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Estas fueron las palabras de Beliss Cruz:
A continuación, algunos contenidos sobre este joven actriz cubana, con entrevistas y reportajes sobre su carrera y proyectos actuales.
“Renacer” con la villana Belissa Cruz
Melissa Mavis Villar de Bardet / ACN
Belissa Cruz, actriz cubana que interpreta uno de los personajes antagónicos de la nueva telenovela, “Renacer”, dirigida por Heiking Hernández, espera sorprender al público cubano, al formar parte del selecto grupo de “villanos” de esta producción que consta de 90 capítulos y se estrenará a partir de hoy en el canal Cubavisión.
Belissa Cruz: «En la próxima telenovela seré mala, malísima»
Antes de caer en el personaje, esta popular actriz, ofreció detalles en exclusiva a la Agencia Cubana de Noticias sobre cómo llega al mundo de la actuación y quién es detrás de cámara.
Sus primeros pasos, siendo apenas una niña, los debe a su madre, quien fue fundadora del Grupo de Teatro Olga Alonso, bajo la dirección de Humberto Rodriguez.
En ese entonces, necesitaban para la obra Andoba un niño que hiciera de hijo de la reconocida actriz y Premio Nacional de Teatro 2022 Corina Mestre, y fue así que apareció un personaje que, inicialmente, se llamó Estebita y luego lo cambiaron a Estelita, comentó.
Al hablar de “Renacer”, dijo que los personajes antagónicos son los que más la atrapan por lo que demandan de ella; la hacen salir de su zona de confort y buscar otros matices.
Desde que interpretó Angélica en Latidos compartidos y Patricia en Asuntos pendientes, Belissa Cruz disfruta mucho hacer estos personajes, piensa que los protagónicos, en su mayoría, son buenos y sufren mucho, y ella prefiere todo lo contrario.
Sandra, acotó, llega después y es muy diferente a aquella muchacha, que en Asuntos pendientes era víctima de maltrato y abuso psicológico.
Confesó que ese personaje le costó mucho trabajo, teniendo en cuenta que suele ser una persona extravertida y para asumir determinadas situaciones tuvo que sobrellevar su yo interior para que saliera Patricia.
Para Belissa, Sandra llegó en un momento en el que necesitaba sacar todo lo que tenía adentro y agradece mucho la oportunidad de haber sido seleccionada para ello.
Según la actriz, esta telenovela, escrita por Yoel Monzón, fue hecha para ella desde que leyó la primera página, y espera que el público se identifique y sienta el empeño y el amor que le puso al personaje.
Belissa Cruz es una mujer muy trasparente y expresiva, más bien un vendaval de alegrías y energías, donde todo fluye como si la conocieras de toda la vida.
Ella es tal cual, la misma frente y detrás de cámara; por eso con Sandra se siente como pez en el agua y, aunque hay cosas que no comparte, a través de este papel, deja ver que es fuerte, entregada, decidida, luchadora y capaz de ir por lo que quiere y lograrlo.
Belissa es siempre bien aceptada por el público, y aunque en esta ocasión será mala, malísima espera, dentro de lo negativo, seguir cautivando a ese público, merecedor de su sacrificio y trabajo.
Contó que durante la grabación se vio obligada a usar las gafas del oficio, un día que se sintió mal del estómago y tuvo que grabar en Cojímar, donde en plena escena se desmayó y el actor Denys Ramos y otros compañeros corrieron con ella para el Hospital Naval, donde fue muy bien atendida y gracias a eso pudo continuar satisfactoriamente el rodaje.
Belissa no perdió la oportunidad para decir que su hijo es todo lo que ama en la vida, se considera una mujer muy familiar, que le encanta compartir, ofrecer lo que tiene, además de cocinar, escuchar música, bailar, tomar cerveza y vivir cada día como si no existiera un mañana.
Muchas son las palabras que describen a Belissa, ya que por su naturalidad ha sabido ganarse el cariño de todo aquel que la conoce o la admira profesionalmente, sin embargo, al pensar en la actuación escogió una: “responsabilidad”.
