Noel Manzanares Blanco - Cubainformación.- Hace poco más de seis años, en Cuba, la solidaridad y el oportunismo resalté que entre el 30 de Agosto y el 9 de Septiembre de 2008, cuando nos esforzábamos marcadamente por la mejoría de nuestro pueblo a pesar de pesares, llegaron los huracanes Gustav e Ike con efectos desastrosos, incluidas las consecuencias previas y posteriores a su entrada y salida del territorio nacional.


 

Entonces, destaqué cómo ante la tragedia el heroísmo histórico de la etnia cubana salió a relucir una vez más: la Defensa Civil no perdió un solo minuto; dirigentes y militantes del Partido Comunista de Cuba (PCC) y del Gobierno se diseminaron por todos los lugares afectados para apoyar y alentar a las masas, exigir disciplina y contener emociones, ejercer autoridad y dar el ejemplo. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias y sus tropas especializadas, el Ministerio del Interior y su Cuerpo de Bomberos, y otras fuerzas arriesgaron la vida y derrocharon coraje al llevar a cabo su ayuda y apoyo a la población, particularmente a las víctimas.

También, resalté cómo los Comités de Defensa de la Revolución se activaron aún más para auxiliar a los necesitados, contribuir a la evacuación de quienes lo necesitaban y priorizar las donaciones voluntarias de sangre para que las instituciones hospitalarias y las fábricas de medicamentos contaran con ese recurso ante el azote climatológico; al paso que la televisión, la radio y la prensa escrita asumieron el ejercicio de sus tareas informativas con una gran responsabilidad, y sus reporteros casi ni dormían ni descansaban en aras de informar al país los acontecimientos, las verdades, las experiencias.

Igualmente, aludí a cómo la mano generosa se hizo sentir allende los mares: desde Asia, no tardó la ayuda de Timor Leste, de China, de Viet Nam; desde Europa, llegó la asistencia de Rusia y de España en coordinación con el Programa Mundial de Alimentos en una operación conjunta mediante la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo; y desde Latinoamérica, no se hizo esperar la presencia de la Revolución Bolivariana, de Brasil...

Debo advertirles a mis lectores/as que toda la ayuda recibida en aquellos días oscuros resultó bien canalizada por las autoridades de nuestro Caimán Verde.

Asimismo, sentí la necesidad de compartir cómo el oportunismo de la contrarrevolución dijo presente en aquella oportunidad: Mercenarios desde La Habana enviaron cartica a Bush, el hijo, para suplicar migajas; representantes de la terrorista mafia gusano-yanqui en Miami enarbolaron sus miserables entrañas; y el desgobierno de Estados Unidos primero ofreció hipócritamente 100 mil dólares como ayuda frente a la catástrofe ocasionada por el huracán Gustav previa inspección in situ para comprobar daños, y luego acaramelaron el “humanismo” al hablar de aviones listos para partir con productos por valor de cinco millones de dólares; obviando mencionar tal inspección porque ya lo habían hecho por sus propios medios, o sea, espiando a Cuba.

Ahora vuelvo al tema, motivado por la impresión que me dejó Solidaridad sin límites, responsabilidad de Harold Cárdenas Lema en compañía de Javier Gómez Sánchez desde el Blog La Joven Cuba, a propósito de los efectos desastrosos que causó el huracán Matthew al pasar por el extremo oriental de nuestro archipiélago.

Desde ya, anticipo que de estos autores aplaudo ideas tales como “Este país deben defenderlo todos” y “no deben existir límites”, en la misma medida que cuestiono una interrogante/tesis presentada en términos absolutos en el contexto en que se hace gala de ella, a saber: “¿Acaso la participación social directa no es más socialista incluso que la intervención exclusivamente estatal?”.

No encuentro que este sea el momento propicio para dar mi consideración acerca de qué rodea al planteamiento de Harold y Javier según el cual “seguimos marginados de las fuerzas 'preparadas y organizadas' en defensa de la Revolución” —¿estarán en el camino correcto? Tampoco, hallo indispensable aludir al inexacto criterio de “que cuando Fidel apareció en escena hace medio siglo, tampoco era parte del plan que tenían las fuerzas de izquierda mayoritarias en ese momento”.

Me concentro en lo que pienso que es la esencia del mensaje fundamental a trasmitir.

Una vez más, a la par de la respuesta inmediata dado por un sinfín de cubanos/as encabezados por el Primer Secretario del PCC y Presidente del Estado y Gobierno cubanos, Raúl Castro, desde el exterior no tardó la mano fraterna. Basta con recordar que desde Venezuela nos llegó el primer cargamento compuesto por grúas sobre camiones de 20 toneladas, camiones de volteo, camiones para hormigón (trompos), carro cisterna para agua, cargadores frontales, retroexcavadoras y montacargas, entre otros equipos y materiales, en aras contrarrestar los efectos negativos del fenómeno climatológico.

Pero, simultáneamente, volvieron a sus andanzas los mercenarios/as. Aquí solo traigo a colación un ejemplo.

En el “novedoso” camino de reactivar agentes del Carril II, resulta que por estos días el Instituto dirigido por la asalariada de Washington Tania Bruguera anunció que donará $10,000 para los damnificados del huracán Matthew en Cuba. Puntualmente, esta señora le dijo a el Nuevo Herald:

“Este apoyo que hoy envía INSTAR luego del paso del huracán Matthew contribuirá a los esfuerzos de reconstrucción que están haciendo las familias y las comunidades y se dedicará especialmente a personas en situación de vulnerabilidad y que no puedan acceder fácilmente a recursos económicos”. “Cuando en INSTAR hablamos de alfabetización cívica, también queremos decir que debemos aprender a ser solidarios entre todos los cubanos”.

Así, pregunto: ¿Será pura casualidad que ni por asomo en las palabras de la Bruguera aparece ni una mención de lo que hace el pueblo y Gobierno en Cuba actualmente en el oriente cubano? ¿Acaso debo dejar de considerar, cuando menos, de indignante la expresión “debemos aprender a ser solidarios entre todos los cubanos”? ¿Cómo irreconocer que, al aceptar tan “generosa” ayuda, estaríamos certificando la admisión de la injuria facturada por una servil del Águila Imperial? ¿Escapará y/o dejará de ser esta “participación social directa” una muestra de la supuesta/pretendida/cacareada “ineficiencia” de lo interpretado como “intervención exclusivamente estatal”?

іA otro con ese cuento!

Resumo: con estos elementos de juicio, acredito que en el tema Cuba, la solidaridad y el oportunismo le haríamos un favor muy endeble a nuestra Revolución y su pueblo asumiendo el criterio de Solidaridad sin límites, algo de ¿corte anarquista?

іOjalá que este razonamiento sirva para otras reflexiones!

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