Yamylé Fernández Rodríguez - Revista Mujeres / Fotos: Tomadas de la página en Facebook de la Universidad de Camagüey.- Abierto, enriquecedor e instructivo resultó el reciente intercambio entre profesores y estudiantes de posgrado del proyecto Búsquedas Investigativas de la Cátedra de Género, Familia y Sociedad de la Universidad de Camagüey, a propósito de la visita que, del 16 y este 23 de marzo, realiza una delegación estadounidense a la provincia.


La doctora en Ciencias Kirenia Saborit Valdés, especialista de esa unidad investigativa, compartió las líneas de trabajo que se gestionan, los vínculos con proyectos internacionales, las legislaciones que amparan en la mayor de las Antillas a las mujeres y a las familias y el impacto del bloqueo económico, financiero y comercial al sector femenino en la isla.

La experta especificó que la Cátedra surgió en la década de los 90 del siglo XX y desde entonces la casa de altos estudios asume el tema de género como elemento que transversaliza los diferentes procesos de la sociedad.

“Hoy constituye una institución investigativa y metodológica que se encarga de los estudios de género y tiene como máxima expresión la Conferencia Internacional de Género, Familia y Sociedad en el contexto de Desarrollo Sostenible, un evento con carácter bienal”, dijo.

Entre las investigaciones destacó un estudio doctoral, hace unos años, sobre el acceso de las mujeres a cargos de dirección en el sector agropecuario camagüeyano, teniendo en cuenta el peso de esa actividad económica en el territorio. En la actualidad, esta es la principal línea de investigación, sin dejar de tener en cuenta el enfoque generacional.

En relación con los proyectos internacionales de colaboración, la Cátedra de Género, Familia y Sociedad de la Universidad de Camagüey ha participado, por ejemplo, en el de Bases Ambientales para la Sostenibilidad Alimentaria Local (BASAL), en apoyo a la seguridad alimentaria, nutricional y al fortalecimiento de capacidades productivas con enfoque de género en sistemas alimentarios locales.

Ese proyecto estuvo financiado por la oficina en Cuba del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y contó con el respaldo de otras organizaciones internacionales y nacionales.

Según la especialista, a partir de experiencias como esas fue posible incorporar nuevos componentes para la implementación de la estrategia de género al sistema cubano de la agricultura.

Los visitantes se interesaron por el tratamiento que recibe en la isla la violencia contra las mujeres, los niños y las niñas, ante lo que la profesora explicó que se trata de uno de los asuntos más sensibles y de atención prioritaria en el país.

“Todo tipo de violencia, ya sea física, psicológica o estructural, en el hogar o en el espacio público, se atiende como prioridad en cualquiera de las instancias del Estado.

Las escuelas lo reportan a todos los niveles, así como los hospitales o cualquier otra institución de la salud donde se reciba a una mujer, niño o niña violentados tienen el encargo y la responsabilidad de denunciarlo, incluyendo la propia ciudadanía, y es penalizado en Cuba”.

Los educadores estadounidenses también solicitaron detalles sobre el impacto que provoca el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de su país a la mayor de las Antillas.

Al respecto, la doctora en ciencias Kirenia Saborit Valdés amplió que, debido a esa política, las difíciles condiciones socioeconómicas que presenta la realidad cubana afectan la dinámica de las mujeres, quienes tienen mayormente a su cargo el cuidado de los hijos y las tareas domésticas en condiciones de crisis.

“Las familias cubanas en sus diversas composiciones -tal y como reconoce el Código de las Familias- sufren limitaciones para acceder a recursos médicos y otros productos de primera necesidad, ejemplificó.

Además de ello, agregó que otro tema de vital importancia está referido a las identidades de género, una cuestión que recibe atención legal desde la Carta Magna y el propio Código de las Familias, y ha sido fuertemente atacada por campañas mediáticas, por lo que en opinión de la especialista “el bloqueo no solo es comercial, financiero y económico, sino también cultural”.

Durante el intercambio, Saborit Valdés reconoció que “Cuba no está exenta de ser una sociedad sexista, machista, con estereotipos patriarcales. Sin embargo, le corresponde asumir los grandes retos del mundo y la universidad tiene una enorme responsabilidad en ello”.

Por tal motivo, aunque la Universidad de Camagüey no tiene una carrera específica dedicada a los estudios de género, es este un tema que transversaliza el proceso formativo “porque tenemos la responsabilidad de preparar a los individuos para la vida y la condición sexo-género es parte de ello, así como la identidad de género de cada cual”.

“Bienvenidos sean los temas de género a nuestro país, donde nos han preparado y preparamos a las personas para convivir en la diversidad”, concluyó.

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