Asume su trabajo con mucha responsabilidad y respeto; es algo que le debe a su mamá, quien abandonó el sueño de ser actriz por tenerla a ella y a su hermana.
Belissa Cruz logró llegar a donde quiso y hubiese querido su madre; actualmente disfruta lo que hace y está inmersa en nuevos proyectos que saldrán durante el verano, como por ejemplo, un Tras la Huella, donde compartirá con el actor y director de televisión Rolando Chiong, con quien siempre adquiere nuevas experiencias y tiene excelentes oportunidades.
Belissa Cruz, sin miedos en la escena
En el grupo de teatro Olga Alonso era la primera en ofrecerse para una improvisación. Su carrera, aunque emergente, ya ha transitado además por la televisión y el cine.
Raudelis Sarmiento
OnCuba
Foto: Cortesía de la entrevistada.
Belissa Cruz es una joven actriz cubana con una emergente carrera que, sin embargo, la ha llevado ya al teatro, la televisión y el cine. Heredera de una tradición artística desde el seno materno, se ha enrumbado por los caminos del arte interpretando personajes que han gozado de popularidad entre el público cubano.
Madre amantísima, se deshace en ternura cuando hablar de su hijo, y no disimula cierta tristeza cuando menciona a su madre. No teme que la vean sentir y pensar; mostrarse vulnerable.
Su trabajo en la actuación comenzó en el grupo de teatro Olga Alonso, de Humberto Rodríguez, del cual fue fundadora su madre, quien falleció hace menos de un año. La primera participación de Belissa fue en la obra Andoba.
Estudió Contabilidad mientras seguía en el grupo y aunque a los 14 años no aprobó las pruebas para ingresar en la Escuela Nacional de Artes, no se desanimó y continuó su trabajo junto a Humberto haciendo teatro universal y cubano.
Con un carisma que traspasa la pantalla y su gracia para comunicar, se mete en la piel de Angélica de Latidos compartidos, la noble Patricia de Asuntos pendientes y la pícara Clarita del popular Vivir del cuento, con Pánfilo como estrella central.
¿Qué impronta dejó en ti el grupo Olga Alonso?
En este grupo de teatro dirigido por mi padre en la actuación, Humberto Rodríguez, aprendí a ser humilde, compartir y ayudar a los demás sin esperar nada a cambio.
Los actores formados en el Olga Alonso somos una gran familia. Las generaciones precedentes a la mía y las actuales. Somos como los pollitos que buscan el calor de la gallina para sentirse protegidos y siempre regresamos al nido, que es el Olga Alonso.
Foto: Cortesía de la entrevistada.
¿Cómo llevas la popularidad?
Mi estreno en la televisión llegó con la telenovela Latidos compartidos y, a pesar de que al principio no podía integrar el elenco por no contar con un título de actriz, corrí con la suerte de que el equipo liderado por Felo Ruiz me diera la oportunidad de interpretar a Angélica de todos modos.
Angélica fue un personaje que me dio a conocer al público cubano. Era un antagónico y lo disfruté muchísimo. Me permitió aportarle matices, distintas emociones y estados de ánimo. Le agradezco a Felo Ruiz y Consuelo Ramírez la oportunidad de haberlo encarnado.
He vivido situaciones simpáticas con el público en La Habana y otras provincias; experiencias inolvidables.
¿Cómo llegas al cine?
Un buen día recibí una llamada de Fernando Pérez para realizar una pequeña actuación en su filme Últimos días en La Habana (2016). Mi aparición en la película fue de unos minutos.
Realmente para mí fue una participación especial que agradezco muchísimo y espero que se repita para algo más grande (risas). Este gran director y todo el equipo de producción tuvieron un trato esmerado conmigo e hicieron que me sintiera cómoda.
¿Patricia de Asuntos pendientes qué enseñanzas te aportó?
Me dejó sacar y explorar el sentimentalismo que hay en mí. El personaje es como un grito contra la violencia psicológica y física, un llamado a no quedarse callada y romper esa cadena.
