Noel Manzanares Blanco – Cubainformación.- En la segunda versión de este rótulo, resalté la intervención yanqui justo cuando España estaba al borde de perder el dominio en nuestro país —pasamos de colonia de Madrid a Washington; los trajines imperiales para impedir nuestra verdadera independencia —se impuso el neocolonialismo; los sucesos relacionados con la Revolución del 30 —pereció también por la desunión; y la lucha encabezada por Fidel devenida Gran Enero —entonces, ¡los mambises sí entraron a Santiago de Cuba! En este cierre, destaco sucesos de las últimas seis décadas e insinúo lo que ha de venir en nuestro proyecto de sociedad.


Ante todo, no avalo la tesis según la cual con el 1959 se abrió la puerta para la realización de dos Revoluciones: una, Democrático-popular, agraria y antimperialista; otra, la Socialista. En su defecto, certifico que, tras la caída de Batista y la camarilla pro yanqui que le acompañaba, nuestro rumbo estaba decidido por un par de razones: la primera, el Poder político quedó en manos del Ejército Rebelde/pueblo uniformado —los Miró Cardona (Primer Ministro) y Urrutia (Presidente) no rebasaron el marco de la formalidad; la segunda, luego de cumplirse el Programa del Moncada, más temprano que tarde habría que pasar a la edificación del Socialismo. ¿O qué significaba la siguiente advertencia de Fidel al cuarto día de la victoria en predios camagüeyanos: “Patria es el lugar donde no se explota al ciudadano, porque si explotan al ciudadano, si le quitan lo que le pertenece, si le roban lo que tiene, no es Patria”?

Sospecho que la CIA pronto dedujo qué significaba la Mayor de las Antillas con el liderazgo revolucionario de Fidel Alejandro Castro Ruz. Nada de casual revisten los más de 600 atentados orquestados para asesinarlo; una atrocidad que fue creciendo en la misma medida que avanzaban las transformaciones económico-sociales en el marco de las definiciones ideo-políticas. Es que el gobierno estadounidense no estaba dispuesto a celebrar que se le diera la tierra a quien la trabajaba; que los estudiantes en todas las enseñanzas comenzaran a tener Escuelas; que las enfermedades curables dejaran de ser un azote para los desposeídos; que…

Imagino que supieron de las reuniones de Fidel, Raúl, el Che, Blas Roca, Carlos Rafael Rodríguez y unos pocos más en Cojimar, en el Este de La Habana, y que en alguna de ellas se decidiera que Osvaldo Dorticós —integrante del Movimiento Revolucionario 26 de Julio y del Partido Socialista Popular, confesamente comunista— fuera la persona designada para asumir la Presidencia de Cuba a mediados del propio 1959, tras la renuncia de Manuel Urrutia Leo. Ello complementó otro hecho significativo: desde Febrero de ese año, el Premierato residía en el Mejor discípulo del Apóstol. ¿Acaso será este entramado un dato menor para llegar a la conclusión de que nuestro proceso revolucionario se encaminaba en aquella altura hacia el abrazo de las ideas de Marx, Engels y Lenin desde la perspectiva de las doctrinas de José Martí?

Entretanto, la preocupación podía girar alrededor del feroz anticomunismo del cual habían sido víctima las grandes masas. Considero que el complot del gobierno yanqui con la Iglesia Católica y contrarrevolucionarios del patio ligados a la delincuencia política de Miami convertido en lo que se conoce como Operación Peter Pan concretada entre finales de Diciembre de 1960 y el mismo mes de dos años después consistente en que niños/as fueron trasladados al Águila Imperial sin el acompañamiento de sus progenitores con el supuesto de que de permanecer en la Isla serían objeto de no sé cuántos disparates, es prueba fehaciente de en qué medida el pueblo había sido confundido por la propaganda enemiga.

Sin embargo, pienso asimismo que una suerte de instinto de las mayorías hasta entonces oprimidas llevaba a olfatear qué se avecinaba. Si bien es cierto que manifiestamente ellas estaban en contra del Socialismo, también lo es que poco a poco descubrieron el calado de la Revolución Cubana y paulatinamente se fueron sumando a una idea que se iba generalizando, a saber: “si Fidel es comunita, que me ponga en la lista” —recuerdan muchas que vivieron ese momento. En mi opinión, ello explica en parte el porqué fue asimilado sin contratiempo la declaración de nuestro carácter socialista, precisamente el 16 de Abril de 1961 cuando en la esquina de 12 y 23 del Vedado habanero despedíamos los caídos en el ataque aéreo del día anterior, preámbulo de lo que se aproximaba.

Así, en menos de tres días nuestro pueblo aniquiló la invasión gringo-mercenaria por Playa Girón, en la occidental provincia de Matanzas; no hubo tembleque al calor de la Crisis de Octubre del año posterior, a pesar de la amenaza de exterminio que sufrimos en un instante en que los soviéticos no fueron lo suficientemente verticales; y desbaratamos las bandas crimnales que operaron sobre todo en el Escambray de Las Villas, al centro de la Isla; al tiempo que soportamos no sé qué número de agresiones económicas, biológicas, diplomáticas… y en todas salimos vencedores.

