Entre ellos, uno básico es el arroz integral, más nutritivo que el blanco que generalmente se consume, el cual pierde muchos nutrientes en el proceso de pulido.
El Instituto de Investigaciones del Arroz (IIA) lidera la producción de ese tipo de cereal para satisfacer la demanda que requiere el proyecto de salud de dietas macrobióticas, desarrollado por el Instituto Finlay, las cuales resumen una alimentación sana, ecológica y nutritiva.
Macrobiótica literalmente quiere decir vida larga, y hace siglo manifestó Hipócrates: "Que tu alimento sea tu medicina", y la experiencia que se aplica en Cuba ha demostrado la validez de las palabras del llamado padre de la medicina moderna.
La doctora Concepción Campa, directora del prestigioso centro científico Finlay, explicó que la dieta macrobiótica comenzó de forma piloto en la Capital en el año 2001 y ha beneficiado a miles de personas que padecen de diabetes mellitus, asma bronquial, hipertensión, colesterol elevado, y también se reportan efectos positivos en enfermos de dolencias cardiacas, artritis y otros males.
En La Habana, cultivaron por primera vez el arroz de manera orgánica, en la Cooperativa de Producción Agropecuaria Gilberto León, de San Antonio de los Baños, dijo José Luis Hernández, director del IIA.
Este arroz, además de a la salud, favorece la protección del medio ambiente al no utilizar productos químicos, y en el aspecto económico sustituye importaciones de este grano cuya tonelada tiene elevado costo en el mercado internacional, mientras cultivarlo en Cuba es muchísimo más barato, recalcó.