Granma.- (Fragmentos del discurso en la concentración de apoyo a la reforma agraria. Güines, 29 de marzo de 1959)

[... ] Si la Revolución encuentra obstáculos, porque quiere ser justa, que vengan los obstáculos; si el pueblo de Cuba tiene que hacer sacrificios porque la Revolución es justa, que vengan los sacrificios. Me dicen que si hay que comer malanga la comeremos. Pero bueno, que cuando llegue la hora de comer malanga que la comamos de verdad sin protestar. No sea que al cabo de tres meses comiendo malanga se aburra la gente. 
El problema es que yo voy a decir una cosa, porque tengo en estos días una espinita por dentro, pensando que el pueblo no esté completamente maduro todavía, que el pueblo no esté completamente preparado todavía y les voy a decir una cosa: que no nos vayan a dejar embarcado al Gobierno Revolucionario, porque aquí antes los gobernantes embarcaban al pueblo, ahora que el pueblo no vaya a dejar embarcado al Gobierno Revolucionario.

Y les voy a decir por qué digo esto. Porque yo tuve una experiencia muy amarga en días recientes y fue porque planteé una injusticia más de las que se han cometido y con el mismo sentido y la misma claridad con que he hablado de todos los problemas y con el mismo espíritu revolucionario con que he hablado del latifundio y de otras ideas revolucionarias, planteé el problema de la discriminación racial. Y hablé claro, planteé el problema serenamente. Lo planteé claro, expliqué sus causas, dije bien claramente que era una cuestión fundamentalmente de educación. Y sin embargo, me encuentro con una triste realidad, que mucha gente no me había entendido, que mucha gente me criticaba. Y yo desde luego dije, que si por hablar con justicia me tenían que criticar y me tenían que hacer lo que me tenían que hacer, jamás renunciaría a hablar con justicia.

Y yo me pregunté, entre otras cosas, por qué no me comprendieron mucha gente cuando planteé este problema. ¿No era una injusticia igual que las demás? (gritos de "sí"). Y, ¿por qué gente que aplaudía cuando rebajamos los alquileres o cuando hablamos de proscribir el latifundio me criticaron cuando planteé el problema de la injusticia de la discriminación racial?

Lo triste es que había hasta gente del pueblo. Los humildes, no de la high life, sino de los low life, porque hay gente a las que les están poniendo la bota encima y están protestando de la bota que le tienen puesta, y sin embargo, no protestan de la bota que le están poniendo al lado al vecino, y el problema no es protestar de las cosas que nos duelen, sino protestar también de las cosas que les duelen a los otros, porque el hombre no puede ser egoísta y mucho menos puede ser egoísta el hombre del pueblo. Por eso yo digo que el que es humilde y tiene prejuicios, pertenece a la low life. Pero eso, ¿por qué? Señores, ¿por qué hay prejuicios? Porque el pueblo no ha sido educado. ¿Por qué? Sencillamente porque los gobernantes anteriores no hicieron absolutamente nada por poner fin a los prejuicios.

Los únicos que se aprovechan de estas ideas viejas y de estos prejuicios, los únicos que salen ganando con estos prejuicios, son los enemigos de la Revolución, son los grandes intereses creados, son los que quieren debilitar y dividir al pueblo, son los que quieren destruir el espíritu de hermandad y de confraternidad que debe unir a todos los cubanos.
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