Muchas personas se han identificado con el personaje. Al principio estaba muy preocupada, pues soy muy temperamental, expresiva; y Patricia es todo lo contrario.
A Patricia le cogÍ miedo, porque está muy lejos de mi personalidad, realidad, manera de conducirme en la vida. Pero es sentimental y en eso sí tiene que ver con Belissa, a pesar de los temperamentos diferentes.
Foto: Cortesía de la entrevistada.
¿Cómo recuerdas tu experiencia como anfitriona del Piña Colada 2023?
Lo más grande de la vida. Una experiencia tremenda conducir este hermoso festival, compartir con la gente de Ciego de Ávila y sus niños en los parques. Pudimos llevar el arte a prisiones y hogares de niños sin amparo filial.
Entramos en un preuniversitario y nos aplaudían como si fuéramos artistas famosos. Yo empecé a llorar de la emoción. Me encantó Ciego; es una ciudad muy limpia, la gente es muy cariñosa. Estoy agradecida con Arnaldo Rodríguez por la invitación.
Vivir del cuento ha sido un sueño cumplido…
Sí. Soy fanática del programa y que me hayan llamado a formar parte del elenco fue una sorpresa grande. Mi mamá soñó verme en este programa, y lo conseguí.
En Vivir del cuento encarno a Clarita, la sobrina de Leopordino, que llegó nueva al barrio con su hijo Pablito. El personaje no es cómico, sino su situación. Me gustaría interpretar uno con matices humorísticos, que sé que es complicado porque el humor es cosa seria; aunque uno se ría.
¿Cuáles son tus grandes miedos en el arte?
No tengo. Humberto nos enseñó que hay que tirarse a la piscina. Siempre fui muy dispuesta en el grupo de teatro. Era la primera en levantar la mano para hacer una improvisación y valiente a la hora de enfrentar retos.
¿En qué te veremos próximamente?
En la novela Renacer, de Heiking Hernández. Estoy muy feliz. Tengo un personaje negativo que van a disfrutar mucho. No puedo adelantar nada; solo que estoy haciendo un buen trabajo para que el público se divierta.
¿Quién es Belissa Cruz, la Patricia de «Asuntos pendientes»?
Giusette León García / CubaSí
Fotos: Jorge Camarero Leiva / CubaSí
Usted la ve ahí toda introvertida y modosita, encarnando a la Patricia de Asuntos pendientes, pero esta mujer es un vendaval de energías y expresividad. Desde el primer saludo, la conversación con Belissa Cruz fluye como si la conocieras de toda la vida; gesticula, enfatiza, se derrite de ternura para hablar de su peque y no disimula cierta tristeza cuando menciona a su madre. No tiene miedo de que la vean sentir y pensar, emocionarse; no pierde tiempo en simulaciones: ahí está ella, tal cual, frente a la cámara o la grabadora del móvil, lista para contarnos su historia.
—¿Cómo llegaste a la actuación?
—Yo salí del grupo de teatro Olga Alonso, de Humberto Rodríguez. Mi mamá fue fundadora de ese colectivo y, cuando yo tenía 6 o 7 años, Humberto estaba montando Andoba. Allí aparece un niño, pero en ese tiempo el Olga Alonso trabajaba solamente con adultos, las clases eran nocturnas, entonces dijo: «Bueno, da igual que sea hembra. Chachi, ¿por qué tú no la traes para montarle la escenita?, a ver si le queda bien y así se puede llevar la obra a los barrios», porque él hacía mucho teatro comunitario. Yo llegué, me montaron la escena como una improvisación, y él le dijo a mi mamá: «Oye, ¿tú sabes que tu hija tiene tremendas aptitudes?». Con Andoba pasé por muchos solares, siempre de noche, todos eran adultos; aquello me encantó y le dije a mi mamá: yo quiero ser actriz.
La carismática Belissa Cruz en entrevista con CubaSí. Ella en nada se parece a su personaje de Patricia en Asuntos Pendientes, la novela cubana del momento.
—¿Y entonces ya te quedaste insertada en el Olga Alonso?
