El origen del agua líquida data de 4 400 millones de años (m.a), 200 m.a. después del inicio de la formación del planeta. Incluso, es posible que la mayor parte de este fluido presente hoy en la Tierra haya estado en nuestro mundo desde los primeros estadios de su formación.
Frente a la hipótesis de la llegada tardía del agua a la Tierra a través de cometas o meteoritos —una de las explicaciones más factibles y apoyadas por la comunidad científica hasta ahora—, un nuevo descubrimiento aporta datos que apuntalan la eventualidad de que el astro que habitamos pudiera haber obtenido la inmensa mayoría de su agua de los materiales que lo componen.
El hallazgo —de la autoría de un equipo de científicos franceses, dirigido por Laurette Piani, del Centro de Investigación Geoquímica y para los Estudios Petrográficos de Nancy (CRPG)— se basa en haber estimado con precisión, por primera vez, la cantidad de agua presente en las rocas que componían el planeta desde sus inicios.
Los investigadores, que dieron a conocer sus resultados en la revista Science, consiguieron medir el contenido de hidrógeno de dichas rocas para determinar con exactitud dónde se encontraba parte de este gas, esencial para la formación del líquido.
Así concluyeron que las rocas primitivas de la Tierra probablemente contenían suficiente agua para proporcionar más de tres veces la cantidad hoy presente en los océanos, y que apenas el cinco por ciento fue suministrada por cometas o asteroides ricos en agua, publica National Geographic.
Los humanos y el agua
Sin agua, no hubiera surgido la vida. Y para sobrevivir, una cuarta parte de la humanidad, de los ocho billones de personas que habitan la Tierra en estos momentos (noviembre-2022), carece de acceso a agua potable. “Casi la mitad de la población mundial no tiene acceso a saneamiento básico”, dijo en marzo del año en curso António Guterres, Secretario General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en una conferencia en New York.
Los problemas con el suministro del agua pudieran agravarse para 2050, añadió el directivo. Porque son múltiples las causas de esta escasez; a la dificultad citada, se superponen los impactos del cambio climático, cuyo efecto se ensaña en las fuentes de agua dulce.
“De los 15 países con mayor estrés hídrico del mundo, 12 residen en la región del Medio Oriente y África del Norte. En estas áreas, ya naturalmente propensas a ser secas y áridas, el asunto se vuelve más sostenido y severo”, explicó a democracynow.com Mohammed Mahmoud, director del Programa de Clima y Agua del Middle East Institute, desde Phoenix, Arizona.
El experto agregó que, “el agua subterránea, la fuente predominante de suministro para la región desde que la gente ha estado utilizando el agua, se ha agotado. Y que, los pocos sistemas de agua superficial y ríos (los dos más grandes: la cuenca del río Nilo y el sistema Tigris-Eufrates), están experimentando menos generación debido a los impactos del cambio climático, pues dependen del agua a gran altura que se genera a partir de la capa de nieve o la precipitación.
“Esto afecta a naciones como Etiopía, que está río arriba en el Nilo Azul, Egipto y Sudán río abajo. De manera similar ocurre en el Tigris-Éufrates, entre Turquía río abajo a Siria e Irak”.
Las demandas de agua, en un planeta habitado como nunca antes, compiten entre sí. “Alrededor del 60 al 70 por ciento a nivel mundial se destina al uso agrícola para apoyar la producción de alimentos y la seguridad alimentaria”, informa Mahmoud.
“Un orden de magnitud menor es la necesaria para el consumo humano. Le sigue el uso industrial del agua para respaldar la producción de energía (las centrales eléctricas necesitan agua para la refrigeración). Se adiciona el asunto del transporte del agua (especialmente en áreas rurales) y el problema de la calidad del líquido.
Mucho se habla de que las guerras del futuro no serán por el petróleo, serán por el agua. La vida de una buena parte de la humanidad depende ya de la disposición de ese recurso. No hace falta esperar por un conflicto bélico más para que aparezcan otras víctimas. La sed y la insalubridad cuentan con incontables abatidos, pero no aparecen en ninguna estadística.
Tomado de Cuba en Resumen
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