Sheyla Delgado Guerra di Silvestrelli - Cubaliteraria Ediciones.- Repasar los senderos de cinco décadas en el discurso estético de una imagen, redescubrir un Instituto en cubiertas emblemáticas de sus libros, que es decir su vida. Ese resulta el convite de la exposición que quedó inaugurada este miércoles en la sede de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), a propósito del medio siglo del Instituto Cubano del Libro.


La muestra —convocada por la sección de Diseño de la UNEAC— acerca al público en La Habana al influjo del diseño gráfico en el ámbito literario, como ventana primera del libro de cara a sus lectores. Y, también, como el resultado armonioso de la simbiosis entre autor y diseñador, contenido y forma, en aras de ofrecer un producto cultural que encante con el abrazo coherente de la palabra y la imagen.

Una cosa fue con tijeras y la misma con el ratón es el título que reza la iniciativa, la cual hace un “plano-detalle” de la llamada época de oro de nuestro diseño gráfico: la comprendida entre 1960 y 1970, coincidente casi con el primer decenio de la Revolución.

El propio nombre seleccionado realiza, a su vez, la apología de una tesis: desde ese período dorado hasta acá, la tecnología y los calendarios no han supuesto una ruptura ni han restado brillo —respecto al aporte profesional consumado entonces— en términos de creación artística. Que el cambio de soportes y la evolución tecnológica no han tenido, a la postre, la última palabra.

Y en ese desandar de caminos que evocan las portadas de títulos entrañables en la literatura, se vigoriza la pauta esbozada por sus hacedores: esos que desde la gráfica han acompañado el quehacer de las editoriales, sellos y sitios web del sistema del libro en Cuba.

Sin el stop innecesario en cada una de las cubiertas contenidas en la expo, lo que cuenta aquí es el viaje histórico que pone en primer plano al diseño cubano en función de la gestión editorial —y a un Instituto cincuentenario—, casi a las puertas (en febrero próximo) del evento cultural más aglutinador que mueve a la nación: la Feria Internacional del Libro. Es, en fin, la convocatoria a lustrarle los engranajes dorados a una época que conquistó, a fuerza de mérito, la sobrevida del buen diseño de factura cubana.

http://www.cubaliteraria.cu/articulo.php?idarticulo=21015&idseccion=30

 

 

La Columna
  Sheyla Delgado Guerra di Silvestrelli - Cubaliteraria Ediciones.- Entre los daneses Karl Adolph Gjellerup y Henrik Pontoppidan —1917—, y el suizo Carl Spitteler —1919— hay un vacío catapultado por la guerra. El mismo que hubo antes entre Rabindrana...
Sheyla Delgado Guerra di Silvestrelli - Cubaliteraria Ediciones.- Hay un silencio en algún minuto cercano a la medianoche, como un oasis de paz en el epicentro de la algarabía. Hay un tramo de 31 que, para mí, vale lo que todo el calendario. Un minu...
Sheyla Delgado Guerra di Silvestrelli - Cubaliteraria Ediciones.- “Tengo el presentimiento de que muerto seré más y mejor conocido que vivo”, dijo el poeta a las puertas de la muerte. Y había algo profético en esa observación suya que acompañó una p...
Lo último
Girón, abril de victoria
Marilys Suárez Moreno - Revista Mujeres / Ilustración Claudia Alejandra Damiani. Tomada de Cubadebate.- En Girón, toda Cuba se puso en pie de guerra para hacerle frente al enemigo invasor. Firmes en sus posiciones, dispuestas a p...
Ver / Leer más
La Columna
La Revista