Artur González / Heraldo Cubano.- El connotado terrorista de origen cubano, José Jesús Basulto León, nacido en la provincia de Santiago de Cuba, el 8 de agosto de 1940, le impuso una denuncia por difamación al emporio fílmico Netflix, debido a que en el filme La Red Avispa, sobre el caso de los cubanos que se infiltraron en Miami para descubrir los planes terroristas organizados y ejecutados por los emigrados cubanos, lo califican como parte de la mafia terrorista.

Basulto, estuvo al frente de la organización Hermanos al Rescate, la que ejecutó imprudentes provocaciones al gobierno cubano e incluso puso en riesgo a seguridad nacional de la Isla, al violar el espacio aéreo y lanzar volantes sobre la capital cubana con exhortaciones contra la Revolución, hecho que ningún estado admite.

Desde que conoció del filme donde se evidencian las acciones terroristas de su organización, Basulto intentó evitar la exhibición del filme e incluso que se eliminara de los créditos la mención donde se afirma que la historia está basada en hechos reales, con el objetivo de cambiar el verdadero carácter terrorista de los actos ejecutados por la mafia anticubana, razón por la cual Cuba se vio obligada a tratar de conocer los planes contra su pueblo.

La información acopiada por los integrantes de la Red Avispa, fueron entregados por el gobierno cubano al FBI, y en vez de cortar los planes terroristas, detuvieron y encarcelaron a quienes pudieron penetrar las organizaciones contrarrevolucionarias para evitar daños y muertes en Cuba.

Netflix, presionada y chantajeada por Basulto, quien cuenta con el respaldo de senadores y congresistas de origen cubano, cedió y recientemente llegó a un acuerdo con él, para evitar un juicio ante los tribunales de Miami, donde los mafiosos anticubanos tienen un amplio respaldo.

Lo que no hicieron los abogados de Netflix, fue solicitar información oficial al FBI sobre los antecedentes terroristas de Basulto, incluso obtener copias de sus declaraciones en diferentes televisoras del sur de Florida, donde reconoce parte de sus actos terroristas, que no dejan lugar a dudas de su historial criminal.
No un secreto que José Basulto fue reclutado por la CIA cuando arribó a Miami en enero de 1960, por oficiales que trabajaban en la base operativa creada en Miami conocida como JMWAVE, la cual ejecutó la mayor parte de las acciones terroristas contra Cuba y el abastecimiento de armas y explosivos a las organizaciones contrarrevolucionarias y redes de espionaje creadas dentro de la Isla.

David S. Morales, oficial CIA que trabajó en la estación local asentada en La Habana antes de 1959, fue nombrado en la JMWAVE, como jefe de la Sección de Contrainteligencia y organizó la preparación de los nuevos agentes reclutados, entre ellos a Basulto, hecho que no puede negar por la cantidad de documentos desclasificados de la CIA que lo ratifican.

Si Netflix hubiese indagado un poco sobre el historial de Basulto, encontraría además de ese dato, que en la estación CIA JMWAVE fue seleccionado y preparado para integrar desde el mes de mayo de 1960, un equipo de infiltración para realizar acciones terroristas en Cuba, como apoyo a la fracasada invasión mercenaria que desembarcó por las playas de Bahía de Cochinos el 17 de abril de 1961.

Un amplio informe elaborado en mayo de 1961 por el coronel Jack Hawking, jefe del grupo paramilitar de la CIA para apoyar la invasión mercenaria, no dejan dudas del currículo terrorista de Basulto, al asegurar:
«Durante el período de octubre de 1960 hasta el 15 de abril de 1961, se perpetraron en Cuba alrededor de 110 atentados dinamiteros contra objetivos políticos y económicos. Se colocaron más de 200 bombas; se descarrilaron 6 trenes; se dejó inactiva la refinería de Santiago de Cuba; fueron provocados más de 150 incendios contra centros estatales y privados, incluidas 21 viviendas de comunistas y 800 plantaciones de caña de azúcar».

