Noel Manzanares Blanco - Cubainformación.- Como se podía esperar, el pueblo cubano está de pláceme por la visita del Santo Padre a la Mayor de las Antillas. Es difícil encontrar en el mundo un medio de prensa significativo que haya pasado por alto la noticia. Pienso que en España y Estados Unidos de América es donde quizás más se ha divulgado al respecto. Deseo destacar la discordancia del madrileño diario EL PAÍS, el mismo que ¿desconoce? que Naciones Unidas sancionó a la Administración española por desahuciar a una anciana de 85 años.
Con el título El Papa evita mensajes críticos con los Castro en su visita a Cuba, desde la oriental ciudad de Holguín ese periódico de la Madre Patria señala que de los tres pontífices que han visitado nuestro país en los últimos 17 años, Jorge Mario Bergoglio está siendo, de forma sorprendente, el menos crítico con las autoridades de La Habana; que si bien es verdad que ni Juan Pablo II en 1998 ni Benedicto XVI en 2012 se reunieron tampoco con la disidencia —reitero, una muestra de su catadura está en Guillermo (des) 'Coco' Fariñas—, sí realizaron llamamientos al cambio político, mientras que Francisco aún no lo ha hecho; y que tal constituye una circunstancia que llama más la atención dada la trayectoria, no pusilánime precisamente, de Bergoglio al frente de la Iglesia.
Agrega EL PAÍS que esa frialdad hacia la disidencia ha sorprendido incluso a algunos periodistas, viejos amigos de Bergoglio para más señas, que viajan en la comitiva papal; y que la única explicación que algunos aciertan a pergeñar en esa comitiva es que Su Santidad no quiere hacer nada que perjudique los vínculos civilizados que él ayudó a fraguar entre los Gobiernos de Cuba y de Estados Unidos, so pena de deslegitimar de forma pública la sintonía del triángulo Obma-Castro-Papa Francisco y, como consecuencia, frenar los avances.
Claro está, a este periódico que es parte del Grupo PRISA —este se ha autoproclamado líder en educación e información— no le interesa mucho decir que el Líder Máximo de la Iglesia Católica en la ceremonia de bienvenida en el Aeropuerto Internacional José Martí, de La Habana, el sábado 19 de Septiembre de 2015, expresó:
Quisiera pedirle a Usted, Señor Presidente, que transmita mis sentimientos de especial consideración y respeto a su hermano Fidel./ Este año 2015 se celebra el 80 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre la República de Cuba y la Santa Sede. La Providencia me permite llegar hoy a esta querida Nación, siguiendo las huellas indelebles del camino abierto por los inolvidables viajes apostólicos que realizaron a esta Isla mis dos predecesores, san Juan Pablo II y Benedicto XVI.
Imagino que EL PAÍS todavía menos estaría interesado en recrear estas palabras del Jefe del Estado del Vaticano:
Cuba es un archipiélago que mira hacia todos los caminos, con valor extraordinario como “llave” entre el norte y el sur, entre el este y el oeste. Su vocación natural es ser punto de encuentro para que todos los pueblos se reúnan en amistad, como soñó José Martí, “por sobre la lengua de los istmos y la barrera de los mares” (La Conferencia Monetaria de las Repúblicas de América, en Obras escogidas II, La Habana 1992, 505). Ese mismo fue el deseo de san Juan Pablo II con su ardiente llamamiento a que “Cuba se abra con todas sus magníficas posibilidades al mundo y que el mundo se abra a Cuba” (Discurso en la ceremonia de llegada, 21-1-1998, 5).
Así, considero suficiente los elementos que he traído a colación para ofrecerle a usted mi razonamiento en el título que comparto en esta oportunidad. Apenas me permito concluir manifestando: es una verdad de perogrullo que el Sumo Pontífice disfruta en Cuba y viceversa; y también es ciencia comprobada que el vocero del Grupo Prisa denominado EL PAÍS, al tiempo que omite la sanción que la ONU impuso a Madrid por el desahucio de una anciana de 85 años, ahora se esmera en empezoñar vs. el pueblo cubano y su Gobierno Revolucionario. ¡Qué lástima!
