Cuba con mucho que compartir en enfrentamiento al VIH, afirma ONUSIDA

La Habana, 8 may (Prensa Latina) Cuba tiene mucho que compartir con el mundo en el enfrentamiento al VIH, desde la importancia de contar con un sistema de salud fuerte hasta su solidaridad internacional, consideró la directora ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima.

Por Martha Isabel Andrés

En entrevista exclusiva con Prensa Latina durante una visita al país caribeño, la titular del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida destacó logros de la isla en la lucha contra esa pandemia, entre ellos el haber sido el primer país del orbe en recibir la validación por eliminar la transmisión madre-hijo.

Pero más allá de esos resultados, expresó que la respuesta al VIH está basada en los sistemas sanitarios, por lo que estimó que la mayor lección del territorio antillano para otras naciones en desarrollo es invertir en las personas, en su salud y educación.

Byanyima, quien durante su estancia en la isla visitó espacios como el Policlínico Docente Abelardo Ramírez, el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí y el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, resaltó que Cuba hizo y sigue haciendo fuertes inversiones en la salud y la educación de su pueblo, así como en la prevención y el tratamiento.

Si vendes la salud como si fuera ropa de moda, por ejemplo, no puedes terminar una pandemia, porque la pandemia se nutre de los espacios más débiles de la sociedad, de los que no pueden costearse tratamientos. Entonces tenemos aquí un sistema de salud gratis y fuerte, remarcó la titular de ONUSIDA, al lamentar que otros países destinen menos recursos al sector sanitario.

Además, señaló que la mayor de las Antillas también brinda solidaridad, al enviar sus doctores y enfermeros a combatir enfermedades en más de 50 naciones del planeta, una lección que Cuba “se la puede enseñar a los países ricos, muchos de los cuales están debilitando su ayuda, y a otros Estados de ingresos medios que pueden hacer más para enfrentar el VIH/sida”.

Sostuvo, asimismo, que este territorio puede ayudar en el área de derechos humanos, pues su Constitución y leyes comprenden la igualdad entre todos y no discriminan por motivos de orientación o identidad sexual, mientras en decenas de países esto es una gran barrera y no se puede llegar a las personas porque existen legislaciones que criminalizan.

De acuerdo con Byanyima, quien el lunes se reunió con el presidente cubano, Miguel Díaz Canel, la isla igualmente puede liderar y ayudar en ofrecer tecnología al resto del orbe, porque tiene logros en innovación e investigación en los diferentes campos de la salud y en el desarrollo de medicinas, como evidenció al obtener sus propias vacunas contra la Covid-19.

En ese sentido, expresó el interés en apoyar al territorio antillano a difundir sus potencialidades y tener más colaboración Sur-Sur que traiga capital, “porque puede ganar con la transferencia de tecnología a otros países en desarrollo” y “está en posición de apoyar el desarrollo de capacidades en regiones como África y Asia”.

Al mismo tiempo, la directora ejecutiva expresó que Cuba tiene lecciones que aprender para avanzar en la meta de lograr que el sida deje de ser una amenaza de salud pública para 2030.

En particular, mencionó la importancia de que se utilicen más las comunidades y estas lideren la respuesta a la pandemia. Hemos visto en muchos países que cuando los jóvenes trabajan con personas de igual edad o las personas LGBTQ con miembros de ese mismo colectivo, tal estrategia no deja a nadie atrás, entonces Cuba podría hacer más para alcanzar a un mayor número de personas a través del trabajo con estos grupos vulnerables, apuntó.

Señaló de igual modo que la isla está sufriendo limitaciones económicas, lo cual lleva a escases de recursos como los condones y representa un gran desafío que podría solucionarse “si las restricciones externas se removieran”.

Al respecto, manifestó haber visto el daño que causa en la respuesta cubana al VIH/sida el embargo (bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos hace más de seis décadas), cuando existe la voluntad para impulsar el enfrentamiento a la enfermedad y lo que falta es el dinero necesario.

