Miguel Ángel Santos Genero - Cubainformación
Arrecia el calor en Cuba, desde el Cabo San Antonio a Maisí, mientras el pueblo cubano sufre las consecuencias del criminal Bloqueo que el maldito Imperio les impone desde hace más de seis décadas. Un Bloqueo que se vio extraordinariamente recrudecido tras el paso de Donald Trump por la Casa Blanca y que contra lo declarado en su campaña electoral ha mantenido Biden durante su mandato presidencial.
Entre los instrumentos utilizados para mantener, e incluso incrementar la presión, se encuentra la inclusión de Cuba en la calumniosa lista elaborada por el Departamento de Estado de supuestos países patrocinadores del terrorismo, que ha estrechado aún más el circulo contra la Isla y dificultado las operaciones financieras y crediticias.
Es por ello que sorprende cómo en un cínico ejercicio de funambulismo, el Gobierno de EEUU haya anunciado recientemente una medida puramente cosmética; la exclusión de Cuba de otra lista distinta de la anterior y sin efectos prácticos reales relacionada con la de “países que no colaboran en la lucha contra el terrorismo”, en un intento de la administración Biden por recuperar de cara a las próximas elecciones presidenciales el voto de los sectores de la sociedad estadounidense críticos con su política respecto de Cuba.
Es decir, que asumen que Cuba sí colabora en la lucha contra el terrorismo, pero al mismo tiempo la sigue considerando un país terrorista. Cinismo, juego sucio con el único objetivo de dañar y hacer sufrir al pueblo cubano para provocar un clima de exasperación y se den las condiciones propicias para que se produzcan revueltas contra la Revolución.
Ellos saben bien que Cuba no solo rechaza y combate con determinación cualquier atisbo de terrorismo, sino que lo lleva sufriendo desde que consiguió su plena independencia; como saben también que Cuba aboga por un mundo donde se abra paso la paz y en el que los derechos humanos y la solidaridad constituyan el eje vertebrador de las relaciones internacionales.
Sin duda saben también otras muchas cosas, pero el maldito Imperio teme y asume como un peligro para sus mezquinos intereses que el ejemplo de Cuba se extienda por el mundo; un riesgo que han dejado meridianamente claro que no están dispuestos a correr y con el que se “justifica” la existencia de las agresiones a las que se ve sometida permanentemente.
En este escenario, con altas temperaturas y calor sofocante, el pueblo cubano se enfrenta a prolongados cortes del suministro eléctrico que impactan muy negativamente sobre la economía del país y atenta contra las personas, poniendo al límite la resistencia humana con días y especialmente con noches insufribles. A los problemas derivados para la adquisición de combustible se une la obsolescencia de las centrales termoeléctricas –principal fuente de generación eléctrica del país- y las extraordinarias dificultades para conseguir en el mercado internacional las piezas para las imprescindibles reparaciones capitales que las mismas necesitan.
Pero son otros muchos los obstáculos que Cuba enfrenta derivados del cerco imperial, como la promoción de mecanismos que alteran el mercado cambiario interno, impulsando la inflación inducida y favoreciendo la subida de precios; la calificación como “trabajo esclavo” de las brigadas médicas cubanas en el exterior o , entre otras, la sistemática presión que ejercen contra los turoperadores, líneas aéreas y todo lo relacionado con la industria turística con la intención de impedir los imprescindibles ingresos en divisas que le permitan operar en el mercado internacional.
Una mezquina política de asfixia económica que hace sufrir injustamente al pueblo cubano, pero que además es inútil y está llamada al fracaso como viene ocurriendo desde que Cuba conquistó su independencia plena, algo que muchos no entienden o no quieren entender, pero que tiene su origen y encuentra todo su sentido en las profundas raíces que permitieron conformar esta Nación e hicieron posible nacer a este digno pueblo.
Cómo si no puede explicarse que a pesar de todo este pueblo se levante todas las mañanas, no pocas veces sin haber podido dormir, agobiados por el calor y un enjambre de mosquitos al acecho, dispuestos a luchar diariamente para mantener todas las conquistas sociales conseguidas y aún en condiciones tan adversas avanzar en nuevas conquistas.
Urge pues acompañarlos desde todos los rincones del mundo, desde todas las instancias, para que los malditos vuelvan a sentir otra vez más en sus carnes lo que significa una nueva derrota.
* Fue Secretario General de FACUA (1982-2007) y Secretario de Relaciones Institucionales de CCOO de Sevilla (2008-2017).