En La furia de la peste, de la Schweblin, el jurado valoró "el intenso ritmo interior y el inexcusable aliento poético" de las narraciones; en el poemario La llave Marylin, de la Yasan, el tratamiento original de la metáfora de la ciudad moderna; mientras que el ensayo de Niño, El etnotexto: las voces del asombro destacó por la lucidez con que aborda las raíces indígenas y afroamericanas de nuestra identidad.
Entre los libros concursantes de no ficción ya editados en Brasil sobresalió La globalización de la naturaleza y la naturaleza de la globalización, de Carlos Walter Porto-Goncalves: en tanto en la categoría de literatura antillana de expresión francesa o kreol las palmas se las llevó el haitiano Louis-Philippe Dalembert con su novela Les dieux voyagents la nuit.