En cuanto a los propósitos de su estancia en La Habana del 6 al 9 de mayo, detalló que viajó para aprender sobre la isla y explorar oportunidades de colaboración Sur-Sur. “Hay muchos países africanos que están realizando asociaciones para construir sus capacidades de tecnología farmacéutica y quiero indagar cómo podemos apoyar a Cuba a ser un socio para estos territorios”.

También quiero conocer cómo apoyar al país a terminar su lucha contra el VIH, porque sé que está enfrentando desafíos económicos serios, y veo una oportunidad para que aboguemos a favor de Cuba en los círculos de financiamiento sobre el VIH para adquirir algunos productos como los condones, y llevaré el mensaje a mis colegas, al fondo global y a donantes bilaterales, afirmó.

 

Cuba ratifica voluntad de proteger a población con VIH/sida

La Habana, 8 may (Prensa Latina) El ministro de Salud Pública (Minsap), José Ángel Portal, ratificó hoy la voluntad de Cuba de proteger a la población de la isla con VIH/sida y, a la par, cooperar con otros países.

“Cuba ratifica su compromiso y firme voluntad de proteger y atender a las personas que viven en nuestro país con el virus, así como de cooperar con otras naciones a las que puedan ser útiles las experiencias y logros que hemos alcanzado en lo referido a su prevención, diagnóstico, tratamiento y control”, comunicó en el sitio web del Minsap.

Actualmente en el país 28 mil 643 personas viven con VIH/sida, de las cuales el 96.8 por ciento tiene tratamiento, en tanto un 89.3 por ciento de quienes reciben la terapéutica tiene una carga viral suprimida de la enfermedad.

En el año 2015, la mayor de las Antillas fue certificada como el primer país del mundo en eliminar la transmisión materno-infantil del VIH/sida y la sífilis congénita, condición que fue revalidada en 2017, 2019 y 2022.

El ministro recordó que poco más 30 años atrás inició la cooperación de Cuba con el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (Onusida).

Múltiples son los proyectos y acciones conjuntos que se han puesto en marcha desde entonces con el objetivo de proteger y atender a las personas que viven con esa enfermedad, tanto en nuestro país como en otros del mundo, dijo.

Informó que con el propósito de evaluar cuánto se ha hecho en ese camino y a su vez seguir buscando qué más se puede hacer para fortalecerlo en beneficio de la salud y de la vida, desde el pasado lunes se encuentra de visita en la isla la directora ejecutiva de Onusida, Winnie Byanyima.

Portal calificó de fructífero un encuentro de trabajo ocurrido este martes con la experta, en el que compartieron importantes ideas asociadas al desarrollo del Programa Nacional de Prevención y Control del VIH/sida que se puso en práctica desde 1986 y tiene como base la prevención social, con un enfoque comunitario, intersectorial y multisectorial.

Resaltó que los resultados obtenidos han sido posibles, entre otros elementos, gracias al compromiso político del Estado con la atención a las personas que viven con el virus y las inversiones que para ello ha realizado.

Asimismo, se deben a las características que distinguen a nuestro Sistema de Salud, con base en la Atención Primaria, y una proyección hacia la prevención, aspecto en el que resulta esencial el enfoque multisectorial con que trabajamos, enfatizó.

Todo ello tiene un amplio respaldo legal en diversas normativas cubanas como son la Constitución de la República, el Código de las Familias y la recientemente aprobada Ley de la Salud Pública.

Unido a esos elementos, es importante destacar además los aportes que en diferentes aspectos ha hecho a la lucha de Cuba contra el VIH/Sida el Fondo Mundial, organización internacional cuyo objetivo es acelerar el final de las epidemias de sida, tuberculosis y malaria.

Sumamente significativa ha sido también la contribución de Onusida en aspectos relacionados con asesorías, adquisición de medicamentos y creación de capacidades para el fortalecimiento del Programa cubano para hacer frente a la pandemia, afirmó el titular del Minsap.

