Lubia Ulloa Trujillo - AIN.- El cubano es solidario y humano. ¿Quien lo discute?. Numerosos son los ejemplos que así lo demuestran, sin embargo, algunos olvidan que esas cualidades nos distinguen de otros semejantes en el mundo, cada vez más convulso y carente de valores.


En días recientes la guagua de pasajeros que realiza el viaje Ciego de Ávila-Majagua, en el horario de las cinco de la tarde, sufrió un desperfecto técnico a mitad del trayecto, que el chofer trató de arreglar, pero, cuando apenas faltaban unos dos kilómetros para llegar a su destino el ómnibus se detuvo.

Javier, nombre del conductor, acudió a su celular para reportar lo sucedido y de una manera respetuosa informó a quienes viajaban en el ómnibus que estuvieran tranquilos porque la ayuda llegaría enseguida.

La calma duró poco, de momento se nubló el cielo y los más conocedores del tiempo vaticinaron precipitaciones, por lo que la mayoría bajó del medio de transporte para hacer señas a otros carros, mientras los más jóvenes, decidieron caminar.

Pasaron varios minutos cuando apareció un camión particular cuyo dueño, autorizado a ejercer el trabajo por cuenta propia, se aprovechó de la situación climática, la hora, y la edad avanzada de muchos pasajeros para pedir cinco pesos por cada uno para trasladarlos apenas dos o tres kilómetros.

Ante el reclamo de que bajara el importe, dado la cercanía del destino final, el interpelado no vaciló en recordar que estaba en marcha una “ley de oferta y demanda”.

Para nadie es un secreto que a partir de la desaparición del campo socialista en los años 90 del pasado siglo la compra de equipos y piezas de repuestos se encareció el doble y hasta el triple, lo cual dificulta el traslado de pasajeros.

Adquirir un motor nuevo de la firma Daewoo cuesta unos 14 mil dólares en el mercado internacional y si es de segunda mano, cuatro mil 100 dólares.

Esta dificultad resulta un reflejo de los efectos adversos que sobre la actividad del transporte tiene la crisis mundial y el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a Cuba por Estados Unidos.

También como consecuencia de esta acción genocida del gobierno estadounidense contra la Isla, el Ministerio de Transporte (MITRANS) ha sufrido una afectación económica equivalente a 540 millones de dólares en el período 2013 al 2014, según datos del organismo.

Esta situación hace que muchos pasajeros tengan que acudir a medios alternativos en manos de particulares como los llamados almendrones o camiones.

Sin embargo, poner el interés monetario aludiendo a la ley de la oferta y la demanda en situaciones extremas, por encima de la solidaridad con sus semejantes, va más allá del derecho a ejercer el trabajo por cuenta propia.

Los valores que deben caracterizar a los cubanos no pueden imponerse por leyes, dependen de la conciencia de cada quien y en el ejemplo citado se pone de manifiesto la falta de escrúpulo de un chofer que solo piensa en el dinero.

Por suerte otras personas honestas y eficientes dejan su huella con un buen comportamiento, como el mecánico que acudió rápidamente bajo la lluvia a ejercer su labor para que el ómnibus pudiera continuar viaje.

Con este comentario no pretendo tener la verdad en la mano, , solo quiero recordar que debemos ser tratados y tratar a los demás como seres humanos, y anteponer siempre la solidaridad al interés personal por lograr desmedidas recaudaciones.

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