Artur González / Heraldo Cubano.- Desde 1992, hace ya tres décadas, Cuba presenta ante la Asamblea General de las Naciones Unidas un informe dirigido al secretario general, exigiendo la eliminación del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos, para matar por hambre y enfermedades a toda la población cubana que no acepta ponerse de rodillas ante ese imperio.

Los yanquis con el de cursar de los años han ampliado sus medidas y sanciones para estrangular la economía de la Isla, convirtiendo el bloqueo en una cruel guerra económica total, para que las penurias que causa provoquen el rechazo del pueblo al sistema socialista y por tanto ningún otro país del hemisferio occidental o de otras partes del mundo, intente imitar la rebeldía de los cubanos y su resistencia para mantener la soberanía e independencia nacional.

La reciente votación de la Asamblea de la ONU resultó nuevamente una victoria de Cuba, al alcanzar el apoyo de 187 países y solo dos votos en contra, de Estados Unidos e Israel.

El afán de esos dos sádicos es asfixiar y asesinar a millones de seres humanos, pero la vida demuestra que ambos agresores están solos, sin apoyo de sus más cercanos aliados, siendo señalados como criminales.

El poder del dinero obliga a muchos a callar y a no proponer sanciones contra esos dos países que practican el terrorismo de estado, asesinan a inocentes e incluso sus agencias de inteligencia reconocen que planifican el asesinato de líderes mundiales, sin que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y la Unión Europea aprueben sanciones económicas, financieras y políticas como hacen de inmediato contra otras naciones que no son del agrado de Washington.

No obstante, Estados Unidos e Israel tienen el rechazo de millones de personas en sus propios países y en el mundo; prueba de eso fue la reciente votación a favor de Cuba en la ONU, donde una vez más quedaron en total soledad, sin que ningún delegado presente en la sala los fuera a saludar en su asiento, a diferencia de lo sucedido en el escaño cubano.

Más temprano que tarde, la vida se encargará de exigirle cuenta a esos asesinos, porque los pueblos no olvidan los crímenes cometidos contra sus seres queridos y como afirmó José Martí:

“Ancha tumba construye con sus propias manos las maldades”.

La Columna es un espacio libre de opinión personal de autoras y autores amigos de Cuba, que no representa necesariamente la línea editorial de Cubainformación.