No obstante, tan convulso contexto no impidió el avance de la Revolución: ahí están logros que van desde la Campaña de Alfabetización que coronamos en Diciembre de 1961 hasta los cada vez más crecientes en la esfera de Educación, de Salud, de Deporte, de Ciencia. Ingentes esfuerzos se realizaron en la construcción de viviendas y otras obras sociales; en la creación de nuevas industrias; en… Todo, mientras se completaba el proceso de edificación de la Vanguardia ideo-política (en Octubre de 1965 se optó por el nombre de Partido Comunista de Cuba) y se perfeccionaba el aparato estatal (pasamos por la Junta de Coordinación, Ejecución e Inspección (JUCEI), el Poder Local y el ensayo de Poder Popular en Matanzas en 1974). Todo, conjuntamente con el hecho de haber escrito páginas hermosas a escala internacional.

Hacia mediados de la década del 70 del siglo XX, la provisionalidad del Gobierno Revolucionario dio paso a la institucionalización del país. El Primer Congreso de nuestro Partido Comunista efectuado en Diciembre de 1975, dio pie a la Constitución aprobada por la inmensa mayoría del pueblo al año siguiente; de allí se derivaron la nueva División Político-Administrativa, el Sistema de Dirección y Planificación de la Economía, la generalización del Poder Popular y toda la restructuración gubernamental y social que el momento exigía. Rememoro que en ese ambiente tratábamos de apartarnos de errores vividos, aunque cometimos otras pifias.

Al cabo de once años, en el Tercer Congreso de nuestro Partido se abordó lo que podemos considerar como la génesis del Proceso de Rectificación de Errores y Tendencias Negativas que nos condujo a marchar por el camino correcto. Pero tuvo lugar el derrumbe del socialismo al estilo soviético que nos provocó un golpe demoledor. Para saber con exactitud de qué escribo, basta decir que en EEUU se pensó que había llegado el momento de ajustar cuentas con Cuba e intensificó su Guerra multilateral contra nuestro pueblo. De inmediato, la gusanera de Miami orquestó el Plan Maleta (para Cuba, que mañana se cae la Revolución —asi pensaban) y el sabio estadounidense Noam Chomsky dijo que no había modo de evitar que cayéramos en las garras yanquis, aunque relativizó el asunto acotando que quizás estuviera equivocado. Vivíamos la última década de la centuria anterior y comenzó lo que la Historia registra como Período Especial en Tiempos de Paz —por lo menos, lo peor después de 1959.

Mas, soportamos el desafío. Protagonizamos la hoja más grande de nuestros servicios prestados a la Humanidad: porque fuimos capaces de permanecer en pie de lucha, nuestro ejemplo se multiplicó luego en Nuestra América; y no solo resistimos sino que además nos seguimos desarrollando en esferas como la educación y la salud. Recibimos el nuevo milenio, desarrollando la Batalla de Ideas con “realizaciones y hechos concretos”. Ni siquiera las zancadillas de Madre Natura pudo doblegarnos. Llegamos a la llamada Actualización de nuestro Modelo. A la luz de los acuerdos de los Congresos 6to. (2011) y 7mo. (2016) de nuestra Vanguardia ideo-política, avanzamos —más, en la medida que hagamos tangible el denominado Concepto de Revolución expuesto por el Comandante en Jefe el Día Internacional de los Trabajadores de 2000.

Así, apuesto al futuro luminoso de la Patria por cuanto tengo la más absoluta convicción de que el grueso de nuestro pueblo será capaz de construir la irreversibilidad del Socialismo cubano; todavía mejor con la premisa de la nueva Constitución de la República enriquecida con la sabiduría popular que devendrá garante del porvenir. Así, acredito que desde Carlos M. de Céspedes hasta Fidel Castro la Patria contempla orgullosa a sus Héroes y Mártires con la certeza de que las proezas de nuestro pueblo en todos los tiempos constituyen un digno homenaje a los primeros 150 años de la Revolución Cubana. Así, confieso que me dejé llevar por mis sentimientos para resaltar hitos significativos de nuestra Historia en el último siglo y medio —mi humilde Homenaje al 10 de Octubre.

La Columna
Noel Manzanares Blanco* – Cubainformación.- Crece la beligerancia múltiple de Washington contra La Habana, contrarrestada por nuestro pueblo con el Magisterio de Fidel Castro...
Noel Manzanares Blanco* – Cubainformación.- Expertos alertan, con Fidel Castro, el ritmo cualitativo del comportamiento revolucionario, según las contradicciones a resolver ...
Noel Manzanares Blanco* – Cubainformación.- Me avergüenza que determinados gobernantes de la ¿Izquierda? se sumen al bochinche de Washington y secuaces contra Caracas ...
Lo último
La Columna
Genocidio e ilegalidade sionista
Cristóbal León Campos - Cubainformación.- El sionismo israelí realizó en días pasados una serie de ataques contra la población civil de Líbano a través de una sofisticada tecnologí...
La Revista