Norelys Morales Aguilera - Blog "Isla mía" / Cubainformación.- Basta pasar por los perfiles en Facebook de los "pacifistas" tarifados que promueven una "marcha por el cambio" en Cuba y la embajada USA en La Habana, para darse cuenta de sus pretensiones. Basta saber quiénes apoyan desde Miami la supuesta insurrección popular para que no quede dudas de la acción del negocio de la contrarrevolución que incluye a los mafiosos miamenses y a los terroristas devenidos "pacifistas" para provocar el caos y la intervención de EE.UU. como un tal Orlando Gutiérrez Boronat.
Frases engañosas sobran. Para caza bobos son sus demandas: "Exigir que se respeten todos los derechos de todos los cubanos. Exigir la liberación de los presos políticos. Que se solucionen nuestras diferencias por vías democráticas y pacíficas." Hablan de libertad, en contra de la libertad y hablan del pueblo en contra del pueblo, se lee en Twitter.
De ahí que, los "pacifistas" tarifados no pueden solicitar la eliminación del bloqueo de EE.UU. a la Isla como demanda en pleno la Asamblea General de la ONU todos los años, millones de personas solidarias y miles de cubanos residentes en el extranjero. Tampoco pueden hablar del pueblo, pueblo que trabaja sin denuedo para salir de la crisis económica y de la pandemia. Ninguno de acá o acullá mencionará la pelea cubana exitosa para inmunizar a toda una población y en particular sus niños y menos que la Isla se podrá abrir al turismo, que beneficia a muchos.
Entonces unánimes, como la prensa corrompida que los cobija, cacarean el manido recurso de la dictadura, pero "No puede autorizarse una manifestación o marcha de protesta cuyo fin ostensible sea conducir tarde o temprano al derrocamiento del gobierno, menos aun cuando se promueve al servicio de EEUU." (Fernández de Cossio). No existe derecho constitucional para servir de instrumento del imperialismo para un "cambio de régimen" que es ni más ni menos derrocar al gobierno revolucionario e instalar una neocolonia de corte neoliberal.
La verdad está dicha y decirla es un acto revolucionario, como sentenciara George Orwell. Los que mienten de antemano están fracasados frente a la Revolución. No pueden robarse el derecho a la verdad.