 

Eliminar el sida, meta posible con grandes retos (+Fotos +Video +Post +Infografía)

La Habana, 8 may (Prensa Latina) Pensar en un mundo donde el sida deje de ser una amenaza de salud pública está lejos de constituir una quimera, pues resulta hoy una meta posible con la acción combinada de gobiernos y comunidades.

Fotos: PL/ Panchito Gonzalez

Por Martha Isabel Andrés

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA) considera que tal propósito podría alcanzarse en 2030 de cumplirse cuatro elementos fundamentales: seguir la ciencia y la evidencia, poner los derechos humanos en el centro, empoderar a las comunidades y contar con el financiamiento necesario.

Así lo expresó en entrevista exclusiva con Prensa Latina la directora ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima, y sostuvo que desde 2010 se registran progresos significativos a nivel internacional, como demuestra el hecho de que las muertes relacionadas con la enfermedad se redujeron más de la mitad y también hubo disminución en la cantidad de nuevas infecciones.

Sin embargo, apuntó que la batalla no se ha terminado, pues en la actualidad solo unos cinco o seis países ya lograron las metas planteadas para 2025 y otros están cerca de conseguirlas, pero muchas naciones continúan fuera del sendero ideal e incluso están yendo en la dirección contraria.

“La mayor parte del avance se reporta en África subsahariana, aunque vemos algunas regiones como Europa del Este e, incluso, América Latina, donde las nuevas infecciones aumentan en lugar de disminuir”, precisó.

A pesar de los numerosos desafíos existentes, Byanyima destacó que existe un camino claro para eliminar el sida, el cual incluye, en primer lugar, seguir la evidencia científica, saber quién se encuentra infectado y alcanzar a esas personas, una tarea en la cual ONUSIDA desempeña un papel importante, pues compila datos en la materia y los presenta a los gobiernos y las comunidades de manera que puedan tomar decisiones a través de la ciencia.

Lo segundo es poner los derechos humanos en el centro, porque “cuando las personas están huyendo de leyes que penalizan, cuando están temerosos de hablar de su estado serológico debido a los fuertes estigmas en las sociedades, incluso si están las medicinas disponibles, no van a ir a buscarlas”, alertó la directora ejecutiva, quien realiza una visita de trabajo a Cuba del 6 al 9 de mayo.

En ese sentido, lamentó que en más de 60 países existen normativas que criminalizan las relaciones del mismo sexo o discriminan por motivos de identidad sexual, y que en más de un centenar de territorios se penaliza algún aspecto del trabajo sexual.

“Tales legislaciones solo crean odio y violencia contra personas vulnerables, por eso deben existir sociedades equitativas que permitan a todos buscar el apoyo necesario”, dijo.

La titular de ONUSIDA se refirió, como un tercer elemento, a la importancia de poner a las comunidades a la cabeza del enfrentamiento al flagelo, por tratarse de una enfermedad relacionada con el sexo, un tema tabú del que las personas no quieren hablar, por lo que el modo de lograr que aborden esas cuestiones sensibles es encontrar confianza en sus propias comunidades, donde pueden impulsarse tanto la prevención como la detección y el tratamiento.

El cuarto aspecto es contar con financiamiento y recursos, lo cual constituye un gran reto, porque quienes son vulnerables al VIH muchas veces no son valorados por los gobiernos y no se invierte lo suficiente en su acceso a los servicios.

“Además, estamos en un momento en que la solidaridad entre los países ricos del Norte y los del Sur disminuyó, por lo que los programas dirigidos a alcanzar a los más pobres están amenazados, a lo cual se suma que los sistemas de salud se debilitaron durante la pandemia de la Covid-19 y se siguen viendo perjudicados a causa de la guerra en Ucrania, la inflación global, y la crisis fiscal y de deuda en los Estados con mayores presupuestos, así que el financiamiento es un reto”, abundó.

Si esos cuatro aspectos se cumplen, sentenció Byanyima, realmente podríamos alcanzar el control de la pandemia para 2030.

UNA ENFERMEDAD DE INEQUIDAD E INJUSTICIA

Eliminar los estigmas y la discriminación en contra de los grupos vulnerables y las personas que viven con VIH es indispensable para avanzar en la batalla contra esta pandemia, desde cuyo inicio han muerto 40 millones de personas en todo el planeta.

