Por Lázaro Fariñas*/Foto Virgilio Ponce -Martianos-Hermes-Cubainformación.- El ex representante federal, el cubano americano David Rivera, está tan perdido que ahora lo andan buscando por los centros de espiritistas de la ciudad. Riverita, como cariñosamente lo llamaban sus antiguos amigos y aliados, perdió las elecciones en noviembre pasado y desde ese mismo momento, se ha convertido en una fantasma que no aparece por ningún lugar. Sus compinches de ayer hacen sus reuniones políticas y ni siquiera lo llaman para que vaya, aunque sea de invitado de tercera clase. El hombre, que no pasaba un día sin tratar de hacerle daño al pueblo cubano, se ha convertido en un apestado político y social. No es el caso de Lincoln Díaz Balart, quien sigue siendo asiduo a todo tipo de jolgorio que inventan los ultraderechistas cubano americanos de Miami. Díaz Balart, que por razones misteriosas dejó el capitolio, a cada rato sale en los noticieros dando sus ridículas opiniones o aparece en algún programa radial desbarrando veneno contra Cuba y su pueblo. Pero Riverita no. Riverita parece estar huyéndole a todos los problemas legales que le están explotando constantemente y los cuales, más temprano que tarde, van a llevarle sus huesos a una prisión federal. Además de todos los otros escándalos en los que se ha visto envuelto en los últimos tiempos, desde hace unos meses ha estado hundiéndose en aguas muy, muy calientes. Resulta que el malandro de Rivera le organizó y le pagó una campaña electoral a un desconocido para que se enfrentara a su rival, Joe García, en las primarias por el partido demócrata.