Artur González / Heraldo Cubano.- A diferencia de los obstáculos que impone el Departamento de Estado para otorgar visas a científicos y deportistas cubanos, recientemente aprobó visas a más de 70 trabajadores privados de la Isla, para participar los días 26 y 27 de septiembre 2023, en un insólito encuentro celebrado en Miami, Capital del odio hacia Cuba, entre emprendedores cubanos y un grupo de cubanoamericanos, incluso con la presencia de funcionarios del gobierno del presidente Biden, para monitorear el desarrollo del evento.
El recibimiento a los llegado de la isla fue afectuoso y les mostraron el éxito que han tenido los emigrados cubanos en Estados Unidos, todo con el propósito de fomentar alianzas en futuros negocios, cuando algún día Estados Unidos se decida a levantar el abultado amasijo de leyes y sanciones contra Cuba, sin exigir un cambio de sistema político en Cuba.
Lo llamativo es que no se produjeron manifestaciones contra la presencia de los emprendedores cubanos y todo se desarrolló en un clima amistoso entre hombres de negocios, como deberían ser las relaciones entre ambos países.
Durante el evento se explicaron las bondades del trabajo no estatal, pero no se habló de las causas que impiden su pleno desarrollo en Cuba, la guerra económica, comercial y financiera impuesta por Estados Unidos hace 64 años, para impedir la satisfacción de las necesidades del pueblo. Tampoco hubo llamamientos a Biden para que mejore tal situación.
No obstante, la realidad no se pudo ocultar y ahí mismo afloraron los resultados de esa cruel guerra, como es la prohibición de abrir cuentas bancarias, transferir dinero en ambos sentidos con el empleo del dólar, acceder a todos los sistemas de Internet, poder vender productos cubanos en el mercado yanqui y muchas más.
El gobierno cubano con los cambios introducidos en los últimos años en la economía, ha aprobado más de 9000 pequeñas y medianas empresas privadas, y en ese grupo de cubanos asistentes al evento estuvieron presentes los dedicados a la importación y producción de alimentos y otros productos, constructores, fabricantes de ropa, diseñadores de interiores, promotores de energía solar, ingenieros de software, creadores de arte, propietarios de salones de belleza y de otras ramas.
Estos negocios florecieron cuando la administración de Barack Obama, cambió la estrategia hacia La Habana con el sueño de derrocar el sistema desde adentro, al aprobar licencias que permitieron el arribo de miles de norteamericanos y turistas de otras partes lo que benefició el trabajo privado, pero no fueron del agrado de la derecha yanqui y la mafia de Miami. Por ese motivo Donald Trump, borró de un plumazo la directiva presidencial que sustentaba esa nueva política e impuso nuevas sanciones a Cuba, entre ellas incluirla en la lista de países patrocinadores del terrorismo.
Esa decisión afectó notablemente a la economía de la Isla y especialmente al sector privado.
La delegación de Cuba fue recibida por los exalcaldes de Hialeah, Raúl L. Martínez y Raúl Valdés-Fauli, de Coral Gables, quienes expresaron lo significativo del evento, resaltando el desarrollo económico alcanzado en Miami gracias al trabajo de los emigrados cubanos, algo que debían imitar ellos en Cuba.
Funcionarios del Departamento de Estado, del Departamento de Comercio y de la OFAC, ofrecieron en sus conferencias información sobre las licencias generales y específicas que, aún con límites y prohibiciones impuestas por el Bloqueo, permiten algunas importaciones y exportaciones.
El representante del Departamento de Estado, Zack Haas, recalcó la voluntad de la Administración Biden de respaldar al empresariado privado de la isla, ya anunciado en mayo de 2022, promesas que hasta la fecha no han materializado y para cortar rumores de posibles cambios en las actuales prohibiciones, aseguró que, por el momento, no había nada nuevo que anunciar.
Varios fueron los empresarios cubano-estadounidenses que impartieron sus experiencias a los visitantes, entre ellos Mike Fernández, especializado en el sector de salud, quien les pidió “amplificar las experiencias y consejos recibidos en esta visita, a su regreso a Cuba”.
