Revista Mujeres.- Este 25 de mayo se conmemoró el Día de África y la década 2010 -2020 se ha dedicado a las mujeres africanas. Por tales motivos Mujeres ha recopilado una serie de trabajos que abordan la problemática del género en esas naciones hermanas.
Es esta una buena ocasión para reflexionar sobre la situación de las mujeres africanas así como la consecución de los objetivos de la igualdad de género a la luz de los convenios firmados y de las declaraciones adoptadas en los últimos años a nivel nacional, regional e internacional para cerrar la brecha de género existente en el continente africano.En las últimas décadas, se ha progresado bastante en la promoción de la igualdad de género y la capacitación de la mujer en África en casi todas las áreas, e incluso en la mayor asignación de recursos para en este ámbito. La Unión Africana ha puesto en marcha una gran iniciativa para promover la igualdad de género en el continente: ha declarado el período 2010-2020 como la Década de las Mujeres Africanas. Desde que surgió esta iniciativa de la Dirección de la Mujer y el Género de la Unión Africana, en los últimos años, se han tomado una serie de medidas para conseguir la plena representación de las mujeres en la política y los sectores económicos en África.
En el África subsahariana, los avances hacia la consecución de la igualdad de género y la capacitación de las mujeres han sido tímidos pero varios países han liderado las políticas que abordan las necesidades de las mujeres. En general, los gobiernos en el continente han hecho un esfuerzo considerable para aumentar la presencia de las mujeres a la toma de decisiones y los puestos de liderazgo. Sin embargo, ¿son estos esfuerzos suficientes desde la adopción y la de las legislaciones internacionales y regionales para capacitar a las mujeres? ¿Pueden los gobiernos africanos hacer más por capacitar a más mujeres?.
Uno de los logros más notables ha sido situar el debate sobre el género a nivel nacional en países como Senegal, Benin, Burkina Faso o Liberia que integraron los temas de género en los planes nacionales de desarrollo y las estrategias de reducción de la pobreza. Los avances en la representación política de las mujeres han sido notables en algunos países. Las elecciones en abril del 2009 en Sudáfrica supusieron el aumento de la presencia de las mujeres en el Parlamento en un 45 por ciento (antes había un 34 por ciento de mujeres). En Uganda, el Parlamento está compuesto en un 30,9 por ciento de mujeres, mientras que en Rwanda, la proporción de mujeres en el parlamento es ahora de un 56 por ciento, la más alta del mundo. Sobre la igualdad de género en la educación, países como Botswana y Rwanda han cumplido con sus metas en cuanto a matrículas: lograr el acceso universal a los 10 años de educación básica para niños y niñas para el año 2016 y asegurar que todos los niños y niñas puedan terminar un ciclo completo de enseñanza primaria en el 2015.
Estos pequeños avances derivan de las iniciativas políticas propuestas por diversas organizaciones de mujeres en el continente africano y que han sido adoptadas por los gobiernos nacionales, así como la Unión Africana. Se han creado y diseñado mecanismos nacionales para integrar los temas de la mujer en políticas, planes y programas de gobierno. A nivel regional, la adopción de la Política de Género de la Unión Africana en la Sesión de la Asamblea de Jefes de Estado y de Gobierno de febrero de 2009 así como su aplicación ofrecen una oportunidad para el avance y el logro de la igualdad de género entre hombres y mujeres, así como facilitar la inclusión de cuestiones de género en la agenda africana.
Pero la pregunta sigue siendo la siguiente: ¿Hasta qué punto estas políticas han resuelto los problemas a los que las mujeres africanas se enfrentan a diario? El hecho cierto es que queda muchísimo por hacer. Los países africanos han adoptado numerosas declaraciones universales y compromisos, sin embargo, la traducción de estas declaraciones en políticas nacionales no ha producido avances sustanciales en materia de igualdad de género sobre el terreno.
La pregunta anterior es pertinente ya que la situación de las mujeres apenas ha cambiado y la mayoría de las mujeres siguen viviendo en la ignorancia más absoluta y la pobreza más extrema. A pesar de los avances alentadores, aún queda mucho por lograr en la igualdad de género y la capacitación de la mujer en el continente africano. En los países del África subsahariana, la producción de productos agrícolas constituye el 21 por ciento del Producto Interior Bruto y las mujeres son responsables de entre el 60 y el 80 por ciento de los víveres. Sin embargo, los ingresos generados por esta actividad económica no llegan de forma equitativa a las mujeres. En el sector de la educación, la tasa de niñas que terminan la escuela primaria se encuentra entre las más bajas del mundo en desarrollo, siendo del 57 por ciento (10 puntos porcentuales por debajo de la de los varones) y el porcentaje de matrículas de las niñas en comparación con los varones en la enseñanza secundaria cayó de 82 por ciento en las últimas décadas. En cuanto al empleo, sólo el 25 por ciento de las mujeres está empleada en el sector no agrícola, con más del 70 por ciento en el sector informal no regulado, precario y vulnerable. Todavía falta que los gobiernos regulen el derecho de propiedad de las mujeres, en particular los derechos a la tierra, ya que aún persisten grandes desigualdades de género en el acceso a la tierra y la propiedad.
La reducción de la mortalidad materna en la región es otro reto a superar, ya que el progreso que se ha hecho hasta ahora es bastante insignificante. La mortalidad materna (por 100.000 nacidos vivos) fue de 920 en 1990 y bajó sólo a 900 en 2005 (según el informe del 2009 de las Naciones Unidas sobre los ODM). En contraste con otras regiones, casi el 60 por ciento de las personas que viven con el VIH en África son mujeres, y las mujeres y las niñas son las que soportan la carga de la atención a familiares y comunidades afectados por el SIDA. La violencia de género es otra área que presenta preocupante y que todavía no se ha resuelto en muchos y que resulta especialmente alarmante en los Estados en crisis o post-conflicto como la República Democrática del Congo y Sierra Leona. En la mayoría de los países, pocos gobiernos tienen capacidad técnica en cuestiones de género, lo que frena la formulación, aplicación y la posibilidad de movilizar recursos para los programas sobre la igualdad de género y la capacitación de la mujer. La falta de educación limita el poder adquisitivo de las mujeres y las niñas así como su capacidad para participar en el desarrollo de sus comunidades y países.
En un esfuerzo colectivo por cerrar la brecha de género y situar el tema de la mujer como prioridad en la agenda de desarrollo del continente, los gobiernos deben unir sus fuerzas para fomentar y consolidar los objetivos de Desarrollo del Milenio en lo que concierne a las mujeres. Como vemos, todavía queda mucho por hacer y, básicamente, hace falta voluntad política por parte de los gobiernos africanos para aplicar los convenios internacionales y regionales, así como las políticas nacionales. Hasta que el mundo no se ponga de acuerdo para la implementación colectiva de estos convenios, el sueño de la igualdad de género para las mujeres africanas nunca se hará realidad.
Y, como el ex Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan dijo alguna vez: "La igualdad de género es más que un objetivo en sí mismo. Es la condición previa para abordar el reto de la reducción de la pobreza, la promoción del desarrollo sostenible y el fomento de la buena gobernanza.”
Fuente¨http://www.interpolitica.com/cms/index.php?option=com_content&task=view&id=1696&Itemid=68