bush para acelerar la destrucción del orden institucional cubano, son mayores cada día los afectados dentro y fuera del país.
Al respecto, el informe de Cuba a la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la necesidad de poner fin al cerco económico precisa que esos daños alcanzaron niveles sin precedentes en el último año.
El objetivo es impedir el derecho de otras naciones de beneficiarse de las oportunidades que genera la economía cubana, al obstaculizar que subsidiarias norteamericanas en otros territorios realicen cualquier otro tipo de transacción con la mayor de las Antillas.
Sobre esa base Alemania, Australia, Brasil, Canadá, Reino Unido, Países Bajos, Suecia, España, Finlandia, Japón, México, Noruega y Suiza, entre otros, soportaron las consecuencias de tan injusto proceder de un gobierno contra otro Estado y pueblo.
Tales restricciones provocaron que ciudadanos cubanos residentes en terceros países fueron obligados a retirar sus cuentas bancarias o amenazados con la cancelación de las mismas en instituciones locales con algún tipo de vínculo con bancos norteamericanos.
Esta situación se agudiza al calor de las actuales alianzas y fusiones empresariales encabezadas por Washington, lo que reduce el espacio económico externo de Cuba y dificulta la búsqueda de nuevos socios comerciales, al tiempo que no son pocos los que cortan tales vínculos.
Así la firma Datex-Ohmeda de Finlandia, fabricante de equipos de anestesia, tras su adquisición por la compañía General Electric prohibió vender sus productos a la isla para evitar ser procesada por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos.