Marilys Suárez Moreno - Revista Mujeres / Foto: Tomada de Prensa Latina.- El año 1961 fue tremendo para la Federación de Mujeres Cubanas que, de la noche a la mañana se vio inmersa en la batalla de Playa Girón, la Campaña de Alfabetización, la instauración de una Escuela para Campesinas y otra de Superación para Domésticas, además de involucrarse de lleno en una de sus obras más hermosas y revolucionarias, la constitución de los Círculos Infantiles.
El 10 de abril aparecieron los tres primeros círculos infantiles. La idea fue delineada meses antes, justamente el 23 de agosto, fecha fundacional de la FMC, organización que tuvo a su cargo la facultad de crearlos y echarlos a andar por todo el territorio nacional.
No había de otra, la incorporación de la mujer al trabajo era vital y entre las pretensiones del país y de la Federación de Mujeres Cubanas, estaba el facilitar al máximo esa incorporación y por ende, la existencia de lugares donde no solo se cuidara a los hijos de las madres trabajadoras, sino donde esta niñez tuviera cuidados y una formación educativa adecuada.
Para hacer realidad aquella idea de Vilma y de Fidel, la FMC promovió todo tipo de iniciativas para recaudar los fondos necesarios con vista a la construcción y habilitación de los círculos infantiles. Como una vez dijera la propia Vilma, aquella fue una primera experiencia de trabajo comunitario.
Atenta a la construcción desde los tres primeros círculos, pendiente de cada reto educativo, animada y animando el proceso fundacional todo el tiempo estuvo Vilma. Se trataba de un espacio con un nuevo concepto educativo.
Con el surgimiento de estas instituciones emergieron las Escuelas de Educadoras, de Directoras, la Licenciatura en Educación Preescolar y un sistema de formación para las edades preescolares que destacan a nuestro país en América Latina.
Hoy en día, la infancia en edades preescolares crece en los círculos infantiles en medio de las mejores atenciones posibles, pues estos ámbitos son insuficientes y subsisten insatisfacciones, agravadas por lo tirante de una muy compleja situación económica; bloqueo por medio.
Ante el descontento generado por la falta de capacidades para la atención infantil y las muchas otras carencias que también los afecta, se han impulsado alternativas como el programa "Educa a tu hijo" que abarca a la población de cero a seis años.
Esta iniciativa, una vía no institucional o no formal, constituye un hito en la cobertura de la educación en esas edades tempranas. Se plasmó conforme a las particularidades territoriales y lo lleva a cabo un personal totalmente voluntario (federadas, jubiladas y especialistas en educación) además de la familia, monitoreado por el Ministerio de Educación.
De igual forma han surgido, las Casitas Infantiles, una modalidad de atención educativa institucional que presta similar servicio a las madres trabajadoras, padres o tutores en empresas, cooperativas, unidades empresariales y otras entidades capaces de sufragar sus gastos y sostenibilidad.
Este 10 de abril, cumpleaños 64 de los Círculos Infantiles, recordamos esa obra inmensa que a la distancia de los años todavía nos enorgullece. Hay razones y muchas para evocar tan maravillosa experiencia, pues de esa manera Cuba no solo dio respuesta a los compromisos contraídos con la Unicef sino que se hizo referente de un programa educacional integral, adaptable, incluso a las necesidades y situaciones particulares de las familias.