Prensa Latina.- El vicepresidente primero del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), Abel Salas, insistió hoy aquí en el ahorro y uso racional del líquido, máxime ante la persistente sequía en el país. 

Tuvimos un diciembre y enero lluviosos con índices superiores a la media histórica para esos meses, pertenecientes al período seco, por lo que aunque se sobrepasaron los niveles de precipitaciones característicos y ello parece positivo, en realidad los acumulados lluviosos fueron pequeños, explicó el funcionario a varios medios de prensa.

Agregó que en febrero y marzo- también pertenecientes a la etapa seca- no se alcanzaron los niveles medios para esos meses, y por lo tanto continúa un marcado déficit de precipitaciones en la isla.

Salas mencionó entre las provincias más afectadas a Santiago de Cuba, Holguín, Guantánamo, Granma y las Tunas- todas ellas de la zona oriental-, e incluso a Ciego de Ávila -en el centro-, tradicionalmente poseedora de un rico caudal de agua subterránea, el cual se ha deprimido y situado el servicio diario del líquido a un ciclo de cuatro días.

El agua, subrayó, hay que recuperarla a partir de la que se pierde. En ese sentido precisó que hoy se desaprovecha o bota casi el 45 por ciento del volumen de ese recurso que se bombea en el país, tanto en las principales conductoras como en las redes de distribución.

El vicepresidente primero del INRH instó a tomar conciencia sobre esas pérdidas, primero en los organismos estatales de forma tal de que sus sistemas y procesos productivos sean más eficiente en el uso racional, y también en las redes intradomiciliarias a partir de los herrajes y otros medios.

Abundó en ese sentido en que que se aplican programas de reducción de pérdidas en las principales conductoras, sobre todo en las de más fuga de agua y también en las ciudades con índices más elevados, los cuales incluyen obras de rehabilitación de redes de abasto y eliminación de la mayor cantidad posible de salideros.

Son proyectos millonarios de muy lenta ejecución, pero cuando comenzó el programa de reducción las pérdidas eran de 58 por ciento, y ahora son del 45 por ciento, según el balance de agua efectuado en 2016.

Estamos enfocados en buscar nuevas fuentes de suministro e insistir en el ahorro y uso racional.

Actualmente hay 266 fuentes de abasto afectadas- con una población asociada de 989 mil 513 habitantes-, de ellas 204 instalaciones con afectación parcial y 62 de tipo total.