Francisco Delgado Rodríguez
CubaSí
No por esperable merece menos atención la nueva re inclusión de Cuba en otra de las listicas que genera el Departamento de Estado, actuando como juez auto convocado para señalar a los países, que arbitrariedad mediante, consideran sus adversarios.
Tocó el turno a la llamada lista de “países que no cooperan plenamente en la lucha contra el terrorismo” (NFCC, por sus siglas en inglés), cuya decisión lleva la firma del secretario Mr.Rubio.
Para no variar, una vez más Mr. Rubio mintió para justificar el replique de esta arbitrariedad. Claro, hace ahora un año, en mayo del 2024, el anterior secretario de Estado, Blinken, había decidido sacar a Cuba de la susodicha lista, razonando que las agencias de seguridad del país, digamos los encargados de establecer las razones para evaluar si un país colabora o no, le habían afirmado que no existían elementos para la inclusión de Cuba.
No se publicaron muchas explicaciones adicionales, pero al parecer fueron suficientes para que la administración Biden, que nunca se interesó por normalizar las relaciones con Cuba, por el contrario mantuvo una recurrente política hostil, asumiera una verdad obvia, aceptar la injusticia de culpar a los cubanos de algún vínculo con el terrorismo, justamente una de las poblaciones más golpeadas históricamente por ese flagelo.
Por arte de magia o de perfidia más bien, en mayo del 2025 Mr.Rubio afirma todo lo contrario, y para ello reflota el mal llevado y traído asunto de la existencia de prófugos de la justicia estadounidense en suelo cubano, sin mostrar pruebas que lo demuestren.
Búsquese una canallada mayor, viniendo de una alta autoridad de un país conocido por resguardar no solo a prófugos, sino a criminales confesos por actos terroristas de origen cubano; desde los criminales torturadores batistianos, pasando por Carriles y compañía, o los que han atacado a balazo limpio la Misión diplomática cubana con asombrosa impunidad, por solo mencionar a algunos de los más violentos.
Cuba nunca debió estar en este ni en ninguna lista de ese carácter. El gobierno revolucionario ha insistido que no solo son falsas las justificaciones para ello, sino que no reconoce ningún derecho, ninguna potestad a su homólogo estadounidense para hacer este tipo de ejercicio, con el inconfesable objetivo de sancionar a la Revolución por su hidalguía.
A propósito de este nuevo ataque y como dijo el canciller cubano, en Estados Unidos deberían generar “una lista de políticos mentirosos y corruptos pagados por intereses especiales”, que de seguro la encabezaría el secretario de Estado y la claque mafiosa de Miami.
Hace un par de semana Mr. Rubio, volvió a hacer de las suyas. Inventó nada más y nada menos que una unidad de Rambos audaces, habían rescatado a 4 personas del ultraderechista Vente Venezuela, que pernoctaban en la embajada argentina en Caracas, a la sazón bajo custodia de la embajada brasileña. Y resulta que los susodichos rescatados, aparecieron en imágenes, muy campantes, en los salones de pasajeros del aeropuerto internacional de Maiquetía. En rigor ocurrieron arreglos con el gobierno
venezolano para que estos salieran del país con sus correspondientes salvoconductos, nada que ver con ninjas comandados por el secretario de Estado.
Para mientras, las circunstancias en como el presidente Trump desarrolla sus peculiar manera de hacer política exterior, sigue siendo realmente el principal problema de Mr. Rubio. La inclinación del mandatario de confundir el escenario internacional con uno de espectáculos televisivos, mantiene a
Mr.Rubio en ascuas, obligándolo a ese estadio, nada envidiable, de modificar su posición como veleta al viento, según el humor de su jefe.
Ya lo vimos para el tema migratorio; su cambió de postura ha sido de un contorsionista circense. Recordar que Mr.Rubio debe su carrera política al clan de los Bush y que el primer presidente de esa familia, George H. W. Bush, promulgó la Ley de Reforma y Control de la Inmigración de 1986,
garantizando la amnistía a millones de inmigrantes indocumentados. Incluso, cuando Bush hijo asumió una postura más estricta al respecto, Mr. Rubio se colocó en la otra orilla del tablero dentro del Partido Republicano, impulsando posturas “más inclusivas a favor de los migrantes”; nada que ver con la visión trumpista que ahora dice defender.
Mr. Rubio, encargado al unísono de la cancillería y al frente del Consejo de Seguridad Nacional, algo inédito en la historia estadounidense, tiene desafíos descomunales que enfrentar ante un mundo particularmente hostil a los Estados Unidos, se reconozca o no. No son pocos los expertos que
estiman que ese sobre peso burocrático sobre las espaldas del pequeño Rubio, sea otra jugada más del jefe Trump, para que la carrera de Mr. Rubio se desbarranque en cualquier momento.
No parece bastar con ser el máximo encargado de implementar imposibles como retomar la propiedad del Canal de Panamá, o adjudicarse la isla de Groenlandia o peor, convertir a Canadá en el estado 51, asuntos todos en la agenda internacional defendida con sobrado histrionismo por Trump.
También tiene que procurar otro milagro, conseguir pacificar el Medio Oriente, y en paralelo, alentar y apoyar con finanzas y armas, al principal vecino belicista de la región, el estado canalla de Israel. En otra región, impulsar el final de la guerra en Ucrania, que conlleva lidiar con posturas casi irreconciliables con la mirada, que al respecto, tienen los socios europeos otanistas.
La propia y absurda confrontación con la República Popular China, que al parecer va teniendo una deriva más racional, quedó fuera del radar de Mr. Rubio; se la encargaron a funcionarios del área económica comercial, nada de política ni de cuentos chinos, le deben haber advertido, a quien sigue creyendo y propala la idea de que hay bases militares del país asiático en Cuba.
Mr. Rubio es víctima, ya se ha dicho y los eventos recientes lo confirman, de su propia incongruencia y ausencia de los más mínimos principios, aunque sean de ultra derecha. Y las bases de MAGA, siguen viéndolo como un agazapado “globalista”, como le dicen a quienes defienden una política exterior aperturista. Para colmo emerge, según lo expuesto por el propio jefe Trump, como competidor por la carrera presidencial del 2028 contra el vicepresidente Vance, alguien más genuinamente “maguista”, de MAGA, si se admite el término.
A Mr. Rubio, se le observa con detenimiento, no lo olvide; hasta el momento va imponiéndose la sensación que, de seguir su actual derrotero, ganará con holgura el concurso del payaso más mentiroso del Imperio, algo por cierto bastante disputado en ese lugar, en estos tiempos. Esta saga continuará.