Para sus acciones terroristas, José Basulto y un selecto grupo de emigrados cubanos, fue entrenado por la CIA en la colocación de explosivos de alto poder, demolición, comunicaciones y otras asignaturas.
Una vez culminada su preparación y semanas antes de la invasión mercenaria por Playa Girón, la CIA lo envió a La Habana con la fachada de turista y falsa identidad, bajo el nombre de Ernestino Martínez. Seguidamente viajó a su ciudad natal, Santiago de Cuba, para organizar grupos terroristas que apoyarían la invasión mercenaria. Al conocerse el desembarco mercenario la mayoría de los elementos contrarrevolucionarios fueron detenidos por la Seguridad del Estado, acción que impidió el desarrollo de la quinta columna planificada por la CIA.

Ante el fracaso de la Operación Pluto, nombre código asignado por la CIA a la invasión, Basulto logró huir a través de la cerca de la Base Naval Yanqui en Guantánamo, desde donde regresó a Miami, integrándose a la organización terrorista «Ejército de Liberación Anticomunista» (ELA) y en 1969 fue acusado de malos manejos con el dinero de la misma.

Basulto, en su larga trayectoria como activo terrorista al servicio de los yanquis, fue uno de los participantes el 24 de agosto de 1962, en el ataque al Hotel Rosita y al teatro Blanquita, ambos en el litoral habanero del reparto Miramar, cuando como artillero del equipo perpetró el tiroteo desde una lancha pirata.

Un hecho similar ejecutó el 21 de noviembre de 1963 por la zona de Santa Cruz del Norte.
En 1983 se integró a la organización terrorista Junta Revolucionaria Cubana y en el mes de agosto de 1983 realizó un viaje a Honduras con el terrorista cubano Antonio Tony Varona, para apoyar logísticamente a la contrarrevolución nicaragüense.

En mayo de 1991 funda la organización contrarrevolucionaria Hermanos al Rescate, la cual le sirvió de pantalla para el tráfico de drogas y recibió apoyo del presidente de la Fundación Nacional Cubano Americana para tareas terroristas, entre ellas el estudio de las costas cubanas, la situación de las torres de alta tensión en el poblado de San Nicolás de Bari, con el fin de sabotearlas y la posibilidad de infiltrar armas para organizar un plan de asesinato contra el presidente Fidel Castro.

En agosto de 1996 las autoridades yanquis le revocaron temporalmente la licencia de piloto, pero ante la presión de varios congresistas de origen cubano se la devolvieron seis meses después. El gobierno cubano denunció en reiteradas ocasiones las provocaciones de las avionetas de la organización Hermanos al Rescate, incluso envió notas al presidente Bill Clinton.

En el juicio celebrado en Miami contra de los miembros de la Red Avispa, Basulto declaró el 12 de marzo del 2001, que admitía sus actividades terroristas realizadas desde los primeros años de la Revolución cubana y afirmó sin el menor rubor, que no había renunciado a su pasado violento, admitiendo sus actividades provocativas contra Cuba en los años recientes, a pesar de estar consciente de que violaban las leyes cubanas, estadounidenses e incluso las internacionales.

En ese juicio Richard Nuccio, ex asesor para los asuntos cubanos del presidente Clinton, testificó sobre el pasado terrorista de José Basulto y sus esfuerzos por provocar una reacción del gobierno de Cuba, ante las constantes violaciones del espacio aéreo cubano por Hermanos al Rescate.

Ahora Basulto le reclama a Netfilx por señalar sus acciones terroristas, algo que le enseñó bien la CIA desde que fuera reclutado en 1960, bajo el principio calculado de la Negación Plausible, concepto diseñado para proteger a los Estados Unidos y a sus oficiales, de las consecuencias a enfrentar ante la revelación de hechos cometidos en sus acciones encubiertas, como intentaron hacer en 1975, ante el Comité Selecto del Senado que investigó los planes de asesinato de la CIA contra Fidel Castro.
Razón la de José Martí al afirmar:

«Es en vano pedir que la memoria arranque de sí lo que la indigna».

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