Por Lázaro Fariñas*/Foto Virgilio Ponce -Martianos-Hermes-Cubainformación.- Dicen los espiritistas que lo que se sabe no se pregunta. La victoria de Hugo Chávez en las elecciones que se acaban de realizar en Venezuela se sabía, se podía predecir, y en realidad, no tenía sentido preguntarse si ganaba o no, ya que, como dicen los espiritistas, lo que se sabe, no se pregunta.
El problema era que los medios internacionales y la prensa burguesa de Venezuela habían creado toda una campaña en la que se daba por descontada la derrota del presidente bolivariano. El Nuevo Herald de Miami, El País y todo los otros periódicos españoles, se unieron a El Universal , Globovisión, Venevisión, etc., para dar a la publicidad encuestas en las que se afirmaba que el pueblo venezolano se había vuelto totalmente loco, e iba a votar por Henrique Capriles. Lo de loco viene porque era la única manera de entender que los pobres y los desposeídos de la tierra de Simón Bolívar votaran en contra de sus intereses.
La campaña desinformativa fue tan grande que muchos llegaron a creer que una victoria de Chávez era totalmente imposible. Bajo ese marco, había que pensar que, para que el Presidente ganara y fuera reconocido por su oposición, tenía que ganar con una ventaja lo suficientemente grande como para que no salieran a gritar que había hecho fraude. La carta del fraude la tenían en las manos y es precisamente por eso que no declararon nunca que iban a aceptar una derrota. Si Chávez hubiese tenido una victoria con un dos o tres por ciento de ventaja, estoy seguro que la oposición y todos los medios que la apoyaban hubiesen metido el grito en el cielo y no hubieran reconocido la victoria de los socialistas. El problema se les complicó por haber perdido con un diez por ciento de diferencia. Con esos números, no les quedó más remedio que olvidarse de sus planes y aceptar la victoria de la mayoría del pueblo venezolano.
Los pobres en la Venezuela de antes de Hugo Chávez no tenían otra opción que votar en las elecciones por el que más les prometía, una veces eran los adecos y otras los copeyanos, pero esas promesas se quedaban en el aire y nunca se cumplían. Con la llegada de la revolución bolivariana al poder, las promesas se han vuelto realidad. El gobierno revolucionario, poco a poco, ha estado llevando a los desposeídos lo que estos necesitan para tener una vida más aceptable, justa y humana. Miles y miles de viviendas han sido construidas, miles de médicos y trabajadores de la salud han bajado a las cañadas y han subido a los cerros para curar enfermos, miles de educadores y entrenadores deportivos han hecho lo mismo. Las universidades se han multiplicado y con ello, cientos de miles de estudiantes universitarios. Los mercados agroalimentarios, con precios subsidiados por el gobierno, se han regado por todo el país.
Es por eso que, solamente si la mayoría del pueblo venezolano se hubiera vuelto loca, hubiese esta llevado al poder a alguien que representa el pasado negligente, abusador y corrompido de la época de los politiqueros social demócratas y social cristianos que no tenían nada de social y mucho menos de demócratas o cristianos.
Capriles trató de esconder sus verdaderas intenciones y empezó a tratar de engañar a las masas con discursos llenos de mentiras, en los que afirmaba que, no solamente iba a mantener las misiones sociales, sino que las iba a mejorar. Incluso, llegó a afirmar que se sentaría con el presidente Raúl Castro para negociar la estancia de los colaboradores cubanos en Venezuela. Este es el mismo Capriles que, cuando el fallido golpe de estado contra Chávez, se subió en los muros de la embajada de Cuba en Caracas para asaltarla, junto a una turba fascista que lo acompañaba. Así es que el hombre que no solo apoyó el golpe de estado, sino que fue uno de los que participó en el mismo, ahora se las quería dar de demócrata y medio socialista. Capriles, un postalita sin planes concretos y falto de carisma se creyó sus propias mentiras y ya se veía sentado en el Palacio de Miraflores dando órdenes y desmontando todo un plan de gobierno vigente, pero la mayoría del pueblo venezolano no mordió el anzuelo y votó para defender todo lo que, hasta el momento, le ha dado el gobierno revolucionario con Hugo Chávez al frente.
Felicidades al pueblo venezolano por su triunfo y felicidades a su indiscutible líder Hugo Chávez Frías.
*Lázaro Fariñas periodista cubano residente en EE.UU.
Fuente: Martianos-Hermes-Cubainformación
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