José Manzaneda - Cubainformación.- Reporteros sin Fronteras es una ONG, con sede en París, dedicada supuestamente a la defensa de la libertad de prensa y expresión en el mundo. Una libertad de prensa, eso sí, entendida según el prisma de los propietarios de los grandes medios de comunicación mundiales.
Reporteros Sin Fronteras tiene un presupuesto anual de más de 4 millones de dólares. Podemos imaginar cuántas acciones en favor de la libertad de prensa y de los profesionales de la información podrían realizarse con semejante presupuesto. Por ejemplo, una campaña para juzgar por fin a los militares norteamericanos que asesinaron al cámara de Telecinco José Couso y a decenas de periodistas en Irak. Lástima que la familia Couso repudiara públicamente a Reporteros sin Fronteras por salvar la cara a los asesinos de José en un cínico informe redactado -¡increíblemente!- por un amigo personal del militar norteamericano que dirigió la operación. Otra campaña por la liberación del periodista sudanés de Al Jazeera Sami al Hajj, encerrado durante tres años en el campo de exterminio de Guantánamo, y sobre el que Reporteros sin Fronteras no ha dicho ni media palabra. También una campaña por la vida del periodista afroamericano Mumia Abu Jamal, que desde 1982 está en el corredor de la muerte en Estados Unidos, y que Reporteros sin Fronteras se niega a defender. Y una campaña por el periodista mapuche Pedro Cayuqueo, detenido en Chile, y que también ha sido rechazado por Reporteros sin Fronteras. O incluso un homenaje a los 16 periodistas de la televisión yugoslava asesinados por las bombas de la OTAN en 1999, que ni siquiera fueron mencionados en el informe anual de la citada O.N.G.
¿Hará campañas Reporteros sin Fronteras en contra de la concentración de los medios de comunicación en manos de unos pocos millonarios? ¿O en contra de la censura que impide la información sobre las prácticas laborales en las empresas y bancos que pagan la publicidad? ¿Desarrollará Reporteros sin Fronteras acciones públicas en contra de los contratos basura de una buena parte de los periodistas? ¿O en contra de que el 90 % de la información mundial esté monopolizada por 6 agencias norteamericanas y europeas?
No, no seamos ingenuos.
Estos Mercenarios sin Fronteras se dedican a otra cosa: a financiar a pseudoperiodistas que trabajan en Cuba al servicio de los intereses de Estados Unidos en la Isla, y cuya oficina de trabajo es -ni más ni menos- la propia delegación diplomática norteamericana en La Habana; a realizar campañas pagadas por el gobierno asesino de Bush para destruir el turismo a Cuba, utilizando, además, la imagen denigrada y demonizada del Ché Guevara; y a ser testaferros de las grandes corporaciones mediáticas de Venezuela, organizadoras del golpe de estado fallido contra el presidente constitucional Hugo Chávez.
Pero, ¿quién financia a Reporteros sin Fronteras?
Además del gobierno francés y la Unión Europea, Reporteros sin Fronteras recibe cuantiosos fondos de la Fundación Nacional para la Democracia, auténtica tapadera civil de la CIA dedicada a defender la política de agresión de Estados Unidos contra cualquier modelo político contrario a los intereses norteamericanos.
Está financiada, además, por fabricantes de armamento de Francia como Serge Dassault o el desaparecido vendedor de misiles Jean-Guy Lagardère.
Reporteros sin Fronteras, además, recibe cuantiosos fondos y ayuda de los mayores oligopolios mediáticos del mundo, como Vivendi Universal, o de grandes editores, como el francés François Pinault.
¿Y quiénes son los padrinos ideológicos de Reporteros sin Fronteras, además del gobierno Bush y algunos de la Unión Europea?
Por un lado la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), conformada por los propietarios de los grandes medios de comunicación de América Latina, enemigos de todos los procesos populares en la región, léase Cuba, Venezuela y Bolivia. También la llamada "Freedom House", fundación norteamericana dirigida por el agente de la CIA de origen cubano Frank Calzón; así como destacados miembros de la mafia cubana de Miami, como Leopoldo Fernández Pujals, ex capitán de marines en Vietnam y expropietario de la cadena Telepizza, y Nancy Crespo, distribuidora de las ayudas económicas del gobierno yanki a cualquier iniciativa contra la imagen y el prestigio internacional de la Revolución cubana.
Las investigaciones de periodistas como el canadiense Jean-Guy Allard, la estadounidense Diana Barahona o el francés Salim Lamrani son concluyentes: "Reporteros sin Fronteras" es una organización sostenida económica y políticamente por los mayores depredadores de la libertad de información en el mundo: los grandes monopolios de la comunicación y los gobiernos de las potencias occidentales, principalmente el de los Estados Unidos. No en vano el diagnóstico de esta ONG acerca de los lugares donde la libertad de prensa está más amenazada coincide a la letra con el del Departamento de Estado de Washington.
Reporteros sin Fronteras, "Reporteros Sin Vergüenza", no defienden la libertad de prensa, sino la libertad de empresa, es decir, los intereses del Capital mundial, que hoy -gracias a la imparable globalización de los mercados- controla centros de poder económico, político y mediático.
En resumidas cuentas, el Capital también tiene sus ONGs. Entre ellas, estos reporteros sin fronteras... morales.