Gerardo Moyá Noguera*.- El 1º de mayo está ahí a la vuelta de la esquina, como suele decirse. Es como si lo viviera todos los días de mi vida. Camiones llenos de personas yendo hacía la plaza de la Revolución para rendir homenaje a los próceres y el discurso de Fidel Castro, al que tanto echamos de menos, ya que se nos fue físicamene hace unos años, pero todos sabemos que está ahí, vigilándonos desde santa Efigenia como otros próceres y junto a él todos los que dieron su vida por su patria.
Cuando vi la silla del mayor general Antonio Maceo Grajales en el museo militar de Porto-Pi ( Palma de Mallorca) mi pensamiento inmediato fue para Fidel, que todavía estaba entre nosotros y seguí pensando: "si pudiera ahora mismo cargar con esta silla se la entregaría a Fidel Castro", pero no pudo ser por mor de la dichosa burocracia en la cesión de la silla del mayor general Antonio Maceo. Gracias a la intervención del también prócer de la Revolución, Eusebio Leal, al final mi sueño pudo convertirse en realidad y hoy la silla está en el museo de los capitanes generales y concretamente en el Salón de Banderas. Fidel Castro, desde donde esté ahora mismo, nos envía sus mejores deseos y como buen revolucionario se da cuenta del significado de este objeto tan valioso, no solo para los cubanos sino por todos aquellos que amamos a Cuba. Amar a Cuba, no solamente significa defenderla, sino amarla Con todos nuestros sentidos. Podrán algunos gobiernos desconocernos, pero los pueblos tendrán siempre que amarnos y admirarnos. El 1º de mayo es un día muy especial para mí y también para el cubano bueno. Viva el 1º de mayo!!!
*Presidente de la Casa de Amistad Baleares-Cuba