Andrés Gómez* - Cubainformación.- En esta ciudad este mes de noviembre es más frío y lluvioso de lo que ha sido noviembre durante los años más recientes.  Como siempre los habaneros se recojen en sus hogares bien temprano en la noche apenas hace un poquito de frío.  La excepción son las noches de los viernes y sábados, y las tardes de los domingos, días de fiesta y esparcimiento.

Una de esas noches fue la reciente noche del sábado, 15 de noviembre, fecha de la conmemoración y celebración, en esta ocasión, el 489 aniversario de la fundación de la Villa de San Cristóbal de La Habana.


La tradición mantiene que en ese día de noviembre en 1519 un grupo de españoles, los hombres más numerosos entonces que las mujeres, establecieron la Villa de San Cristóbal de La Habana, al pie de una antigua ceiba, en la ribera de una grande y protegida bahía de aguas pristinas. También en esa ceremonia al pie de la antigua ceiba se celebró la primera misa de esa nueva villa.

La tradición se ha mantenido y a través de los siglos todos los 15 de noviembre las armas del cabildo de la ya ciudad se han llevado en manos de las autoridades municipales desde donde han estado guardadas a las ceibas sucesoras de aquella primera que en el mismo lugar fueron sembradas. Ahí, entonces como hoy, esas autoridades municipales después de dar tres vueltas a la ceiba, de derecha a izquierda, pidiendo por el bien de todos, conmemoran con discursos la fecha fundacional.

El resto de los habaneros, también desde aquella fecha fundacional, se unen en masa a la celebración, y guardan su turno para eventualmente dar las tradicionales tres vueltas a la ceiba y pedir buenaventura para ellos y para los suyos.

Esa noche del 15 de noviembre pasado para La Habana me fui con mi perro Negro, un dócil Stafford, Stanford en Cuba, parejero y callejero.  Llegamos a la Plaza de Armas y nos paramos al costado del Templete, edificación neoclásica --en cuyo recinto se yergue la actual ceiba-- construida a principios del siglo XIX para precisamente en piedra conmemorar las ceremonias fundacionales.

Era una imagen extraordinaria de alegría y belleza. Frente a nosotros, de cuatro en fondo, se mantenía una cola que bajaba interminablemente por la Calle O´Reilly perdiéndose por los costados del antiguo Palacio de los Capitanes Generales y del nuevo Colegio Universitario de San Gerónimo de La Habana ahora en el lugar donde por siglos estuvo el venerable Convento de San Juan de Letrán, sede original de la Real y Pontificia Universidad de San Gerónimo de La Habana, esa noche, como todas la noches ahora, regido por el nuevo iluminado campanario a semejanza del antiguo campanario de la iglesia de Santo Domingo de Guzmán, iglesia del convento.

A nuestra derecha estaba, iluminado, hermoso y recién renovado, el antiguo Castillo de  la Real Fuerza, primera fortaleza protectora de la Villa. Y también al frente, a la izquierda de la cola, veíamos, el bello y frondoso parque de la Plaza de Armas.

Todo ocurría en perfecto orden. De ocho en ocho los habaneros, jóvenes, viejos, niños, hembras y varones, iban desde sus puestos al inicio de la cola hasta la entrada del iluminado Templete para pasar entonces, un tanto sobrecogidos, a la presencia de la ceiba milagrosa para caminar tres veces a su alrededor de derecha a izquierda con mucho cuidado de no tropezar con sus altas raíces.  También es parte de la tradición dar cuatro golpes a la ceiba mientras se dan las vueltas de rigor a su alrededor y se pide la buenaventura.

Los más devotos llevan una botella de ron o aguardiente para o bien echarle un poco a las raíces del árbol milagroso o para escupirle al tronco de la ceiba la fuerte bebida, mientras más concentrados que otros piden por su bien y el de los suyos.

Singular ceremonia popular habanera que poderosamente arraigada se mantiene hoy en los hábitos ancestrales de los naturales de esta encantadora ciudad.

*Andrés Gómez es director de Areítodigital

Lo último
La Columna
En Estados Unido si en Cuba, no
Por Lazaro Fariñas*/Foto Virgilio Ponce -Martianos.- digital@juventudrebelde.cu.- Desde hace días miles de estudiantes han montado campamentos y han manifestado afuera de muchas universidades norteamericanas con el objeti...
La Revista