A decir de la alta funcionaria, los gobiernos deben apropiarse de este tema y comprometerse a garantizar el derecho a la salud de todos sus ciudadanos. “Donde hay sistemas sanitarios privatizados, fragmentados, que dan mejores servicios a los ricos y otros de menor calidad o inexistentes a los pobres, no se puede combatir y vencer”.

El VIH/sida es una enfermedad de inequidad e injusticia, subrayó la directora ejecutiva, y añadió que las autoridades deben comprometerse con proveer servicios equitativos, derogar las leyes que criminalizan e, incluso, en los casos donde no existen legislaciones discriminatorias, promover campañas contra los prejuicios y la exclusión.

Los gobiernos también deben empoderar a las comunidades, cuando se comprende el valor del liderazgo de estas es posible enfrentar mejor las enfermedades, consideró la titular, quien también remarcó la significación de la solidaridad internacional para disminuir las brechas.

Necesitamos que los países ricos permanezcan comprometidos y continúen con el financiamiento, todas las personas tienen derecho a la vida; pero también se precisa que más naciones inviertan en su propia respuesta al VIH/sida, como las que están avanzando hacia el nivel de renta media, manifestó.

Recordó que en la década de 1990 los países ricos y en desarrollo acordaron combatir la enfermedad y se creó ONUSIDA para liderar y coordinar la acción global. Desde entonces, ese programa establece la visión y objetivos del enfrentamiento, recopila datos para ayudar a los Estados a planificar cómo responder, y cada cinco años se traza la estrategia a seguir en el quinquenio siguiente.

También hacemos labores de sensibilización a nivel mundial y luchamos por el acceso a medicamentos mejores y más asequibles para todos, explicó Byanyima, y mencionó en específico que organizaron una petición de más de 100 epidemiólogos, científicos, economistas y abogados para llamar a las compañías productoras de antirretrovirales a que los pongan a disposición para ser producidos genéricamente a precios bajos.

Igualmente abogamos en contra de las leyes que discriminan, instamos a los gobiernos a adoptar políticas correctas, estimamos la cantidad de fondos que necesitan los países, movilizamos recursos y respaldamos el Fondo Mundial de lucha contra el sida, detalló sobre el programa que encabeza desde 2019.

EXPERIENCIAS PARA FUTURAS PANDEMIAS

De acuerdo con Byanyima, el VIH forzó al sistema sanitario mundial a trabajar de forma diferente, porque fue preciso utilizar un enfoque multisectorial para hacerle frente. “No podía resolverse solo desde la salud, están implicados los derechos humanos, las legislaciones, la equidad de género y los derechos de la mujer, la economía, el desarrollo social, el financiamiento”.

Países y líderes que ya lo siguen están logrando resultados extraordinarios.

La lucha contra el VIH también expone la significación de poner a las comunidades en el centro, porque son estas las que toman el mensaje de la prevención y lo llevan a todas los ciudadanos, las que encuentran hasta la última persona que necesita ser vacunada o puesta bajo tratamiento, las que están ahí para cuidar unos de otros, estimó.

Desde su punto de vista, deja así mismo la enseñanza de la solidaridad mundial, la evidencia de que una pandemia es global y no se le puede poner fin hasta llegar al eslabón más débil.

“Frente al VIH los gobiernos acordaron una estrategia y decidieron movilizar recursos del Norte hacia el Sur, establecer metas conjuntas”, destacó al respecto, y lamentó que no se adoptara una visión similar ante la Covid-19, durante la cual la falta de una respuesta internacional retrasó el final y perjudicó a las naciones más pobres.

En la actualidad, 38 millones de personas tienen VIH en el mundo, pero 30 millones de ellas están con tratamiento, no hay vacuna, no hay cura, pero están viviendo bien, también debido a la solidaridad global. “Así que esa es una de las mayores lecciones, la respuesta al VIH muestra el éxito del multilateralismo”, resaltó.

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