—Estudié Contabilidad para poder estar en el grupo, porque si me becaba, no podía asistir. A los 14 años me presenté a las pruebas de la Escuela Nacional de Arte (ENA), me desaprobaron y dije: no vengo más. Para mí fue muy fuerte, porque es una edad complicada, uno cree que tiene todas las probabilidades, y no resultó así; entonces Humberto me dijo: «Ningún jurado en el mundo puede cuestionar tu talento. Tú eres actriz, da igual que pases la escuela o no». Y así fue, seguí con él, haciendo todo tipo de teatro: universal, cubano, todo.
«Luego, me enteré del casting de la novela Latidos compartidos y fui. No me escogieron a la primera porque yo no tenía papeles, pero, cosas de la vida, a una actriz se le presentó un problema y no pudo interpretar a Angélica, que es el personaje que me da a conocer a mí en la televisión. No querían volver a hacer casting, sino que lo asumiera una actriz de las que ya ellos habían visto. Se sentaron a revisar y dijeron: no tenemos dudas, es fulana. Cuando me llaman, me entrevisto con Felo Ruiz y él me explica: "a nosotros nos han dicho que tú no eres evaluada, que no tienes papeles", y le dije: "no me pagues un peso, dame la oportunidad, que si tú me das la oportunidad, yo te voy a hacer lo que tú estás buscando, tú no vas a encontrar a nadie que te haga eso mejor que yo". Entonces yo empecé la novela como figurante especializado, me dieron una carta para poder trabajar en la Agencia, después conseguí el permiso de trabajo y terminé contratada con la categoría del personaje, que era un coprotagónico».
—¿Cuántos retos te ha impuesto el hecho de no ser graduada de la ENA o el ISA?
—Los «no» han sido muchos antes de poder llegar a la televisión, e incluso después. Cuando uno viene de un grupo de teatro como el de Humberto Rodríguez, que es un director muy estricto, siempre te va a decir la verdad, y él siempre me dijo: «este es tu camino». El actor trabaja con bomba, con sentimiento y con mucha verdad. Yo parto de la verdad en cada personaje que hago, y contra eso no puede ningún título.
Patricia y los asuntos pendientes
—Imagino que pasaste la mayor parte del rodaje conteniéndote, pues de Belissa a Patricia, hay un trecho...
—Patricia es un personaje al que yo le cogí un poco de miedo, porque está muy lejos de mi personalidad, de mi realidad, de mi manera de actuar... Patricia es una persona sentimental, en eso sí tiene que ver conmigo —a pesar de mi temperamento, yo soy sentimental—, también en que es sincera, no le gustan las injusticias, es buena amiga... en todo ese ámbito sí estamos bien, pero ella es una mujer que está siendo violentada psicológicamente, físicamente; de cierto modo es sumisa, entonces sí, rompió las cadenas y huyó de su esposo, pero pasó mucho tiempo bajo ese yugo, algo que Belissa no aguantaría en la vida.
«Cuando yo empecé a leerme todo aquello, decía: caballero, ¿esta mujer no para de llorar? Claro, la novela no ha avanzado, esto empieza ahora. En la novela se van a ver circunstancias que le suceden a ella que a mí nunca me han pasado, que es producto de todo este maltrato psicológico que este hombre le había impuesto a Patricia, porque es el típico hombre que tú lo conociste y te enamoró, y salieron, y "qué linda tú estás", pero de buenas a primeras, ya "esa blusa no me gusta" y ya "esa saya está muy corta"; por ahí empezó a limitarla y llegó un momento en que ella se miró al espejo y dijo: esta no soy yo».
—¿Cómo conseguiste enamorarte del personaje?
—Traté de ver el lado positivo, lo que me aportaría a mí como actriz, pues estaba muy lejos de las cosas que yo había hecho. Yo dije: bueno, Patricia será como una voz para las mujeres de «tengo que romper con todo esto», porque sabemos que en el siglo que estamos aún existe el machismo, existen muchas mujeres que no alzan su voz y dicen: voy a romper con esta cadena, no puedo seguir con esta tortura de maltrato psicológico, que a veces es peor que el físico. Busqué por ahí y me fui enamorando.
