Wilkie Delgado Correa* - Cubainformación


Al Che: “Le doy las gracias por lo que trató de hacer y no pudo en su país de nacimiento, porque fue como una flor arrancada prematuramente de su tallo.” Fidel, Reflexión EL CHE 7 de octubre de 2007.

A veces los hechos casuales llevan tal carga de significación que más allá de las distancias los acercan como si por esas razones, se convirtieran en ejemplos de contemporaneidad. Así sucede con los natalicios de Antonio Maceo y Ernesto Guevara, ocurridos respectivamente el 14 de junio de 1845 en Cuba el primero y de 1928 en Argentina el segundo.

Fidel que conoció como nadie al héroe argentino en la guerra y en la paz en Cuba, también conoció al héroe cubano a través de su historia de combate y pensamiento en las guerras cubanas de independencia. Por eso estableció el parangón siguiente en el acto solemne de homenaje a los natalicios de Maceo y Che en el Cacahual, Ciudad de La Habana, el 15 de junio del 2002:

“Ambos fueron invasores de Oriente a Occidente; ambos murieron en combate; ambos son hoy símbolos insuperables de valor e intransigencia revolucionaria; ambos están ahora junto a nosotros, y nosotros junto a ellos; ambos hicieron lo que todo un pueblo ha jurado estar dispuesto a hacer; ambos nacieron el mismo día…14 de junio. El azar no habría podido idear algo mejor.”

“Ochenta y tres años separaban el nacimiento del uno y del otro. El primero era ya un personaje legendario cuando el segundo vino al mundo. Si uno afirmó que quien intentara apropiarse de Cuba recogería el polvo de su suelo anegado en sangre si no perecía en la lucha, el otro anegó con su sangre el suelo de Bolivia tratando de impedir que el imperio se apoderara de América”.

Maceo y Che eran hombres de ideas y de acción.

Como expresara José Martí en el periódico Patria sobre Maceo: “Y hay que poner asunto a lo que dice, porque Maceo tiene en la mente tanta fuerza como en el brazo. […] Firme es su pensamiento y armonioso, como las líneas de su cráneo. Su palabra es sedosa, como la de la energía constante, y de una elegancia artística que le viene de su esmerado ajuste con la idea cauta y sobria. […] No deja frase rota, ni usa voz impura,… Con el pensamiento la servirá, más aún que con el valor. Le son naturales el vigor y la grandeza. […]”.

Fidel también expresó una idea coincidente sobre el Che en la Velada en su memoria el 18 de octubre de 1967: “"Porque Che reunía, en su extraordinaria personalidad, virtudes que rara vez aparecen juntas. El descolló como hombre de acción insuperable, pero Che no solo era un hombre de acción insuperable: Che era un hombre de pensamiento profundo, de inteligencia visionaria, un hombre de profunda cultura. Es decir que reunía en su persona al hombre de ideas y al hombre de acción".

Desde los primeros días del triunfo de la Revolución, en el discurso en la ciudad de Santa Clara el 6 de enero de 1959, Fidel hubo de informar al pueblo cubano la evolución guerrillera del Che. Al respecto afirmó: "Cuando empezó la guerra nosotros no sabíamos nada de guerra, y tuvimos los primeros reveses, y ni Camilo Cienfuegos ni Ernesto Guevara, ninguno de esos compañeros en aquella época sabía tomar ciudades, ni mucho menos sabía hacer una emboscada chiquita a los soldados y nos teníamos que conformar con eso. Pero fueron aprendiendo día a día, mes tras mes, y hoy se les puede mandar a tomar cualquier ciudad, porque son ya verdaderos militares, y hombres capaces de llevar a cabo cualquier objetivo militar. ¡Aprendieron!"

Como conclusiones de las ideas de Fidel sobre el Che caben estos juicios en la Velada solemne del l8 de octubre de 1967: "(...) Che reunía como revolucionario las virtudes que pueden definirse como la más cabal expresión de las virtudes de un revolucionario: hombre íntegro a carta cabal, hombre de honradez suprema, de sinceridad absoluta, hombre de vida estoica y espartana, hombre a quien prácticamente en su conducta no se le puede encontrar una sola mancha. Constituyó por sus virtudes lo que puede llamarse un verdadero modelo de revolucionario".

"Che no cayó defendiendo otro interés, defendiendo otra causa que la causa de los explotados y los oprimidos en este continente; Che no cayó defendiendo otra causa que la causa de los pobres y de los humildes de esta Tierra. Y la forma ejemplar y el desinterés con que defendió esa causa no osan siquiera discutirlo sus más encarnizados enemigos".

“Che era un insuperable soldado; Che era un insuperable jefe; Che era, desde el punto militar, un hombre extraordinariamente capaz, extraordinariamente valeroso, extraordinariamente agresivo. Si como guerrillero tenía un talón de Aquiles, ese talón de Aquiles era su excesiva agresividad, era su absoluto desprecio al peligro”.

Y también sus juicios sobre ambos revolucionarios en el acto solemne en los natalicios de Maceo y Che, celebrado en el Cacahual el 15 de junio de 2002.

“Los revolucionarios cubanos, en medio de la batalla de ideas que hoy libramos y enfrascados en ardua y heroica defensa de la Patria, la Revolución y el Socialismo, un día como hoy les rendimos especial tributo a nuestros dos grandes héroes, con una firme e inquebrantable decisión: ¡seremos todos como Maceo y el Che!”

 

*Doctor en Ciencias y Doctor Honoris Causa. Profesor Titular y Consultante. Profesor Emérito de la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba. Premio Nacional del MINSAP al Merito Científico por la obra de toda la vida.

 

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