Oniel Díaz, socio y gerente general de AUGE, empresa de servicios corporativos, sin mencionar el Bloqueo, comentó la necesidad de resolver los problemas persistentes del mercado cambiario cubano, para el sostenimiento y desarrollo del emergente empresariado privado, pues ninguna medida que pueda aprobarse por autoridades de ambos países podrá tener un funcionamiento óptimo, sin que se resuelva este obstáculo.
Llama la atención que, en sus palabras, “lamentó la politización que suele hacerse del sector privado de Cuba por ambos extremos del espectro político, por las repercusiones negativas que entraña para sus negocios y su percepción social” y añadió: “Este sector privado resulta subversivo para el discurso enarbolado por ambos extremos y debe lidiar con la contradicción inevitable y dolorosa alimentada por la polarización política”.
Al parecer Díaz se olvidó que fue el presidente Obama quien lo politizó cuando afirmó en el 2014:
“Los cambios introducidos en nuestra nueva política potenciarán aún más nuestro objetivo de empoderar al pueblo cubano. Nuestras políticas en materia de viajes y remesas están ayudando a los cubanos, al brindarles nuevas fuentes de información, oportunidades de trabajar como autónomos y acceso a bienes de propiedad privada, además de fortalecer a la sociedad civil independiente. Estas medidas servirán para fomentar aún más los contactos personales, respaldar con mayor fuerza a la sociedad civil en Cuba. Nuestros esfuerzos se enfocan en promocionar la independencia de los cubanos, para que no tengan que depender del estado cubano. Al final, los cubanos conducirán las reformas económicas y políticas”.
Todos los que hablaron por la parte de Miami se enfocaron en ese mismo camino, como dijo el empresario cubanoamericano Carlos Saladrigas, chairman del Cuba Study Group: “Todo lo que queremos es que ustedes tengan éxito”.
Joe García, excongresista de Florida, expresó:
“Nosotros en Estados Unidos pensamos que los empresarios y los pequeños negocios, son importantes en cualquier sociedad democrática y próspera…tienen la responsabilidad, por la posibilidad de tener contacto con autoridades de Estados Unidos y también de Cuba, de ser agentes de cambio, cambios positivos, cambios que conlleven a una Cuba mejor, que hagan avanzar sus intereses, sus proyectos, los de sus familias, pero también los de sus comunidades, su gente, su país”
Varios empresarios estadounidenses señalaron: “…los cambios en el escenario de las relaciones económicas, no ya políticas, entre Cuba y Estados Unidos, no ocurrirán de un día para otro”, lo mismo que expresó Obama en 2015:
“…Nadie espera que Cuba se transforme de la noche a la mañana, pero creo que el compromiso estadounidense, mediante nuestra embajada, empresas y ante todo nuestro pueblo, es la mejor manera de representar nuestros intereses, y apoyar la democracia y los derechos humanos”.
Un aspecto relevante que deja sospechas de ocultas intenciones, fue la visita de los cubanos a la compañía constructora Century Homebuilders Group, del empresario Sergio Pino, quien posee amplios antecedentes contra la Revolución y de corrupción.
Pino pertenece a la dirección de la Fundación Nacional Cubano Americana y mantiene estrechas relaciones con José, Pepe, Hernández, amigo personal de Orlando Bosch y Luis Posada Carriles, responsables de la voladura de un avión de Cubana de Aviación en 1976, entre otros actos de terrorismo.
Sin embargo, en el encuentro con los emprendedores cubanos, los motivó a “perseverarse como hombres de negocios y a fortalecerse como comunidad empresarial en beneficio de Cuba”.
¿Qué interés tendrá la FNCA en fortalecer ese sector dentro de Cuba, cuando sus objetivos históricos son destruir a la Revolución e instaurar el capitalismo proyanqui en la Isla?
Sergio Pino, tiene experiencia en financiar campañas y negociar favores, entre ellas haber aportado cifras millonarias para la reelección de George W. Bush en el 2004 y donar grandes sumas de dinero a la “Fundación” de Jeb Bush. En ese mismo año le fue abierta una investigación a nivel de Gran Jurado Federal, debido a evidencias en su contra y al entonces comisionado del Condado de Miami-Dade, José (Pepe) Díaz, presidente de la FNCA, por favorecer a Pino, presidente de Century Partner Group, para ejecutar el proyecto urbanístico Gran Bay, en Miami.