—¿Qué tal te ha ido con el público?
—Tú sabes que el público cubano es muy expresivo. Hay muchas personas a las que sí les ha gustado verme en otra faceta, entonces he recibido comentarios muy lindos, pero también hay otros muy desagradables, me dicen que no pega la actriz con el personaje. Por ejemplo, en la calle una señora me dijo: «ay, mi'ja, qué linda, pero ¿cuándo te quitas los espejuelos y te pones los tacones?», y no, ni me quito los espejuelos, ni me pongo tacones.
Otras «vidas» de Belissa Cruz
—Cada personaje, digo yo, es como si vivieras una nueva vida. De los que te han tocado hasta ahora, ¿hay alguno que quieras especialmente?
—Sin discusión, Angélica para mí fue muy importante. Fue el que me dio a conocer, fue un personaje que yo trabajé de una manera muy crítica para mí, lo bordé, estuve todo el tiempo en función de que me quedara lo mejor posible, fue mi primer trabajo grande en televisión. Ese año me nominaron al Premio Caricato como mejor actriz. No me dieron el premio, pero la nominación ya para mí fue lo más grande y, realmente, fue un reconocimiento de que mi trabajo había estado bien. Entonces yo guardo ese personaje con mucho cariño.
—¿Prefieres los personajes negativos?
—Sí, las malas son lo que más me gusta y ahora voy a tener oportunidad. Tuve la suerte de que me llamara Heiking Hernández y el director de casting para una telenovela que se va a grabar próximamente. Está todavía en pre, se llama Renacer, no puedo adelantar mucho, pero me han dado por la vena del gusto. Estoy pasando un poco de trabajo para que no se parezca a otras, es mala desde que empieza, entonces eso hay que trabajarlo con mucho cuidado, pero estoy más que feliz.
—Del cine, ¿qué nos cuentas?
—Tuve un personaje muy pequeño en la película Últimos días en La Habana, con Fernando Pérez, quien me llamó para una participación especial, pero con él, lo que sea, y fue una experiencia muy linda, porque todo el tiempo me estuvo dando una atención como si fuera primera actriz de la película. Él es un dios del arte y un bello ser humano.
«Más recientemente, trabajé en una película que pusieron en este Festival de cine: Cuentos de un día más. Son seis cortos, el último lo dirigió Eduardo Eimil, se llamó «Gallo» y ahí compartí escena con Mario Guerra; nunca había trabajado con él y para mí fue lo más grande de la vida».
—Belissa, no podemos dejar de hablar sobre Vivir del cuento, mira que tienes a todos esos vecinos alborotados...
—Yo le agradezco mucho a Marlon Pijuán, que fue el que se comunicó conmigo y me dijo que me querían en Vivir del cuento para un personaje y, bueno, entre col y col, ya hemos hecho cuatro capítulos y yo súper feliz, porque para mí ese es el programa de más teleaudiencia de la Televisión Cubana, y a mí es el que más me gusta, donde uno se sienta y refresca y se divierte muchísimo.
«Son muy buenos actores. Tú no eres capaz de imaginarte la concentración que hay que tener para trabajar con ellos, he tenido que cortar y todo, porque me muero de la risa, porque son muy simpáticos. Son una familia, se llevan bien; ahí todo está muy bien organizado, el equipo, maquillaje, vestuario, todo. Estoy muy feliz de participar en ese elenco».
—Después de esa experiencia, ¿te ha llamado la atención incursionar en el humor?
—A mí el humor sí me gusta, pero es un género muy complicado. En este caso, mi personaje no está escrito con ningún matiz humorístico, la situación es la que es cómica, pero sí me gustaría hacer algo de humor, caracterizar un personaje.
—Además del humor, ¿alguna otra cosa que te gustaría mucho hacer?
—Me encantan las historias de época y eso es algo que quisiera hacer; si fuera en el cine, mejor.