Anniet Navarrete Romay, estudiante de Periodismo - Revista Mujeres.- La ingeniera Dulce María Camejo Gonzáles, Presidenta de la Junta Directiva de la Unión Nacional de Ingenieros y Arquitectos de  la Construcción de Cuba (UNAICC) y Presidenta del Encuentro Iberoamericano de Mujeres Ingenieras Arquitectas y Agrimensoras (EMIAA) se refiere a de su trabajo en  ambas instituciones  y el papel de la mujer en los mismos.

Primeramente… ¿Qué es la UNAICC?

“Bueno, esta institución agrupa a todos los arquitectos e ingenieros del país y a todos los profesionales que de una forma u otra están relacionados con esta rama, por ejemplo licenciados en Biología , Geografía , y otras áreas   que le sean de utilidad a  nuestro trabajo y nos ayuden a hacerlo mucho mejor”.

Teniendo en cuenta la actualización del modelo económico del país y todos los cambios que esto supone, ¿Qué lugar ocupa esta organización en el desarrollo constructivo del país?

“Este organismo  es muy importante en este sentido, porque reúne a disímiles profesionales que han aportado al desarrollo económico del país y a su avance en otros sectores relevantes para la nación. Las reparaciones de las escuelas, tanto urbanas como rurales, la modernización de diferentes áreas de la capital así como las viviendas o instituciones que pudieron quedar  devastadas por el paso de ciclones u otros eventos climatológicos  son atendidas por esta institución para apoyar  a los organismos en la medida de lo posible.

En cuanto a lo previsto por los Lineamientos del Partido Comunista de Cuba, la institución y su Comité Provincial están  en  disposición de apoyar en lo que sea necesario a la población y al país  así como brindar asesoramiento en lo que respecta a  la compra y venta de vivienda o locales.  Ya  contamos con los profesionales adecuados para esas funciones”.

Desde el plano profesional muchas personas todavía creen que el trabajo en la construcción es solamente para los hombres. ¿Qué cree usted al respecto?

“En nuestro país esta situación esta muy erradicada pero todavía se adolece en ello. Puedo decirlo porque lo he vivido en carne propia. Yo fui una de las primeras mujeres en construir obras en la nación y las mujeres que laborábamos en este sector no eran tan estimadas como lo son ahora. En este sentido se ha avanzado mucho y se ha logrado sobre todo que no solo los hombres, sino la sociedad toda deje de ver a la mujer solo como ama de casa si no también como una buena trabajadora sin importar el sector.

Creo que la mujer cubana esta preparada tato profesional como físicamente para desarrollarse en el ámbito constructivo y ejercer bien  su trabajo”.

¿Cómo era vista la mujer constructora a inicios de la Revolución?

“Muy mal, tuvimos que vencer muchos obstáculos y romper muchos esquemas. En las obras en las que participé yo era la única mujer porque incluso los hombres cocinaban. Al principio todos  me veían como la “ingenierita”, porque evidentemente no estaban acostumbrados a trabajar con una mujer   dentro del colectivo,   sin embargo con el tiempo se fueron acostumbrando hasta que me convertí en una más  de la obra. Tuve que compartir con ellos muchos momentos que aún hoy recuerdo con cariño porque fueron maravillosos conmigo y con el resto de las compañeras que laborábamos allí.

Muchas personas no lo ven así, pero el hombre de la construcción es mucho más medido en su comportamiento cuando hay una mujer en el colectivo porque eso le exige ser más atento, más delicado, más caballeroso. Lo principal que se logra en la obras es la hermandad y el saber y entender que cada uno de los que allí están son importantes”.

¿De su desempeño laboral cuál ha sido la tarea que más ha disfrutado y la que menos le ha gustado?

“Me han gustado mucho las represas que he podido construir. Niña Bonita, Maurín, La Coronela y Ariguanabo son unas de las obras que más he disfrutado porque en ellas compartí con muy buenos profesionales e incluso con el Comandante en Jeje Fidel Castro quien me apoyó mucho en el desempeño de mi labor como ingeniera en estas obras.

Mi labor en la UNAICC también me reconforta mucho porque trabajo con profesionales jóvenes y puedo asesorarlos y brindarle mi experiencia. Es como sembrar y ver crecer tu propio árbol.

¿Y que no me han gustado?... Pues no podría decirte porque para mi todas las obras y los trabajos son hermosos. Siempre me ha gustado todo lo que hago porque amo mi profesión. No hay nada de malo en lo que se hace con amor.”

Además de sus funciones como Presidenta de la UNAICC se desempeña también  como Presidenta de la EMIAA. ¿En qué consiste esta institución?

“Bueno la EIMIAA es el Encuentro Iberoamericano de Mujeres  Ingenieras Arquitectas y Agrimensoras. Este encuentro fue creado por la ingeniera Vilma Espín y Antonia González en el año 1994 con el propósito de que las profesionales del continente tengan un espacio para analizar cuestiones de género en nuestro campo de acción y también las dota  de un lugar para el intercambio científico - técnico donde puedan demostrar sus conocimientos y compartirlos con el resto de las mujeres de la región.

Este  intercambio se realiza cada dos años y nuestro país ha sido sede del mismo en diversas ocasiones aunque también se han realizado en diferentes regiones del continente. Este año por ejemplo se realizará en la Republica Dominicana “.

¿Cuál es, en su opinión, el principal reto al que se enfrentan las  mujeres que laboran en el  sector de la construcción en la Cuba de hoy?

“Para mi, el principal reto es  continuar demostrando que podemos seguir  venciendo obstáculos y superarnos   sobre todo ante aquellos que aún no comprenden que el educar a los hijos y atender ala familia es tarea de dos y no solo de las mujeres . A aquellos que no ven que solo ayudar no basta, sino también es necesario comprender y compartir, y hacerlo con amor. La mujer de hoy debe proponerse metas mucha más altas que la eleven profesionalmente y que demuestren  que bien pueden superarse al mismo tiempo dar  una razón más para seguir  siendo el alma de esta nación”.