En los libros de la Fiscalía consta que los negocios más investigados de Pino son: la reconstrucción del aeropuerto de Miami; la construcción de la Escuela de medicina de la Universidad de Florida (contrató por 250 millones de dólares la compañía Delan Construction, con antecedentes de narcotráfico y también el servicio a comisarías y prisiones, donde tiene negocios de suministro.
Sergio Pino ofreció una cena en su residencia para los visitantes cubanos y entre sus invitados se encontraba el terrorista Santiago Álvarez Fernández-Magraña, vínculo estrecho del asesino Luis Posada Carriles, quien desde allí hizo declaraciones en YouTube contra la Revolución.
Un antecedente que deja explícito los verdaderos propósitos de la participación de estos elementos en el encuentro, es la declaración firmada por más de 25 empresarios cubanos exiliados en Miami, el 18 de agosto del 2021, donde lograron un acuerdo por el futuro de Cuba y se comprometieron a crear un fondo de reconstrucción cuando acabe “la tiranía” y a no invertir en la Isla hasta entonces.
Esa reunión se efectuó en la sede de la derrocada Brigada mercenaria 2506, convocada por la Asamblea de la Resistencia Cubana, donde manifestaron su apoyo a las protestas iniciadas el 11 de julio 2021 y reafirmaron que “el objetivo supremo es lograr la libertad” de Cuba. Dicha declaración fue leída por Sergio Pino y enfatiza:
“No queremos un pueblo de esclavos para un futuro de prosperidad en Cuba” … “No nos interesa invertir en Cuba mientras exista en el poder el régimen del terror impuesto en el país por la familia Castro, el partido Comunista y una claque militar corrupta” … “No necesitamos lucrar con el dolor del pueblo cubano en complicidad con el régimen” … “Para que los cubanos puedan desarrollar su naturaleza empresarial y trabajadora, se necesita un sistema de derechos y libertades plenas del cual carecen a causa de la tiranía comunista”.
“Una vez liberado el país de la tiranía y habiéndose iniciado un camino hacia la libertad y la democracia, los empresarios nos comprometemos a establecer de manera privada, un fondo para la reconstrucción de la República, que asesore y apoye con créditos, financiamiento y sistemas de contabilidad a los empresarios de la Isla. El objetivo será desarrollar, lo antes posible en nuestra querida tierra, miles de empresas pequeñas y medianas que sean realmente propiedad de sus dueños individuales y familiares y no de un estado opresor”.
Días antes Sergio Pino en declaraciones publicadas en Internet, ofreció ayudar con la construcción de viviendas dignas, a militares y policías que se nieguen a reprimir a los que piden un cambio en Cuba, y apuntó: “cuando Cuba sea libre va a ser el mejor lugar del mundo”.
¿Los organizadores de la conferencia les habrán comentado a los invitados cubanos estos antecedentes?
Algo no encaja en las buenas intenciones de preparar a los emprendedores cubanos y no es precisamente el gobierno de Cuba quien politiza el tema.
Los yanquis no pierden ninguna oportunidad para soñar con la conformación de una oposición política al gobierno revolucionario y por eso la facilidad del otorgamiento de las visas y la extraña ausencia de actos de repudio de la mafia anticubana de Miami, esos que no aceptan la presentación de quienes llevan su arte a los cubanos de la otra orilla.
Pero una vez más se equivocan, porque ese sector está consciente que fueron formados gracias a la Revolución, han disfrutado de los beneficios sociales y conocen perfectamente la existencia de leyes y sanciones yanquis que afectan el desarrollo de su patria.
A buscar opositores en otra parte, porque los que sudan la camisa en Cuba para ganarse honradamente el dinero, no son ni nunca serán mercenarios.
Preciso fue José Martí al señalar:
“En lo que se trabaje no importa, sino que se trabaje”.
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